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El CELA pone en valor el patrimonio arqueológico más desconocido de Alcorisa El CELA pone en valor el patrimonio arqueológico más desconocido de Alcorisa
Inauguración de los XVI Encuentros con la Historia, el jueves en el Centro Cultural Valero Lecha de Alcorisa. Sara Giner

El CELA pone en valor el patrimonio arqueológico más desconocido de Alcorisa

Los Encuentros con la Historia descubren los orígenes en la Peña de San Juan y Cabezo Oliveros
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Con el objetivo de que los alcorisanos conozcan su pasado para entenderse mejor a sí mismos en la actualidad, el Centro de Estudios Locales de Alcorisa (CELA) celebra hasta el domingo sus Encuentros con la Historia, que este año recuperan la presencialidad. Bajo el título El legado de los antiguos pobladores, las jornadas divulgarán que hubo vida en tiempos de los íberos más allá del importante Cabezo de La Guardia, como evidencian los restos  en la Peña de San Juan y el Cabezo Oliveros.

En su decimosexta edición, los Encuentros con la Historia aportarán diferentes miradas a la arqueología del entorno con diversas actividades con las que el CELA seguirá cumpliendo sus fines de divulgar las investigaciones y la recuperación del patrimonio y la historia de la villa. “Queremos que la gente sepa dónde estaban esas personas que nos antecedieron, cómo vivían, las decisiones que tomaron; y que conozca que aquellas decisiones han condicionado el presente de Alcorisa”, dijo el presidente del CELA, Óscar Librado, quien afirmó que el poblado ibérico del Monte Calvario y la Peña de San Juan, del año 200 antes de Cristo (a.C.), fue “el germen de la Alcorisa actual”.

En estas jornadas, el centro de estudios local ha tenido especial interés en dar a conocer que el Cabezo Oliveros es casi tan importante como La Guardia, pues “es anterior a la romanización y tan amplio y extenso” como el que se lleva la fama en la Ruta de los Íberos en el Bajo Aragón. Sin embargo, pese a que “Alcorisa y todo su entorno es una zona muy rica en yacimientos”, muchos son desconocidos porque no se han llegado a excavar, como ocurre con Oliveros.

Situado cronológicamente entre finales del siglo VI y el V a.C., el CELA considera en su página web que fue un lugar relevante como centro organizador de la vida de las pequeñas comunidades asentadas en el área conocida como Los Estancos. Es una hipótesis reforzada por la cerámica hecha a mano y restos de túmulos encontrados en la citada partida. Ya debió de existir en la Primera Edad del Hierro, calcula el centro de estudios, pero con un papel secundario, más dependiente de Mas del Hambre y controlador del paso del río junto al estrecho que corta la loma.

Este poblado fue investigado por el notario de Alcorisa Enrique Tejerizo antes de 1936, en una serie de catas por diferentes yacimientos del valle del río Guadalopillo y el río Alchoza.
Cuenta con habitaciones rectangulares exhumadas por excavadores furtivos, y restos de un muro de grandes proporciones y de un pequeño torreón y numerosos adobes.

El CELA dignificará el yacimiento el domingo con una ruta senderista que cerrará las jornadas sobre Historia y en la que también se podrán observar los restos romanos del camino y la parte alta del Alchoza.

La Guardia


Pero el yacimiento ibérico que se lleva la palma en Alcorisa es La Guardia, cuya ocupación se sitúa entre los siglos V-IV a. C. y el siglo I d.C. Los restos de la ocupación romana en la base del cerro se han fechado en el siglo III d.C.

El yacimiento de La Guardia se sitúa sobre un pequeño cerro próximo a la confluencia de los ríos Alchoza y Guadalopillo. El lugar ocupa una situación estratégica de control del camino de acceso desde el Bajo Aragón hacia el sur en dirección a Teruel. Es perfectamente visitable desde el kilómetro 218,600 de la carretera N-211, en dirección a Alcañiz, tomando a la izquierda un camino señalizado.

La Guardia fue objeto de excavaciones parciales a cargo de Purificación Atrián y Montserrat Martínez en los años 70 del siglo pasado. Los restos descubiertos se extienden sobre todo por la ladera norte donde aparecieron distintos muros de aterrazamiento de mampuestos conformando pequeñas terrazas sobre las que se construyeron viviendas y espacios de planta rectangular y, en uno de sus extremos, un gran torreón de planta circular con un apoyo central. En la zona media de la ladera, se conservan restos de un posible recinto defensivo con una zona de acceso al poblado. En los campos de labor situados en la base oriental del cerro se excavaron posteriormente parte de unas termas romanas.

Los actos


Uno de los actos principales de los XVI Encuentros con la Historia de Alcorisa tiene lugar este sábado con la visita, en autobús, al Centro de los Íberos en el Bajo Aragón (CIBA), ubicado en Alcañiz, a la que seguirá una visita al yacimiento arqueológico de El Palao, también en la cabecera comarcal del Bajo Aragón.

“Conoceremos su fondo museístico, veremos cómo son los trabajos de restauración de las distintas piezas y nos enseñarán nociones básicas para distinguir los restos cerámicos”, explica el CELA en sus redes sociales, en las que da un teléfono para inscribirse a la excursión.

Durante toda la semana, a las 18 horas, el Centro de Interpretación de la Ruta de los Íberos abre para los curiosos, que aprenden con las explicaciones de la arqueóloga Montserrat Martínez.
Las jornadas comenzaron el jueves con una charla a cargo el director del Museo de Teruel, Jaime Vicente Redón, que dio nociones sobre el patrimonio arqueológico de Alcorisa y su entorno.

Este viernes, en el Centro Cultural Valero Lecha, el gerente del Consorcio Patrimonio Ibérico de Aragón, Santiago Martínez, y el presidente del Taller de Arqueología de Alcañiz, José Antonio Benavente, explicaron el proyecto cultural y turístico que supone la consolidada Ruta Íberos en el Bajo Aragón. Posteriormente, Óscar Librado y Montserrat Martínez presentaron el anteproyecto titulado La sierra de los Caballos y el patrimonio arqueológico. Además, se rindió homenaje póstumo a Jesús Moreno Estopañán, socio de honor del CELA. Previamente, por la mañana, en el colegio Justicia de Aragón, los niños trabajaron con cerámica para emular formas íberas, mientras que en el IES Damián Forment la propia Martínez enseñaron a identificar tipos de cerámica antigua.

 

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