Calaceite celebra la primera ordenación de una monja budista en español

En un paraje natural a las afueras de Calaceite, bajo dos carpas sencillas y rodeada de cinco monjas venidas de diferentes países, Ayya Arindama dio este miércoles un paso histórico en el budismo: convertirse en la primera mujer ordenada como bhikkhunī en lengua española, en España y en todo el mundo. Esta íntima y sencilla ceremonia se celebró sobre los terrenos donde se ubicará el futuro monasterio Sarana Vihāra, actualmente con sede en Valderrobres y con el objetivo de consolidarse próximamente en Calaceite; un proyecto que aspira a ofrecer retiros de meditación y formación monástica para mujeres hispanohablantes. “Hasta ahora, este tipo de ordenación solo podía hacerse fuera, casi siempre en Asia y en inglés. Nunca en español, y nunca en España. Es la primera vez que se realiza en estas condiciones”, explicó Ayya Arindama de forma previa a la ordenación.

Para poder llevar a cabo este rito, que consiste en la toma de votos monásticos más exigentes dentro de la vida budista femenina, es necesario contar con la presencia de cinco bhikkhunīs previamente ordenadas. A la ceremonia acudieron monjas procedentes de Alemania, Italia y Tailandia, que quisieron apoyar el valor que simboliza esta primera ordenación en español. “Me siento muy afortunada. Han querido venir y respaldar este acto en un formato sencillo, sin grandes medios, solo con la intención de abrir camino para otras mujeres que lo deseen”, añadió.

Las dos etapas

Aunque el acto tuvo lugar en Calaceite, el día a día del monasterio Sarana Vihāra se desarrolla, de momento, en Valderrobres. Allí, desde octubre de 2023, la entidad cuenta con dos viviendas en el casco antiguo, una de ellas en la calle San Roque. Es la sede actual del proyecto y el lugar donde, de forma provisional, se celebran pequeños retiros, encuentros de meditación y sesiones formativas.

“Nos trasladamos aquí desde Barcelona porque el espacio que teníamos cerca del Montseny se nos había quedado pequeño”, explicó Ayya Arindama. “Uno de los miembros de la junta se mudó a Valderrobres y al venir a visitarlo sentimos que era un entorno muy adecuado. Nos pareció precioso, muy acogedor”.

En paralelo, el proyecto más ambicioso ya se encuentra en marcha: levantar en Calaceite un monasterio adaptado para retiros largos y con condiciones para formar nuevas bhikkhunīs.

La parcela, ubicada a unos cinco minutos del casco urbano, ya está comprada y a la espera de los permisos definitivos del Inaga.

“La idea es crear un espacio con diez pequeñas casas individuales, una sala de meditación, comedor, baños, cocina… Todo pensado para acoger a personas que quieran hacer un proceso más profundo, incluso de varios años”, explicó.

En expansión

Sarana Vihāra forma parte de la tradición budista theravāda, una de las principales corrientes del budismo y, según explica Ayya Arindama, “la que menos presencia tiene todavía en España”. Frente a otras ramas más conocidas como el budismo tibetano o el zen, el theravāda propone una práctica sobria, vinculada directamente con los textos antiguos y con una fuerte tradición monástica.

El objetivo de Ayya Arindama es crear un espacio que no solo acoja a quienes ya profesan esta vía, sino también a aquellas personas, especialmente mujeres hispanohablantes, que desean iniciarse en el entrenamiento monástico. “Ya hay una mujer mexicana que está en proceso de formación aquí, y otras han mostrado su interés. Lo importante es poder ofrecer esta posibilidad en su lengua, sin que tengan que salir del país, como tuve que hacer yo”, contó. Ella misma recuerda que se ordenó por primera vez como monja en Birmania en 2001, y que durante los últimos años ha tenido que desplazarse a Alemania hasta tres meses al año para continuar su formación.

Desde su llegada al Matarraña, Sarana Vihāra ha empezado a realizar pequeños encuentros con vecinos y a participar en actividades locales y su intención es seguir reforzando lazos.