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El proyecto Tararaina profundiza, a través del arte y la naturaleza, en la memoria colectiva El proyecto Tararaina profundiza, a través del arte y la naturaleza, en la memoria colectiva
Durante los talleres se trabaja con imágenes para ahondar en la memoria colectiva de la población

El proyecto Tararaina profundiza, a través del arte y la naturaleza, en la memoria colectiva

La iniciativa busca implicar a los habitantes del territorio para mantener vivos los saberes de antaño
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Cruz Aguilar

Tararaina significa en algunas zonas de Aragón telaraña y eso es precisamente lo que han querido tejer en la Sierra de Albarracín un grupo de personas que, con un total de nueve talleres en tres pueblos diferentes, pretenden profundizar en la memoria colectiva a través del arte y la naturaleza. Las actividades se van a desarrollar en la Sierra de Albarracín y buscan implicar a los ciudadanos de todas las edades para que los niños se empapen de los saberes de antaño a través de las enseñanzas de sus mayores.

En total, se van a llevar a cabo nueve talleres en las localidades de Moscardón, Toril y Masegoso y El Vallecillo, donde está prevista la próxima cita este sábado día 20.

La impulsora de la actividad, Sheyla López, señala que se trata de una iniciativa que busca llevar la cultura a los lugares donde hay pocos habitantes, pero entendiendo la cultura como el intercambio de conocimientos y profundizando en las raíces del territorio."Busca contribuir a tejer redes entre la artesanía, las personas y la naturaleza, unir fuerzas para recopilar, poner en valor y compartir aquellos saberes de nuestras abuelas y abuelos basados en una atención plena sobre el entorno natural, esos conocimientos concentrados en los pueblos y que están desapareciendo aceleradamente", especifican.

‘El pueblos somos’

Así, el primero de los talleres, realizado en agosto, fue de cianotipia y se trabajó sobre las plantas de la propia serranía. El taller principal del proyecto es, como explicó López, el denominado El pueblo somos, en el que tanto los habitantes que residen en la localidad como los descendientes, deben definir lo que es para ellos su tierra. Consta de cuatro sesiones, dos para la recopilación de la memoria colectiva y otros dos en los que se realizarán murales entre todos "para exponerlos en las calles" del propio municipio, dice López. Precisamente en El Vallecillo ya se han hecho dos y los otros dos, previstos para el día 20 y 27 de septiembre, consistirán en la realización de los propios murales. En las sesiones realizadas con anterioridad tomaron parte una veintena de personas en cada uno de ellos.

Los talleres aglutinan a personas de diferentes edades


En el taller que se llevo a cabo en Moscardón contó con la participación de una decena de personas, la mayor parte de ellas ligadas al pueblo aunque no residen allí.

El desarrollo de este proyecto cuenta con el respaldo de Asiader, la Asociación para el Desarrollo Rural Integral de la Sierra de Albarracín y está cofinanciado por la Unión Europea dentro del programa Leader 2025. Está abierto a la participación de personas de todas las edades. Además de Sheyla López, que es fotógrafa y artesana multidiscipinar, colaboran en la iniciativa Mari Carmen González, que gestiona Mi taller del Sobrarbe, y Beatriz Redondo, de Wicca-Alquimia textil.

Las impulsoras matizan que lo que no se conoce, no se cuida, de ahí el interés por profundizar en la memoria colectiva y aprender a través de encuentros en los que se reúne a los habitantes del territorio y otras personas vinculadas a ellas con diferentes herramientas artísticas, que van desde la cianotipia al collage, la retacería o la estampación botánica.
 

Cada participante puede describir lo que supone el pueblo para él

De los talleres desarrollados hasta la fecha, Sheyla López destaca el interés demostrado por mayores y pequeños, pero incide en que "lo más bonito ha sido contar con la asistencia de la gente más mayor, que a veces está menos acostumbrada a salir" y se ha sumado.

El proyecto se desarrollará hasta 2026 y la idea, dice la responsable, es "darle continuidad" porque "nace de la necesidad que se detecta de que haya actividad cultural y, a la vez, se potencie la recuperación de estos talleres", asegura. Por eso intentarán que Tararaina continúe extendiendo su red como una tela de araña por el resto de localidades de la serranía.

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