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El sargento de la Guardia Civil de Valderrobres que participó en la detención de un acosador violento en un avión: “Hubo que actuar de forma contundente para reducirlo” El sargento de la Guardia Civil de Valderrobres que participó en la detención de un acosador violento en un avión: “Hubo que actuar de forma contundente para reducirlo”
Imagen de archivo del sargento del puesto de Valderrobres de la Guardia Civil, Felipe Vila

El sargento de la Guardia Civil de Valderrobres que participó en la detención de un acosador violento en un avión: “Hubo que actuar de forma contundente para reducirlo”

“El pasaje sí que pensó en el 11-S pero a nosotros no nos dio tiempo a hacerlo”
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José Luis Rubio

El sargento de la Guardia Civil Felipe Vilas, del puesto de Valderrobres, ha saltado a la fama después de su intervención junto a otro agente de la Benemérita y dos policías nacionales reduciendo a un pasajero en estado agresivo de embriaguez a bordo de un vuelo transatlántico. Vilas asegura que tras recibir el encargo del comandante del avión no se paró a pensar en nada que no fuera en cómo reducir a esta persona y desactivar la amenaza.

-¿Cómo está viviendo estos días en los que ha cobrado un protagonismo que no esperaba cuando embarcó en el avión rumbo a Cancún?

-Lo primero que quiero decir es que en la actuación fuimos dos guardias civiles y dos policías nacionales, que en mucho medios no se ha dicho. Ha sido una experiencia excepcional porque no nos hubiéramos imaginado que en un vuelo en medio del Océano Atlántico hubiésemos tenido que intervenir en una situación de máxima emergencia. Al final todo salió bien, pudimos llegar a nuestro destino y disfrutar de nuestras vacaciones, qué era lo que deseábamos. Es nuestro trabajo y nuestro deber, y cuando el comandante de vuelo, que era la máxima autoridad, nos pidió ayuda no dudamos de la intervención en ningún momento. Lo que pasa es que es verdad que no es lo mismo actuar en la vía pública, donde lo tienes mucho más fácil que en un avión, donde el espacio es muy reducido. Al final todo salió bien pero era muy complicado porque este hombre estaba en un estado de embriaguez muy agresivo y nada más vernos se nos echó encima  y la inmovilización y la reducción fueron complejas .

-Antes del aviso del comandante del avión, ¿notó alguna situación anómala a bordo?

-Yo no noté nada porque yo viajaba justo en la parte de delante del avión, pero mis compañeros, que viajaban en la parte central, sí que notaron que había algún problema. En todo momento la tripulación estaba tratando de controlarlo. Al final, nosotros íbamos con nuestras familias y nuestras parejas. Algunos estábamos con los auriculares viendo películas y hasta que el comandante de vuelo no hizo la locución por megafonía , yo no tenía conocimiento de lo que estaba pasando en el avión.

-Una vez que el comandante reclamó la presencia de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, ¿qué fue lo que se le pasó por la cabeza?

-Lo primero que hizo el comandante de vuelo fue una locución recordando al pasaje las normas de seguridad a bordo, y seguidamente solicitó la presencia de algún miembro de los cuerpos de seguridad. Yo viajaba al principio del avión, prácticamente donde se encuentra la cabina, y al escuchar esto inmediatamente llamé a un miembro de la tripulación y me identifiqué como guardia civil. La azafata me puso en antecedentes y me dijo que el comandante de vuelo requería mi presencia en la cabina. Un instante después aparecieron los otros dos policías nacionales y mi compañero guardia civil. Los cuatro entramos en la cabina donde el comandante nos explicó la situación y que estaba comprometida la seguridad del vuelo. Se habían activado todos los protocolos dentro de la aeronave pero no eran capaces de contener a esta persona. Ya habían pasado el incidente a la aerolínea, en su sede de Palma de Mallorca, y nos pidió que tratásemos de restablecer la seguridad  y, en caso de que no pudiéramos, el comandante habría tenido que realizar un aterrizaje en el aeropuerto más cercano.

-¿No pensó en que se tratase de un acto terrorista?

-En ese momento no te da tiempo a pensar. Cuando nos informaron  de todo lo primero que pensamos era en cómo actuar para eliminar esa amenaza. Yo sé  por mi mujer, que al pasaje se le pasó por la cabeza los atentados del 11-S pero a nosotros no nos dio tiempo a pensar en eso. Fue todo muy rápido.

-¿Cómo recibieron el aviso del comandante?

-Nosotros sabíamos que entre la tripulación de la aeronave hay un protocolo interno que cumple las vías de negociación que tienen ellos porque  aunque no todos los días se encuentran con esta situación, si tienen pasajeros  que pueden estar más nerviosos o incluso agresivos. En esos casos la negociación siempre da resultado. En este caso, por lo que se ve, el pasajero subió a bordo en Madrid ya en estado de embriaguez y, por lo que nos comentó el comandante, le hizo un tocamiento a una pasajera en el culo y a un miembro de la tripulación también le habría tocado. Además, tuvo varios altercados con pasajeros, incluso amenazándoles de muerte y llegando a empujar  a uno de ellos. Se metió varias veces en el aseo con un mechero amenazando con provocar un incendio. Así, todas las vías de comunicación que mantuvieron con él no dieron resultado y fue cuando el comandante solicitó  nuestra presencia.

-¿Cómo es el protocolo dentro del avión?, porque ustedes cuatro estaban a bordo fuera de servicio, de paisano y sin el material necesario para acometer la intervención con garantías.

-La máxima autoridad allí era el comandante y lo que dijera era una orden para nosotros. En ese momento solicitó nuestra presencia, nos informó y nos dio toda la potestad para que, con los pocos medios de que disponíamos, porque ahí no disponíamos de casi ningún medio, intentásemos restablecer la situación. En un principio, hicimos una pequeña reunión entre nosotros antes de actuar para tratar de mantener una vía de negociación con él para ver si deponía su actitud, pero no nos dio tiempo. Cuando nos dijeron en qué parte del avión estaba sentado, observamos a un individuo que se encontraba fumando dentro del avión, exhalando demasiado humo y echándolo a la gente de forma provocativa. Tenía las piernas hacia el pasillo de forma que la gente no podía pasar por donde estaba él. Cuando estábamos a dos metros de él y nos íbamos a identificar, debió de pensar que éramos policías y se levantó de forma agresiva y no tuvimos medio de negociación y hubo que actuar contundentemente para reducirlo e inmovilizarlo con unos lazos de seguridad y unas bridas de plástico que nos habían facilitado la tripulación.

-¿Es muy complicado reducir a una persona en el interior de un avión?

-Es muy complicado. Si cuando se actúa en la vía pública en binomio o tres policías intentamos hacer una triangulación, en un espacio tan reducido es muy complicado. Intentamos contenerlo con los brazos y cogiéndolo del cuello. El se opuso con una resistencia activa pero, al final, éramos cuatro y pudimos contenerlo. Por suerte ninguno sufrimos lesiones.

-¿Cómo se comunicaba este pasajero?

-Por lo que sabemos, este señor había nacido en República Dominicana pero llevaba pasaporte estadounidense. hablaba español y cuando le hicimos un cacheo de seguridad, además de un mechero y un objeto punzante, llevaba en un neceser  el pasaporte, que era de ciudadano estadounidense.

-¿Fueron muy tensas las cinco horas de vuelo restantes hasta llegar al destino?

-Esta persona no depuso su actitud en ningún momento. Incluso en un momento intentó levantarse para golpearnos con la cabeza. Nos amenazó con que cuando llegásemos a México nos iba a matar  a nosotros y a nuestras familias diciendo que no sabíamos con quién nos estábamos metiendo. Quiero agradecer a la tripulación de vuelo por hacer un trabajo excepcional  con todos los pasajeros porque hubo un momento de incertidumbre porque no hay un lugar reservado en el que pudiéramos contenerlo y hubo que tenerlo allí las cinco horas. La gente no sabía muy bien lo que estaba pasando.

-Está destinado en Valderrobres pero su acento no es de allí.

-Mi acento es gallego. Llevo ya ocho años destinado en Aragón y dos años y medio en el puesto de Valderrobres. Mi esposa es enfermera en Alcañiz y tenemos una casa aquí.

­-¿Mantiene el contacto con los otros tres agentes?

-Hemos creado un grupo de whatsapp entre nosotros. Es algo que nos afecta a los cuatro y estamos en contacto permanente. Nos ha ocurrido esta experiencia, pero de este incidente ha surgido una amistad entre cuatro compañeros que no nos conocíamos de nada.

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