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Fraternidad humana, el ‘desideratum’  de Kant que aún  está por cumplirse Fraternidad humana, el ‘desideratum’  de Kant que aún  está por cumplirse
El profesor de filosofía de la UZ Juan Manuel Aragüés, con varios de los alumnos del IES Pablo Serrano de Andorra

Fraternidad humana, el ‘desideratum’ de Kant que aún está por cumplirse

Juan Manuel Aragüés habló en Andorra sobre la pertinencia del filósofo prusiano
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Algunos de los conceptos del pensamiento kantiano que todavía están de absoluta actualidad, como su irrenunciable creencia de que el ser humano está moralmente inclinado a construir una comunidad de individuos y naciones basada en el reconocimiento de la igualdad entre todos, sobrevoló la conferencia Ángel Alcalá sobre filosofía y pensamiento que se desarrolló el miércoles en el IES Pablo Serrano de Andorra, organizada por el centro y coordinada por la jefa del Departamento de Filosofía del mismo, Pilar Español.

La jornada comenzó evocando la figura de Ángel Alcalá como “un hombre de cultura, con una gran curiosidad intelectual y con una gran amplitud de interes y horizontes vitales”, según Pilar Español, y que da nombre a estas jornadas sobre filosofía en Andorra y también a la convocatoria con la que su familia beca con 1.000 euros cada año al mejor estudiante de 2º de Bachillerato del IES Pablo Serrano de Andorra.

El encargado de ofrecer la ponencia de este año fue Juan Manuel Aragüés, profesor de filosofía de la Universidad de Zaragoza, autor de numerosos libros y artículos sobre filosofía y pensamiento político, en especial sobre Karl Marx y Sartre. Aprovechando el tricentenario del nacimiento del filosofo Kant, Aragüés trazó una comparativa entre los intereses teóricos actuales relacionados con el pensamiento político y el pensador, autor de la Crítica a la razón pura.

Después se leyó ante los estudiantes andorranos de Bachillerato un texto de José Ortega y Gasset que fue publicado hace exactamente un siglo, en 1924, “que Ortega escribió durante la conmemoración del bicentenario Kant”, explica Pilar Español, “afirmando con rotundidad que todos los grandes intereses desde el Renacimiento hasta la modernidad habían sido perfectamente cartografiados por Kant en su obra”.

Juan Manuel Aragüés desentraño alguna de las ideas que subyacen en el vasto corpus de pensamiento de Kant. Insistió especialmente en la idea de fraternidad humana, la posibilidad de construir una sociedad humana, de individuos y naciones, creada sobre las bases fraternales de reconocer la igualdad de todos los miembros del colectivo”.

Explicó hasta que punto esa idea, que hoy en día parece obvia y de puro sentido común, y que está en el origen de la ONU o de buena parte del derecho internacional, tiene su origen en la Ilustración y le debe mucho a la obra de Inmanuel Kant. “Y todavía no se ha hecho realidad”, afirma Español, “aún es un desideratum que todavía está en ciernes, desarrollándose”, lo que sitúa al kantismo en la más rabiosa de las actualidades.

Un elemento destacable de este concepto de fraternidad para Kant es no se basa, al menos no únicamente, en la rentabilidad ni el provecho que cada individuo obtiene al vivir en un colectivo y cooperar, sino en la integridad moral y la virtud humana. Es decir, el ser humano tiene unas cualidades morales por el hecho de serlo que deberían impulsarle a este ideal de fraternidad genuinamente generoso. Este fue, precisamente, el punto que más dudas y objeciones desató entre los estudiantes durante el turno final de preguntas.

Aragüés también se refirió a alguna de las ideas sobre la teoría del conocimiento, que es lo que más se estudia en Bachillerato sobre Kant, que siendo ideas kantianas aún siguen de actualidad. “Los nuevos horizontes de la física, la física relativista de Einstein y la cuántica de Heisenberg, por ejemplo, son construcciones teóricas que dan la razón a Kant, en el sentido de mostrar que la razón humana es incapaz de conocer la realidad exhaustivamente, completamente, absolutamente, y siempre quedan sombras desconocidas, límites, más allá de los cuales la mente humana no puede abrirse camino”, subraya Pilar Español.

Además, y por encontrarse Kant en esa frontera entre el XVIII y el XIX, durante la ponencia también se escuchó el cuarto movimiento de la Novena sinfonía de Beethoven, el conocido popularmente como el Himno de la Alegría u Oda a la alegría. Aragüés tradujo el texto de Friedrich Schiller que canta en este movimiento el coro, un elemento novedosísimo que introdujo en su sinfonía Beethoven, autor que sin duda estuvo influenciado por Kant pues son frecuentes las citas de la Critica de la razón práctica y otras obras kantianas en textos y cartas del músico romántico. “Efectivamente este texto es un canto a la fraternidad”, afirma Pilar Español. “La filosofía en cualquier gran autor como Kant en realidad es la expresión del temple vital de una época. El transito de la Ilustración al siglo XIX, y la época en la que en realidad nosotros todavía estamos desde el punto de vista conceptual, es esta época para la que Kant es su mejor espejo”.

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