Zinentiendo llega a Alcañiz con dos décadas de muestras de cine LGTBQI a las espaldas

Alcañiz fue testigo este miércoles del 20 cumpleaños de la programación de Zinentiendo; la Muestra Internacional de Cine LGTBQI organizada por el Colectivo Towanda, con sede en Zaragoza. La cita, presentada en el Palacio Ardid y patrocinada por el Ayuntamiento de Alcañiz y el Gobierno de Aragón, sumó a la capital bajoaragonesa a la celebración de su aniversario de esta importante iniciativa que ha logrado tejer, a lo largo de dos décadas, una red cinematográfica por la diversidad afectivo-sexual que atraviesa gran parte del territorio aragonés.

Proyecciones

La sesión en Alcañiz, donde también colaboró el Taller de Cine Delicatessen ofreció tres proyecciones: dos cortometrajes españoles recientes y un largometraje brasileño.

En primer lugar se reprodujo Intercambio, de A. Yoldi (con duración de 15 minutos), la cuál abordó la relación entre dos personas en un contexto de plataformas de compraventa online, explorando la identidad desde una narrativa sutil.

Còlera, de José Luis Lázaro (9 minutos), puso sobre la mesa una historia impactante de homofobia, con un final que, según el propio colectivo, “aunque puede parecer extremo, está lamentablemente basado en realidades aún frecuentes”. El protagonista del corto es Manuel Chancal, actor reconocido por sus apariciones en series televisivas, lo que facilita —según explicó Pepe Paz, del colectivo Towanda— que estos trabajos ganen alcance entre el público general.

El cierre de la sesión corrió a cargo del largometraje brasileño Levante (El desafío de Sofía), dirigido por Lillah Halla, una cineasta con trayectoria en el circuito alternativo de su país. La película narra la historia de una joven jugadora de voleibol que se enfrenta a un embarazo no deseado en un país donde el aborto estaba prohibido en el momento del rodaje. La obra —de fuerte carga social— logra, sin embargo, mantener un tono empoderante y vitalista. “Queremos evitar que todas las historias sean dramas. Esta película, con todo lo que plantea, consigue dejarte con una buena sensación al salir del cine”, señaló Paz.

Más allá del entretenimiento, Zinentiendo reivindica el cine como herramienta de transformación social. Según Towanda, la gran virtud del séptimo arte es su capacidad para “ponerte en la piel de realidades que no sabías que tenías cerca”. El cine permite acercarse, desde la emoción y la narrativa, a vivencias que muchas veces permanecen ocultas por miedo, desconocimiento o discriminación. “Hay muchas personas que viven su identidad en silencio o en soledad. Ver representada su experiencia en pantalla, compartida con otros, puede ser una chispa de cambio”, apuntó.

Veinte años de visibilidad

En estos veinte años de andadura, Zinentiendo ha sido mucho más que una muestra temática. Cuando todo comenzó, la urgencia era, simplemente “tener visibilidad”. Con el paso del tiempo, —y gracias a una evolución tanto cultural como política—, el enfoque de la muestra ha ido girando hacia la calidad y la profundidad de los contenidos. “Hoy no buscamos únicamente que haya personajes LGTBQI en pantalla, sino que esos personajes cuenten historias con sentido, con valor, que estén bien construidas y técnicamente cuidadas. El público también se ha vuelto más exigente”, dijo el representante del colectivo, Paz.

Este cambio responde a una transformación social más amplia, que también ha modificado la forma en que se entienden las identidades diversas dentro del arte y la cultura. Para Towanda, hablar de diversidad no es solamente hablar de orientación sexual o identidad de género, sino también de cómo las personas se relacionan con la afectividad y la sexualidad desde distintas perspectivas y contextos vitales.

La evolución ha sido evidente también en la manera en que las instituciones se relacionan con esta muestra. Si en sus inicios todo se hacía “con medios propios y casi de forma precaria”, hoy la muestra cuenta con el respaldo estable de entidades públicas, desde ayuntamientos como el de Alcañiz hasta el propio Gobierno de Aragón. “Ahora, afortunadamente, se entiende que apoyar la diversidad cultural forma parte de las obligaciones institucionales, como lo es apoyar la geología, el patrimonio o la educación técnica”, añadió Paz.

Descentralización

Zinentiendo destaca por su carácter itinerario y en llegar a localidades que otras muestras no hubiesen llegado. Es decir; tiene una clara vocación por la descentralización territorial. “Somos, con diferencia, la muestra de cine aragonesa que llega a más localidades”, afirmó con contundencia Paz. En esta edición número veinte, además de Zaragoza, el festival se proyecta en 11 localidades: desde capitales como Huesca o Teruel hasta municipios pequeños como Fuentes de Rubielos o Castejón de Sos.

Esta descentralización, además de ser una apuesta logística para el continúo desarrollo del festival, es también ideológica. “Queremos que la diversidad se visibilice en todo el territorio, y eso implica hacer presente el cine en pueblos donde muchas veces no hay oferta cultural de este tipo”, explicó Pepe. Cada localidad cuenta con colaboradores locales que ayudan a adaptar la programación y por ello, seleccionan películas que conecten con el entorno y sus realidades. Esto se traduce, por ejemplo, en la inclusión de cortos o documentales que representan vidas rurales, experiencias intergeneracionales o historias de invisibilización prolongada.

Con la sesión de Alcañiz ya celebrada, Zinentiendo continúa su recorrido por otras localidades de Aragón. Además de Zaragoza y la capital bajoaragonesa, ya se han confirmado sedes como Jaca, Aínsa o Borja y se esperan nuevas fechas en septiembre y octubre en localidades como Tarazona, Teruel y otras por definir