

Mar Roura toma el relevo en la panadería Eva de Calaceite y mantiene las recetas
La gestora asume el negocio y asegura que seguirá fiel al legado de EulogioLa panadería Eva apaga su horno tras 25 años: el adiós a un referente de Calaceite
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Hace apenas mes y medio que Mar Roura abre cada madrugada la persiana de la histórica panadería Eva, pero su determinación y su compromiso con la tradición han hecho que los vecinos perciban continuidad más que cambio. El establecimiento, fundado en 1999 por Eulogio y su esposa, cerró a comienzos de verano por motivos de salud del propietario, que buscaba un relevo dispuesto a mantener las elaboraciones artesanas que lo han convertido en un referente en Calaceite después de tanto tiempo.
“Yo sigo sus recetas y hago todo igual que él. Él me ha enseñado lo que hacía y está ahí para ayudarme en cualquier duda”, explicó Roura, que se trasladó a Mazaleón hace tres años y que, tras quedarse sin trabajo en hostelería, decidió dar el paso hacia un oficio que le atraía desde hace tiempo.
Un cambio radical
Para quien no ha trabajado nunca en el sector, el salto a la panadería implica mucho más que aprender técnicas de amasado. Supone ajustar toda la rutina a un horario que empieza cuando la mayoría duerme. “Empezamos a trabajar a medianoche y la tienda permanece abierta hasta la una del mediodía. Es un cambio de vida importante, pero hay que acostumbrarse”, reconoció Roura.
La elaboración del pan y la repostería comienza con el pesaje y mezclado de ingredientes, continúa con los tiempos de fermentación y el horneado, y finaliza con la atención directa al cliente en el mostrador. Entre las elaboraciones que cada día salen del horno figuran panadetas, mantecados, magdalenas y cocas de pimentón o de manzana, todos ellos siguiendo al pie de la letra las fórmulas que consolidaron la reputación del negocio.
El relevo en un comercio tan arraigado no es solo cuestión de técnica: también hay que saber mantener el vínculo con la clientela habitual. En este caso, el traspaso ha sido gradual y acompañado por el propio Eulogio, que sigue disponible para resolver dudas y garantizar que el sabor y la textura de cada pieza sean idénticos a los que la gente espera.
La reacción del público ha sido, en general, positiva. “La mayoría está contenta. Me dicen que siempre hace falta pan, y valoran que se mantenga la esencia de la panadería de toda la vida”, apuntó Roura. El vínculo con la clientela habitual, forjado durante un cuarto de siglo, se mantiene intacto gracias a que Eulogio transmitió no solo sus fórmulas, sino también la filosofía de atención cercana que caracterizó al negocio.
Con ilusión y prudencia, Roura aspira a que esta nueva etapa sea larga. “Si tengo la suerte de jubilarme aquí, sería una maravilla, pero nunca se sabe. De momento, sigo con lo mismo que él, y si puedo ir introduciendo cambios, lo haré con tiempo”, aseguró la nueva gerente. Es por ello que ahora la panadería Eva mantiene así el aroma a pan recién hecho en el casco urbano de Calaceite y, con él, la sensación de que hay tradiciones que, si se cuidan, pueden seguir vivas muchos años más.
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