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Javier Rodrigo-Ilarri: Javier Rodrigo-Ilarri:
Javier Rodrigo-Ilarri es el autor de la investigación que plantea la viabilidad de recuperar la acequia del Diablo de Olba

Javier Rodrigo-Ilarri: "Planteamos una solución viable para la acequia se demuela o no la presa de Los Toranes"

El autor de un proyecto para recuperar la acequia del Diablo recuerda que se trata de una infraestructura de más de 700 años y de origen árabe, con gran valor patrimonial
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Cruz Aguilar

Javier Rodrigo-Ilarri es doctor ingeniero e Caminos, Canales y Puertos, profesor titular de la Universidad Politécnica de Valencia y pertenece al departamento de Ingeniería hidráulica y medio ambiente e investigador del  Instituto de Ingeniería del Agua y Medio Ambiente, del que es subdirector.

-¿Cómo nace este proyecto?
-Mi relación con El Valle de Olba y con las infraestructuras del Mijares en su entorno viene a partir de 2020, cuando se pusieron en contacto conmigo para que redactara un informe sobre la central hidroeléctrica de San Agustín y la presa de los Toranes. Entro en contacto con la gente Del Valle y comienzo la relación con los vecinos, entre ellos con la asociación Gugaia, que es la que solicitó el estudio.

-¿Qué particularidades tiene la acequia del diablo?
-Es un bien incluido en el catálogo de patrimonio de la Comunidad Autónoma de Aragón. Como infraestructura hidráulica lleva dando servicio más de 700 años, tiene origen árabe y durante ocho siglos ha dotado de caudales a los riegos en el valle de Olba. Se inicia en el Mijares y continua, porque es mucho más larga que el tramo que hemos estudiados. Dada la necesidad que tienen los regantes de contar con caudal y a la vista del resultado del expediente de los Toranes, que ha dejado sin servicio el regadío del valle, la acequia del Diablo se plantea como la mejor infraestructura para dar respuesta a las necesidades de los regantes.

-¿Esta sería la alternativa al desuso de la presa?
-Los regantes se han quedado sin agua porque cogían el agua del aliviadero de la presa de San Agustín, como está en desuso, no tiene agua. Anteriormente el agua de la acequia venía del azud de Fonseca, pero en 1993 un talud destruyó la acequia y en ese momento comenzó a cogerse del aliviadero. Nosotros hemos analizado todas las alternativas técnicamente viables, que contemplan tanto mantener como demoler la presa, analizamos once alternativas y concluimos que la mejor, la más óptima, es la restauración de toda la acequia, de forma que funcione de forma independiente, es la más respetuosa con el patrimonio de Aragón. Para ello es necesario rehabilitarla y restituir los tramos. Esta solución es más rápida y económicamente más efectiva que esperar a que termine la tramitación del expediente de los Toranes que no sabemos cuándo acabará. Ademas esta solución tiene la ventaja de que podría implementarse desde ya y que es independiente del expediente de  Los Toranes, de hecho ha estado funcionado ocho siglos sin que existiera el embalse, lo que planteamos es volver a la situación anterior a 1993, cuando ocurrieron los desprendimientos.

Rentabilidad económica

-Hablan en su informe de rentabilidad económica, ¿a qué se refiere?
-Los aspectos económicos se refieren a que esta solución no utiliza bombeo de ningún tipo, funciona por gravedad, utilizando la diferencia de altitud entre el azud y Olba y eso minimiza los costes de funcionamiento, que se limitan a mantener la acequia limpia, como ocurre con todas, y una vigilancia, máxime por el entorno agreste donde se ubica. Es la que menos costes de funcionamiento tiene y los de construcción son muy competitivos comparados con otras alternativas. Por ejemplo, coger el agua desde el embalse obliga a construir una nueva tubería porque la existente es propiedad de Iberdrola, la no utilización de ese túnel se engloba en el expediente de demolición de Los Toranes. El expediente no solo afecta a la presa, sino a la propia central y al canal y todo eso está en riesgo de ser demolido puesto que la concesión hidroeléctrica afecta no solo al cuerpo de la presa sino a todas las infraestructuras asociadas.

-¿Qué rentabilidad social tiene?
-Varias. La primera es proteger el patrimonio histórico de Aragón. En el caso de que no se rehabilitara se perdería un bien patrimonial catalogado y esta es la solución más respetuosa con ese patrimonio. Por otro lado, la comunidad de regantes quiere mantener sus regadíos, lo está reclamando. Estamos hablando de una zona muy poco poblada y si se les impide el acceso al agua se va a inducir más la despoblación, que funcione la acequia va a fijar población en el territorio y a atraer a nuevos pobladores a la zona. La solución responde a una demanda social, la de los pocos pobladores del valle de Olba, que incluye el municipio y sus pedanías, de forma que no se sientan abandonados y olvidados, sino que se aproveche ese patrimonio hidráulico único, porque no existen tantas acequias árabes en funcionamiento.

-¿Quedarían más acequias por recuperar en Olba?
-Hemos estudiado un tramo, me consta que sí existen más acequias y más problemas de suministro, aunque no similares. es decir, que sí que existen más problemas que habrá que estudiar en un futuro pero no se resuelven con esta solución que se propone, esta solución afecta únicamente al tramo que va desde el azud de Fonseca a Olba.

Medio rural

-La falta de interés por recuperar una acequia, ¿atañe a la acequia del Diablo en exclusiva o, por el contrario, es un problema endémico del medio rural?
-En este caso particular el problema ha surgido cuando se ha cortado el acceso del caudal al ordenar el cierre de la central hidroeléctrica de San Agustín. Desde 1993 tenían esa toma en precario tras los desprendimientos y, cuando se han quedado sin agua, es cuando se han dado cuenta lo necesaria que era. La necesidad de contar con soluciones que garanticen el suministro de caudal es algo habitual, lo que pasa es que las comunidades de regantes suelen resolverlo de forma permanente o temporal, como ocurrió en este caso, donde el problema ha vuelto 30 años después. Problemas de este estilo va a seguir habiendo en el futuro en la medida que se usan acequias antiguas que requieren de un mantenimiento y una conservación. Las comunidades de regantes tendrán que contar con presupuestos adecuados para mantener y reparar esas instalaciones, aunque en este caso el problema es más complicado porque se generó hace 30 años y solo ahora se está intentando resolver. Cada caso es único, hay que estudiarlos, no se pueden aplicar las soluciones con carácter general. En este caso además merece la pena restaurar la acequia porque es un bien patrimonial único, muy antiguo.

-Su recuperación tiene un coste de 273.000 euros, ¿de dónde proponen sacarlos?
-Este no es el presupuesto total, sino de ejecución material, habría que añadir gastos generales, beneficio industrial e IVA. Se ha iniciado ya el proceso de obtención de fondos en competición con otros proyectos y el compromiso es que sean al 100%, que ni regantes ni ayuntamientos deban pagar.

-La comunidad de regantes de Olba lanzó un crowfounding en el año 2019 para realizar pequeñas obras en sus acequias medievales, ¿cómo encaja esa idea en este proyecto que plantean ustedes?
-En principio no tiene nada que ver, pero es perfectamente compatible puesto que hemos identificado que dos terceras partes, dos de esos tres kilómetros, están en bastante buen estado, se puede hacer una limpieza con medios manuales y por personal que no tiene que ser experto. Si se pudiera contar con voluntarios o contrataciones a través de ese crowfounding sería perfecto.

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