Jatiel vuelve a llenarse de letras, de poesía y de vida durante su tercera feria del libro

Por pequeña que sea una localidad la cultura siempre encuentra su espacio. Así lo ha demostrado una vez más Jatiel, un pueblo turolense de menos de 50 habitantes, que este sábado celebró la tercera edición de su Feria del Libro. El evento reunió a más de 40 autores y 19 expositores, además de numerosos visitantes llegados desde la comarca del Bajo Martín, distintos puntos de Teruel y Zaragoza. La feria, organizada por la Asociación Cultural Jatiel con el apoyo del Ayuntamiento y la Comarca del Bajo Martín, comenzó a las 11:00 de la mañana con la inauguración a cargo del ilustrador Luis Orús y se extendió hasta la tarde, ofreciendo una programación variada que incluyó talleres, presentaciones literarias, cuentacuentos, actuaciones musicales y una comida popular que llenó el pueblo de ambiente y letras.

Cristina Gómez, escritora y organizadora del evento desde sus inicios, explicó que el éxito radica en “el esfuerzo de muchas personas y la buena respuesta de los expositores, que desde la primera edición están dispuestos a venir y seguir volviendo”. Además, resaltó que, en un pueblo tan pequeño, la gente valora especialmente el esfuerzo que supone organizar una feria así. Entre los objetivos principales está dar visibilidad al talento local y comarcal. Gómez señaló que intentan traer autores y librerías de la zona y de la comunidad, como Macu, de Andorra, o Papel y Tijera, de Alcañiz. También destacó la conexión emocional que muchos escritores mantienen con el territorio, poniendo como ejemplo a Antonio de Haro, un autor que veranea desde hace quince años en Castelnou y cuya presencia aportó cercanía y autenticidad a su presentación.
 

Entre las actividades más destacadas estuvieron la presentación de la novela Sala de Baile, de Antonio de Haro; el cuentacuentos infantil Unas vacaciones inolvidables, de la editorial Bombolón; y una entrevista múltiple con las autoras Patricia de Blas, Cris Bernadó y María Ferrer, en la que la literatura femenina tomó especial protagonismo.

Homenaje a Joaquín Campo

Sin embargo, el momento más emotivo llegó por la tarde, con el homenaje al editor Joaquín Campo, fundador de Taula Ediciones, quien falleció repentinamente a finales de mayo. Campo, natural de Calamocha, tenía previsto participar con un cuentacuentos para adultos, que fue sustituido por una lectura en su memoria. En una atmósfera íntima y respetuosa, se compartieron varios textos populares y baturros publicados por su sello editorial, rindiendo tributo a esta figura clave del panorama editorial aragonés.

La jornada también incluyó talleres infantiles, actividades del Área de Juventud de la comarca y una exposición de poesía y pintura. El broche final fue el concierto del grupo local Vaqueros Rotos. Más allá de los libros, la feria rinde homenaje a la historia local ligada a la educación y la lectura. Cristina Gómez recordó el legado de Cecilio Mur, maestro que alfabetizó a generaciones enteras en Jatiel: “Dicen que a los jatielinos los llamaban los abogadillos en los pueblos de alrededor porque todos sabían leer y escribir. Ese espíritu sigue vivo, y por eso apostamos por la literatura”.
 

Respecto a la menor afluencia de público este año, Gómez explica que se debió a las fuertes tormentas que afectaron la zona el día anterior, causando cortes en carreteras y puentes. Muchos expositores y visitantes tardaron más de dos horas en llegar, y algunos no pudieron asistir. También hubo familias habituales, como las de Vinaceite y Belchite, que tuvieron que cancelar su participación en la comida popular. Con la lluvia amenazando de nuevo por la tarde, la organización decidió adelantar el cierre a las 18:30 para que los expositores pudieran regresar con seguridad. A pesar de las dificultades, Gómez se mostró optimista y motivada por la respuesta de la comunidad: “Me impulsa ver cómo los niños corren a su puesto favorito antes de que la feria comience, para ver a su autor de referencia, hacerse una foto y seguir con su colección. Y también la cercanía entre autores y lectores, que se saludan como si se conocieran de toda la vida. Es maravilloso”. Lejos de resignarse, Jatiel sigue reivindicando su historia ligada a la palabra y consolidándose como una cita cultural imprescindible para quienes creen que la literatura debe llegar a todos los rincones.