Síguenos
Nace la Asociación de Oliveras Singulares de Aragón para conservar el patrimonio olivarero Nace la Asociación de Oliveras Singulares de Aragón para conservar el patrimonio olivarero
Fotografía de familia de algunos de los integrantes de la Asociación Oliveras Singulares, al pie de la Olivera centenaria de Cervera, en Belmonte. Paco Climent

Nace la Asociación de Oliveras Singulares de Aragón para conservar el patrimonio olivarero

Omezyma organiza una jornada participativa en Belmonte con motivo del Día Mundial del Olivo
banner click 236 banner 236

Omezyma abrió este domingo el calendario de actividades en Belmonte de San José, en el marco de la celebración del Día Mundial del Olivo, fecha fijada por la Unesco en el 26 de noviembre. Esta jornada reunió a asociaciones, técnicos, propietarios y vecinos en una programación que incluyó una presentación del proyecto OLIVA-R, la visita a la olivera milenaria de Cervera -la primera catalogada como olivera singular por el Gobierno de Aragón- y una cata de aceitunas y Aove con el maestro oleícola Víctor Vidal. En ese contexto se dio a conocer oficialmente la creación de la nueva Asociación de Oliveras y Árboles Singulares de Aragón, impulsada por profesionales del territorio que llevan años investigando y catalogando ejemplares singulares y que, por tanto, llegará a funciones que OLIVA-R no realiza, como preservar o implicar a los propietarios de los árboles.

Una estructura propia

El presidente provisional de la asociación, Fernando Zorrilla explicó que el colectivo nace como respuesta a un trabajo acumulado durante años. “El motivo de juntarnos hoy aquí es presentar una asociación que nos ha permitido catalogar una serie de oliveras de grandes dimensiones y longevidad, ejemplares que forman parte del patrimonio medioambiental del Bajo Aragón histórico y que en muchos casos se desconocían”.

El proceso comenzó en la comarca del Matarraña y municipios del Mezquín -La Codoñera, Belmonte o Torrevelilla- y continuó después en el Bajo Aragón, donde se desarrolló el proyecto Tierra de Centenarias, todavía activo y con grandes resultados a sus espaldas. Zorrilla destacó que estas iniciativas “ya están generando resultados tangibles”, como la recuperación paisajística del entorno de la almazara de Jaganta para su uso oleoturístico o trabajos vinculados a antiguos molinos.

La nueva asociación pretende actuar como herramienta útil para complementar las actuaciones públicas. “Queremos llegar donde la administración no puede, acompañar a los propietarios y trabajadores que han mantenido este patrimonio y ser un apoyo para garantizar su conservación futura”, aseguró Zorrilla

La entidad dispone por ahora de una junta promotora y abrirá la incorporación de socios en enero, dirigida tanto a vecinos del Bajo Aragón histórico como a personas interesadas del resto de Aragón. “Es una asociación de ámbito autonómico. Queremos que quienes se preocupan por estos grandes árboles se incorporen y trabajemos en una misma línea en Aragón”.

Durante el intercambio con los asistentes se subrayó que la creación de una asociación facilita la tramitación de ayudas y subvenciones, permite canalizar proyectos de manera ordenada y evita duplicidades con otras líneas ya existentes. Zorrilla incidió en que la clave es sumar capacidades. “La unión hace la fuerza. Se trata de ir canalizando los apoyos posibles sin solaparse con otras iniciativas y complementándolas”.

Otros participantes apuntaron que esta estructura permitirá reforzar el vínculo entre la catalogación de variedades antiguas y el estudio de las oliveras centenarias. En Belmonte, por ejemplo, se han documentado más de 25 ejemplares singulares, lo que abre la puerta a investigaciones que relacionen la historia del olivar, la genética de las variedades y la evolución del cultivo desde épocas anteriores al empeltre.

Jornada explicativa de la nueva asociación. P.A.

La jornada comenzó con la intervención de Joaquín Lorenzo, gerente de Omezyma, quien presentó el proyecto OLIVA-R, desarrollado a escala autonómica por Omezyma y Fita Fundación para identificar y caracterizar genéticamente variedades locales resilientes que no figuren en el Banco Mundial de Germoplasma de Córdoba. “Lo que hacemos es prospectar, analizar ADN y ver qué variedades locales existen y no están registradas. Cuando encontramos una olivera antigua que muestra características distintas, podemos determinar si se trata de una variedad nueva y darle nombre”. Lorenzo recordó que el valor de estas prospecciones radica en su patrimonio genético. “Estas oliveras llevan cientos de años vivas. Pueden conservar variedades que en su tiempo existieron y hoy han desaparecido porque el empeltre domina por su doble aptitud para mesa y aceite”. Subrayó además que OLIVA-R permitirá registrar nuevas variedades en los sistemas oficiales y vincularlas a la identidad territorial aragonesa.

El debate posterior abordó cómo el estudio varietal y la preservación de oliveras centenarias pueden aportar información histórica sobre la expansión del cultivo, la datación de ejemplares y la evolución del olivar desde el siglo XVI. Técnicos presentes recordaron que los trabajos realizados hasta ahora ya han permitido identificar variedades no catalogadas y establecer una estimación de la diversidad real existente.

La jornada continuó con una visita grupal de una veintena de interesados a la Olivera milenaria de Cervera, ubicada en esta misma localidad bajoaragonesa. La jornada concluyó con una cata guiada. Así se completó una jornada que anticipa la celebración del Día Mundial del Olivo, con iniciativas que continúan hoy en Calaceite de la mano de empresas especializadas del territorio.

El redactor recomienda