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Andorra restaura el cuadro de la Natividad, único bien que se salvó de la guerra civil Andorra restaura el cuadro de la Natividad, único bien que se salvó de la guerra civil
Trabajos de restauración del cuadro

Andorra restaura el cuadro de la Natividad, único bien que se salvó de la guerra civil

La Fundación Santa María de Albarracín está trabajando en la recuperación del lienzo del siglo XVIII
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Cruz Aguilar

Andorra ha encargado la restauración de un gran cuadro del siglo XVIII del nacimiento de la Virgen María, que formaba parte del retablo mayor y es el único bien, junto con algunas piezas de orfebrería, que se salvó de la quema durante la guerra civil española. Se trata de un lienzo de gran tamaño y notable calidad artística que, además, tiene un gran valor sentimental para los andorranos.

El Centro de Restauración de la Fundación Santa María de Albarracín se está ocupando de la recuperación de la obra e arte, que es lo único que se conserva del retablo primitivo de la iglesia de Nuestra Señora de la Natividad.

La restauradora que está al frente del proceso, Rosana Herrero, indicó que se trata de una obra de arte de gran calidad y eso que en la intervención que se realizó en los años 50 “se llevaron algunas veladuras y detalles que le daban un toque más espectacular, aunque se trata de hipótesis”. La técnica explicó que ahora están eliminando el barniz, que estaba aplicado de forma desigual y provocaba que en algunas zonas el lienzo estuviera más oscuro. Una vez esté igualado procederán al estucado de lagunas y a la reintegración cromática del lienzo.

Esa restauración posterior a la guerra civil supuso la colocación de telas muy gruesas y adhesivos que le han dado mucha rigidez al lienzo. Ahora serán sustituidas por un tejido más afín al original y parches de seda. De todas formas, Herrero concretó que, si no hubiera sido por esta actuación, el lienzo se hubiera perdido.

El lienzo tiene una historia

Se trata de un cuadro que, según explica el cura de la localidad, David Rojas Pico, se salvó de la quema durante la guerra. En el pueblo algunos cuentan que no se destrozó porque pensaron que estaba pintado en la pared, mientras que otros mayores afirman que lo tapiaron en el interior de un muro para librarlo de la hoguera. El párroco aseguró que se trata de un lienzo “con gran valor sentimental porque configura la identidad del pueblo” y relató que es el Ayuntamiento el que ha sufragado los 10.000 euros de la restauración, desarrollada íntegramente en Albarracín.

La tela del cuadro, que tiene unas dimensiones de 3,6 por 2,78 metros, parecía inicialmente que estaba en mejor estado de conservación, pero cuando los restauradores comenzaron a trabajar en el reverso se dieron cuenta de los numerosos daños que presentaba a causa de alteraciones y distorsiones. Para poder afrontar el trabajo de restauración, el cuadro se ha trasladado a los tallares que la Fundación Santa María tiene en Albarracín. Debido a sus grandes dimensiones, los técnicos han diseñado un soporte especial para el viaje y posterior trabajo en el taller.

En los laterales del lienzo se han eliminado las bandas perimetrales, para reemplazarlas por otras de una pieza con unas dimensiones superiores, con el fin de que su montaje posterior en el bastidor sea más sencillo y duradero.

Barroco

El templo se construyó entre finales del siglo XVI y principios del siglo XVII, exteriormente combina elementos barrocos con otros de tradición mudéjar. En el interior contrasta la piedra de sillería al descubierto en todos sus muros, completamente exenta de decoración, con una bóveda ornamentada con yeserías de motivos geométricos, también de inspiración mudéjar, en tonos azules, verdes y ocres.

La guerra civil española causó grandes destrozos en este monumento, que se restauró en la década de los 70 del pasado siglo gracias a la colaboración de los vecinos. Fue declarada Bien de Interés Cultural (BIC) en el año 1983.

Por lo que a iconografía se refiere, el interior de la iglesia solamente lo adorna este lienzo del siglo XVIII, que es la única pieza que se conserva del retablo original que en su día ocupó la cabecera, dedicado a la Natividad de la Virgen.

El cuadro es la única obra de arte que se conserva, además de una custodia, un cáliz y una cruz procesional que, según indicó el párroco, se restauraron el año pasado.

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