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El Museo Arqueológico Nacional presenta  la exposición ‘Alas para la Guerra’ El Museo Arqueológico Nacional presenta  la exposición ‘Alas para la Guerra’
Imagen de la exposición inaugurada en el Museo Arqueológico Nacional

El Museo Arqueológico Nacional presenta la exposición ‘Alas para la Guerra’

La muestra incluye los siete cascos robados en Arátikos y piezas de Teruel
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El Museo Arqueológico Nacional (MAN) inauguró este lunes Alas para la guerra. Aratis y Celtiberia, una exposición de reúne los siete cascos, armas y joyas recuperados en 2019 del expolio de la ciudad celtíbera de Arátikos, en Aranda de Moncayo, Zaragoza. Se trata de la primera muestra que reúne todas las tipologías de cascos celtibéricos conocidos.

La muestra, que se completa con hasta 200 objetos del MAN y de los museos de Zaragoza, Teruel y el Numantino de Soria, presenta un recorrido por la cultura celtíbera y la importancia de la guerra, el comercio y el estatus social en el mundo celtíbero durante la edad de Hierro (siglos VI – I a.c.). Algunas de esas piezas no habían sido expuestas nunca hasta ahora.

Tres unidades temáticas

Distribuidas en tres unidades temáticas, la exposición profundiza sobre conceptos como el ámbito social y político de la Celtiberia, el mundo de la guerra y el guerrero. Además, reflexiona sobre la importancia de las labores de recuperación y puesta en valor, estudio y divulgación de los cascos de Aratis, un caso de expolio sufrido en el yacimiento de Cerro de Castejón en Aranda de Moncayo, localidad situada en Zaragoza

La directora general de Patrimonio Cultural del Gobierno de Aragón, Gloria Pérez, el secretario de Estado de Cultura, Jordi Martí, y la directora del MAN, Isabel Izquierdo, asistieron a la inauguración de la muestra, que está comisariada por Susana de Luis Mariño (MAN) y Luis Fatás Fernández y Francisco Romeo Marugán (Dirección General de Patrimonio Cultural del Gobierno de Aragón). Podrá visitarse hasta el próximo 5 de octubre.

Gloria Pérez subrayó que la exposición culmina “todos los esfuerzos colectivos que llevaron a la recuperación de un importante número de piezas expoliadas y al regreso de un importante conjunto de cascos celtibéricos al territorio aragonés”, de donde fueron extraídos ilegalmente. “La muestra contextualiza los materiales celtibéricos recuperados dentro de las sociedades peninsulares de la Edad del Hierro y nos acerca a su historia”, afirma.

Los contenidos parten del yacimiento de Aratis, en Aranda de Moncayo, para ampliar el foco sobre el mundo celtibérico y acercar al público a su sociedad y su arte. Toma como elemento simbólico y significativo el casco, dado que la a guerra en la Edad del Hierro era una expresión cultural más allá de la violencia que afectaba a todos los aspectos de la vida de las gentes de la Celtiberia. La artesanía, el comercio, los códigos estéticos o el contacto entre poblaciones se vieron condicionados e influenciados por ella.

En la indumentaria guerrera, el casco era un componente fundamental pero también simbólico. Las alas que los decoraban podían tener múltiples significados: alas de buitres que trasportaban al Más Allá a los guerreros caídos en la batalla; alas de las aves presentes en su entorno cotidiano que también poblaron su paisaje mítico.“En el mundo celtibérico lo guerrero siempre ha tenido una presencia importante, por lo que la principal sala de la exposición se dedica a ello y aquí encontramos los cascos de Aranda, ocupando un lugar peminente”, detallaba la directora general de Patrimonio Cultural.

La recreación de una tumba con alusiones a las aves como portadoras del alma de los guerreros a los cielos da paso a la última parte de la exposición. Se trata de un recordatorio de las operaciones policiales que llevaron a la incautación y recuperación del patrimonio cultural y del papel de los museos como centros de conservación, restauración e investigación de estos materiales. Los siete cascos de tipología hispano-calcídica que pueden verse en la exposición proceden de la ciudad celtíbera de Arátikos, en Aranda de Monacayo, en Zaragoza. Un yacimiento que fue sistemáticamente expoliado entre los años 80 y 90 por dos vecinos que llegaron a reunir una extraordinaria colección de piezas metálicas celtíberas correspondientes a la edad del Hierro. Los bienes fueron exportados ilícitamente y vendidos en el extranjero. Finalmente, gracias a la colaboración ciudadana y la labor conjunta entre el Ministerio de Cultura, el Gobierno de Aragón y las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, los siete cascos fueron finalmente recuperados en 2019. Tras su estudio científico, desde entonces pueden verse en el Museo de Zaragoza. La exposición se complementa con un intenso programa académico, visitas guiadas, actividades familiares, talleres, conciertos y recreaciones históricas, entre otras acciones que cuentan, ademas, con la colaboración de Fundacion Ibercaja.

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