

La cuadrilla oficial de La Puebla de Híjar toca ante un pabellón polideportivo prácticamente abarrotado. M. N.
Las Jornadas Nacionales del Tambor, una pasión que bien merece 800 kilómetros de ida y vuelta
Las 22 delegaciones vibran en Andorra con la exaltación, el desfile y el acto de Romper la Hora
Las XXXVII Jornadas Nacionales del Tambor y el Bombo vivieron este sábado la jornada de más afluencia a Andorra, localidad organizadora de esta edición donde los tamborileros han renovado sus lazos de hermandad. Algunos han recorrido cerca de 800 kilómetros para reencontrarse y vivir un completo fin de semana al que la recreación de Romper la Hora puso el colofón tras la multitudinaria exaltación y el colorido desfile por las calles de la villa minera.
El ambiente lo pusieron principalmente los tamborileros locales, a quienes, llegados en autobuses y coches particulares, se sumaron centenares de aficionados de los ocho pueblos restantes de la Ruta del Tambor y el Bombo (Alcañiz, Albalate del Arzobispo, Calanda, Samper de Calanda, Híjar, Urrea de Gaén, Alcorisa y La Puebla de Híjar), Valderrobres y la ciudad de Teruel. Estas son las once localidades turolenses que participan en el Consorcio y que constituyen la mitad del mismo. Acompañaron los visitantes Agramón, Tobarra, Hellín (Albacete); Alagón, Fuentes de Ebro (Zaragoza); Alcora (Castellón); Alzira (Valencia); Baena (Córdoba); Jumilla, Moratalla y Mula (Murcia).
“Principalmente, el motivo de desplazarte a 800 kilómetros de tu casa es por ver a gente que ya hace mucho tiempo que conoces y echar un fin de semana en torno al tambor, que es lo que más nos gusta”, dijo José Luis Soriano, tamborilero de Baena, ataviado con su característica casaca roja con pantalón azul marino, cola blanca, casco y plumero.
“Normalmente venimos cuatro o cinco peñas de Baena y en el desfile estamos ciento y algo de judíos”, explicó este integrante de la peña Amigos de las Jornadas que representa a la delegación oficial en la exaltación.
En su caso, empezó a participar en los eventos en 1994 en Mula y, hasta la fecha, no ha fallado a ninguno. En cuanto a Andorra, “genial la organización; no puedo hablar mal porque tengo mucha amistad con gente de aquí, pero un diez”, aseguró.
Con el permiso de Baena, si hay un pueblo que llama la atención por su indumentaria es Moratalla, donde las túnicas son singulares y coloristas a más no poder. “Esa es nuestra esencia, que cada uno va como quiere. Nuestros antepasados se ponían la primera tela que pillaban y eso era su túnica. Ahora ha cambiado un poco, antes se hacían con recortes de telas lisas de colores llamativos y ahora se lleva más el estampado”, explicó Mari Carmen Martínez, que ha llegado junto a otras 50 personas en un autobús cuyos vinilos presentan las jornadas de 2025, que se celebrarán en esta localidad murciana. “Cuando son tan lejos para nosotros, cuesta más trabajo venir. Pero yo voy a todo lo que puedo por el ambiente, la tradición, ese dejarse la piel por tu pueblo”, destacó la tamborilera, que lleva un Cristo en la llave de su tambor en honor a su padre, apodado así. En su pueblo empiezan a tocar el Jueves Santo y continúan el viernes, para descansar el sábado y reanudar el domingo de nuevo a modo de celebración de la Resurrección.
Para Mari José González, vecina de Jumilla, estas han sido sus primeras jornadas. Se inició hace unos meses en el mundo del tambor y le encanta. “Hay muy buena representación de todo lo que son los toques del tambor y el bombo de todo el país, con muchas diferencias entre unos y otros”, se sorprendió. “Veníamos con ganas de tocar el tambor y nos hemos mojado un rato esta mañana, pero seguimos disfrutando”, dijo a mediodía. El tiempo mejoraría para lucimiento del espectáculo de color y sonido.
Su asociación, los Tambores Cristo de la Sangre, lleva 20 años en activo. La semana que viene tienen el Pregón, al que han invitado a Antonio Mesa, que hasta este sábado fue el presidente carismático del Consorcio Nacional de los Pueblos del Tambor y el Bombo.
Daniel Sedil pertenece a la cuadrilla oficial de Samper de Calanda. Salieron de la exaltación “contentos y orgullosos” de volver a representar a su pueblo. “Siempre somos el mismo grupo oficial y van subiendo con 15 años o así los jóvenes, y de ahí hasta que te canses. Hoy habremos salido unos 35, pero somos unos 45”, calculó.
En Samper comienzan los ensayos el fin de semana siguiente al día de Reyes y, con tesón, practican todos los fines de semana en el patio del colegio. “El sentimiento tamborilero esta muy vivo en Samper, la gente joven sigue la tradición de los abuelos y los padres y la verdad es que estamos contentos. Que dure muchos años”, dijo, pensando ya en las Jornadas Nacionales de 2031 de las que la localidad del Bajo Martín será anfitriona. “Estamos ya cogiendo apuntes para que no se escape nada”, bromeó.
Por su parte, el presidente de la Cofradía del Cristo de los Tambores y uno de los principales organizadores del evento, el andorrano Aitor Pes, mostró su satisfacción con el desarrollo del programa al tiempo que esperaba un sábado multitudinario. “El área de caravanas esta a tope y han venido muchos autobuses. En Andorra hacía un tiempo que no las organizábamos y, quieras que no, después del cierre de la central y tantos problemas que hemos tenido, por lo menos una alegría para el cuerpo viene bien. Para el ayuntamiento supone dinero, pero sobre todo para la hostelería es una inyección de dinero bastante importante”, explicó.
Tras la espectacular inauguración el viernes con el espectáculo de Sergio Aso que recogió toda la tradición y cultura de Andorra con la jota y la minería por bandera, la jornada empezó con la tradicional exaltación, en la que por dos horas y media todos los municipios participantes exhibieron sus toques y vestimentas. El polideportivo quedó abarrotado por momentos y ovacionó especialmente algunas actuaciones como las de Andorra, Alzira y Alcora.
El desfile se celebró a última hora de la tarde y, como novedad, contó con la participación de las cofradías de Alloza, Muniesa, Ariño y Berge que conforman la asociación Tamboas.
Por fin, a las 00:30 horas ya del domingo se recreo el acto de Romper la Hora en la plaza del Regallo, con un espectáculo previo “luminotécnico-musical” que, al cierre de esta edición, era el secreto mejor guardado.
El ambiente lo pusieron principalmente los tamborileros locales, a quienes, llegados en autobuses y coches particulares, se sumaron centenares de aficionados de los ocho pueblos restantes de la Ruta del Tambor y el Bombo (Alcañiz, Albalate del Arzobispo, Calanda, Samper de Calanda, Híjar, Urrea de Gaén, Alcorisa y La Puebla de Híjar), Valderrobres y la ciudad de Teruel. Estas son las once localidades turolenses que participan en el Consorcio y que constituyen la mitad del mismo. Acompañaron los visitantes Agramón, Tobarra, Hellín (Albacete); Alagón, Fuentes de Ebro (Zaragoza); Alcora (Castellón); Alzira (Valencia); Baena (Córdoba); Jumilla, Moratalla y Mula (Murcia).
“Principalmente, el motivo de desplazarte a 800 kilómetros de tu casa es por ver a gente que ya hace mucho tiempo que conoces y echar un fin de semana en torno al tambor, que es lo que más nos gusta”, dijo José Luis Soriano, tamborilero de Baena, ataviado con su característica casaca roja con pantalón azul marino, cola blanca, casco y plumero.
“Normalmente venimos cuatro o cinco peñas de Baena y en el desfile estamos ciento y algo de judíos”, explicó este integrante de la peña Amigos de las Jornadas que representa a la delegación oficial en la exaltación.
En su caso, empezó a participar en los eventos en 1994 en Mula y, hasta la fecha, no ha fallado a ninguno. En cuanto a Andorra, “genial la organización; no puedo hablar mal porque tengo mucha amistad con gente de aquí, pero un diez”, aseguró.
Con el permiso de Baena, si hay un pueblo que llama la atención por su indumentaria es Moratalla, donde las túnicas son singulares y coloristas a más no poder. “Esa es nuestra esencia, que cada uno va como quiere. Nuestros antepasados se ponían la primera tela que pillaban y eso era su túnica. Ahora ha cambiado un poco, antes se hacían con recortes de telas lisas de colores llamativos y ahora se lleva más el estampado”, explicó Mari Carmen Martínez, que ha llegado junto a otras 50 personas en un autobús cuyos vinilos presentan las jornadas de 2025, que se celebrarán en esta localidad murciana. “Cuando son tan lejos para nosotros, cuesta más trabajo venir. Pero yo voy a todo lo que puedo por el ambiente, la tradición, ese dejarse la piel por tu pueblo”, destacó la tamborilera, que lleva un Cristo en la llave de su tambor en honor a su padre, apodado así. En su pueblo empiezan a tocar el Jueves Santo y continúan el viernes, para descansar el sábado y reanudar el domingo de nuevo a modo de celebración de la Resurrección.
Para Mari José González, vecina de Jumilla, estas han sido sus primeras jornadas. Se inició hace unos meses en el mundo del tambor y le encanta. “Hay muy buena representación de todo lo que son los toques del tambor y el bombo de todo el país, con muchas diferencias entre unos y otros”, se sorprendió. “Veníamos con ganas de tocar el tambor y nos hemos mojado un rato esta mañana, pero seguimos disfrutando”, dijo a mediodía. El tiempo mejoraría para lucimiento del espectáculo de color y sonido.
Su asociación, los Tambores Cristo de la Sangre, lleva 20 años en activo. La semana que viene tienen el Pregón, al que han invitado a Antonio Mesa, que hasta este sábado fue el presidente carismático del Consorcio Nacional de los Pueblos del Tambor y el Bombo.
Daniel Sedil pertenece a la cuadrilla oficial de Samper de Calanda. Salieron de la exaltación “contentos y orgullosos” de volver a representar a su pueblo. “Siempre somos el mismo grupo oficial y van subiendo con 15 años o así los jóvenes, y de ahí hasta que te canses. Hoy habremos salido unos 35, pero somos unos 45”, calculó.
En Samper comienzan los ensayos el fin de semana siguiente al día de Reyes y, con tesón, practican todos los fines de semana en el patio del colegio. “El sentimiento tamborilero esta muy vivo en Samper, la gente joven sigue la tradición de los abuelos y los padres y la verdad es que estamos contentos. Que dure muchos años”, dijo, pensando ya en las Jornadas Nacionales de 2031 de las que la localidad del Bajo Martín será anfitriona. “Estamos ya cogiendo apuntes para que no se escape nada”, bromeó.
Por su parte, el presidente de la Cofradía del Cristo de los Tambores y uno de los principales organizadores del evento, el andorrano Aitor Pes, mostró su satisfacción con el desarrollo del programa al tiempo que esperaba un sábado multitudinario. “El área de caravanas esta a tope y han venido muchos autobuses. En Andorra hacía un tiempo que no las organizábamos y, quieras que no, después del cierre de la central y tantos problemas que hemos tenido, por lo menos una alegría para el cuerpo viene bien. Para el ayuntamiento supone dinero, pero sobre todo para la hostelería es una inyección de dinero bastante importante”, explicó.
Un sábado con contenido
Tras la espectacular inauguración el viernes con el espectáculo de Sergio Aso que recogió toda la tradición y cultura de Andorra con la jota y la minería por bandera, la jornada empezó con la tradicional exaltación, en la que por dos horas y media todos los municipios participantes exhibieron sus toques y vestimentas. El polideportivo quedó abarrotado por momentos y ovacionó especialmente algunas actuaciones como las de Andorra, Alzira y Alcora.
El desfile se celebró a última hora de la tarde y, como novedad, contó con la participación de las cofradías de Alloza, Muniesa, Ariño y Berge que conforman la asociación Tamboas.
Por fin, a las 00:30 horas ya del domingo se recreo el acto de Romper la Hora en la plaza del Regallo, con un espectáculo previo “luminotécnico-musical” que, al cierre de esta edición, era el secreto mejor guardado.