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El Matarraña celebra la desestimación del macroproyecto eólico de Capital Energy El Matarraña celebra la desestimación del macroproyecto eólico de Capital Energy
Una pancarte situada en un balcón del Matarraña, en contra de las centrales eólicas. Paisajes Teruel

El Matarraña celebra la desestimación del macroproyecto eólico de Capital Energy

La resolución negativa pone fin a un clúster eólico que habría afectado al Bajo Aragón histórico
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La comarca del Matarraña ha recibido con alivio y satisfacción la resolución oficial del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico que desestima el macroproyecto eólico de Capital Energy (Green Capital Development), previsto desde 2020 en parte del Bajo Aragón histórico. El dictamen, publicado recientemente en el Boletín Oficial del Estado (BOE), declara ambientalmente inviable la instalación de los parques eólicos Céfiro, Arlo y Paucali, cuya infraestructura afectaba directamente a siete municipios del Matarraña: Fórnoles, Ráfales, La Portellada, La Fresneda, Valjunquera, Valdeltormo y Mazaleón, aunque también Valdealgorfa y Maella.

“Estamos súper contentos”, afirmó Juanjo Pérez, presidente de la Asociación Gent del Matarranya, uno de los colectivos que ha liderado la oposición al proyecto. “Llevábamos cinco años con esto encima de la mesa y pensábamos que, o bien se había retirado o habían caducado los hitos administrativos. Por eso ha sido incluso más sorprendente recibir esta noticia, pero muy positiva porque se han tenido en cuenta nuestras alegaciones”, explicó.

Planteamiento del modelo

La resolución ministerial enumera afecciones graves a espacios naturales y especies protegidas, como el águila perdicera, el alimoche, el milano real o varios tipos de murciélagos. El proyecto habría supuesto, además, la alteración de hábitats, el sobrevuelo de zonas de especial protección, y una fragmentación del paisaje considerada incompatible con la conservación del entorno natural del Matarraña, según indican los documentos oficiales. En ellos también se reconoce que los estudios presentados por Capital Energy eran insuficientes o incompletos en apartados clave, como el impacto acumulado de otras infraestructuras similares en la zona, los efectos sobre especies de quirópteros (murciélagos), y la compatibilidad del proyecto con los planes de gestión de la Red Natura 2000 en Aragón y Cataluña.“Habría sido devastador”, dijo Pérez, quien destacó que, más allá del componente ambiental, el proyecto implicaba una amenaza directa al modelo económico basado en el turismo rural, el paisaje y el equilibrio territorial. “Celebramos esta decisión también desde el punto de vista económico. Nos hemos ahorrado una grave crisis, seguramente”, subrayó.

Por su parte, Pérez también valoró de forma positiva la respuesta social organizada y unitaria frente al proyecto. “Lo más destacable ha sido que, a diferencia de otros casos, aquí no se ha dividido el territorio. Ha habido un debate rico, la gente ha apostado mayoritariamente por la protección, y gracias a la difusión y a la información, se ha evitado una erosión social que estos macroproyectos suelen acarrear”, aseguró el presidente de Gent del Matarranya.

Desde los primeros momentos, el colectivo se centró en recopilar información técnica fiable y en divulgar el alcance del proyecto mediante charlas por todo el territorio, en colaboración con expertos de las universidades de Zaragoza y Tarragona. A ello se sumaron campañas visuales —banderas, pancartas, pegatinas— que fueron ganando presencia en balcones, calles y redes sociales.

Sin embargo, Pérez también pone sobre la mesa una reflexión. “Nos gustaría que esta decisión marcara un antes y un después, pero no entendemos por qué otros proyectos eólicos, con afecciones similares y en zonas prácticamente idénticas, sí han recibido informes favorables del ministerio”. Se refiere a macroproyectos promovidos por Forestalia, que obtuvieron luz verde pese a las reiteradas advertencias de afección ambiental. “Es un interrogante que queda sin resolver”, concluyó.

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