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Cuevas Labradas planta el pino de San Juan, una tradición que no se celebraba desde el 2012 Cuevas Labradas planta el pino de San Juan, una tradición que no se celebraba desde el 2012
Una treintena de personas acudieron a la tala del pino, que en esta ocasión fue en el Barranco de Santa María. María Herrero y Maite Argente

Cuevas Labradas planta el pino de San Juan, una tradición que no se celebraba desde el 2012

La Comisión de Fiestas ha recuperado uno de los eventos más arraigados en el municipio
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Cruz Aguilar

Cuevas Labradas ha recuperado este 2023 la plantada del pino, una tradición ancestral que en las últimas dos décadas tan solo se ha realizado en dos ocasiones más, en los años 1997 y 2012. Aunque tradicionalmente eran los quintos los que llevaban a cabo este ritual, en estas tres últimas veces ha sido la Comisión de Fiestas de cada uno de estos años los que la han impulsado para deleite de sus vecinos.

Una treintena de personas, entre los doce integrantes de la comisión y los voluntarios, se desplazaron en las vísperas de San Juan hasta el paraje del Barranco de Santa María, donde talaron, con los preceptivos permisos, uno de los pinos más singulares de la zona. En esta ocasión acudieron por primera vez tres mujeres a la talada del pino, una tarea que tradicionalmente realizaban los quintos varones.

El pino se arrastró con un tractor desde el pinar hasta la plaza Mayor de Cuevas Labradas y ahí se instaló el día de San Juan, 23 de junio, por la tarde. Marina Herrero, vecina del municipio y muy implicada en las tradiciones de Cuevas Labradas relata que la tradición en el pueblo era hacerlo el día de San Juan por la mañana, después de tomar la denominada sanjuanada, que consistía en acudir al río a lavarse la cara.

Uno de los momentos más interesantes de esta tradición era la colocación del pino en la plaza, que se subía con la ayuda de tijeras echas de pino y encorvadas, unas más largas y otras más cortas. Era la voz de los hermanos Morenos, al grito de “¡Arriba!” la que marcaba la pauta a seguir durante el proceso. “Era modulada u ascendente, impactaba oírla porque tenía su ritmo”, relata Marina Herrero, quejón sus más de 70 años ha conocido esta tradición desde siempre.

Desde tres ventanales de otras tantas casas de la plaza, situadas en lugares estratégicos, se colocaban unas sogas para tensar el pino y mantenerlo en equilibrio hasta que llegaba arriba.

El proceso ahora no es tan espectacular porque se coloca con tractor, pero aún así despertó un gran interés entre los vecinos. Este año los encargados de llevar el pino hasta el centro de Cuevas Labradas fueron los tractoristas Pepito Martínez y Esteban Fuertes mientas que el encargado de subirlo ayudado por una pala y unos ganchos fue Fernando Castellote.

Competición

Otro de los hitos importantes que acompañaba la plantada del pino era la procesión que se celebra con San Juan y Santa Bárbara y que, como comenta Marina Herrero, “era como una competición entre el pino y la procesión, para ver quién se luce más”.

El pino estuvo plantado en la plaza durante una semana, se quitó justo el día de San Pedro, como marca la tradición. Antaño la quitada del árbol era otro acontecimiento importante puesto que iba acompañado de su subasta. A la puja acudían maderistas de toda la zona e incluso de valencia. “Era muy curioso ver las apuestas” y la recaudación se la quedaban los quintos para su fiesta. Era un pino de gran altura, de madera de gran calidad por lo que generaba un gran interés entre las empresas del sector.

Este año no hubo puja, pero todos los vecinos de Cuevas Labradas se reunieron con el fin de rememorar el pasado, una tradición que ha recuperado la comisión de fiestas de este año y que el pueblo agradece puesto que es una forma de difundirla entre las generaciones venideras.

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