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50, 60, 70, 80… 50, 60, 70, 80…

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Raquel Fuertes

Aunque estoy más cerca del primer término de la sucesión que del resto, no por ello me he sentido menos indignada (uf, ¿de verdad estoy utilizando este calificativo?) con las declaraciones y campañas institucionales de las últimas semanas.

Me mordí la lengua para no hablar ante las primeras declaraciones-exabrupto de la secretaría de Estado de Igualdad (“es escandaloso que el 75% de las niñas, de las mujeres jóvenes prefieran la penetración a la autoestimulación). No dije nada cuando la mitad de habitantes del país fueron acusados de ser violadores en potencia “y mucho”. También callé cuando, ahora la ministra, alentaba sobre la imperiosa necesidad social de hablar sobre el placer y el deseo sexual de las mujeres de 50, 60, 70, 80… (Sí, “social”).

¡Pam! De repente la sexualidad de los españoles (bueno, de las españolas, los otros solo son un mal menor que prefieren las desinformadas o cuando fallan las baterías en la autocomplacencia) era un tema que precisaba de concienciación social, de diálogo, de puesta en común, de tiempo, de esfuerzo y presupuesto de nuestro Ejecutivo. Ojo, no hablo de una educación afectivo-sexual necesaria (bien dada) en las escuelas. No, hablo de la sexualidad de puertas para dentro de personas de contrastada madurez. De esas que ya vamos siendo (injustamente) eliminadas en los procesos de selección de personal o experimentamos la sintomatología menopáusica con estoicismo.

Por lo visto, hemos vivido en un ostracismo absoluto. Con vergüenza. Víctimas del heteropatriarcado no hemos adquirido conciencia de nuestro cuerpo y sus posibilidades hasta que han venido desde el Gobierno a decirnos que “sí se puede”, aunque peines canas y vayas pensando más en las pérdidas de orina que en las precauciones ante un embarazo. No sé qué pensarán qué hemos hecho hasta ahora.

Ya solo faltaba la campaña que, al igual que el verano pasado nos permitía ir a la playa a pesar de nuestra celulitis o cicatrices, este año nos permite hablar y disfrutar de la sexualidad, aunque luzcamos michelín o la flacidez delate nuestra madurez.

Lo siento, pero no.

Si les preocupa nuestra salud sexual, usen los recursos para garantizar revisiones periódicas para que los 10 diagnósticos diarios de cáncer de ovario lleguen a tiempo. Sobre el resto, déjennos libres y no nos metan en su cama. Que ya somos mayores.

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