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Juan Antonio Torrijo: “El artista tiene la obligación de denunciar y comprometerse” Juan Antonio Torrijo: “El artista tiene la obligación de denunciar y comprometerse”
Juan Antonio Torrijo en su estudio de trabajo en su Tornos natal

Juan Antonio Torrijo: “El artista tiene la obligación de denunciar y comprometerse”

El pintor de Tornos expone ‘Trascendencia’ en la Casa de Cultura de Monreal del Campo
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El compromiso moral con su tiempo, el afán experimentador y la diversidad a la que obliga ser un artista poco conformista y nada dado a encasillamientos son tres de los pilares que sustentan Trascendencia, la exposición de pintura de Juan Antonio Torrijo que puede verse durante todo el mes de septiembre en la Casa de Cultura de Monreal del Campo.

La muestra se nutre de varias piezas pintadas en los últimos meses, desde que expuso en la José Lapayese de Calamocha en mayo, además de otras anteriores. Las ha reunido bajo el título Trascendencia pensando en los mensajes que transmite con los pinceles. Para Torrijo “el artista debe de ser alguien experimentador, alguien alegre capaz de transmitir belleza”, pero también “alguien denunciador” y comprometido. Se muestra convencido de que el artista tiene “la obligación moral de denunciar todo aquello denunciable. Ya sea un pintor, un músico, un cantante o un poeta”.

‘Júpiter devorando a Saturno’, alegoría inversa al ‘Saturno devorando a su hijo’

En este sentido, la desigualdad, la ecología o las contradicciones de la naturaleza humana son algunos -solo algunos- de los temas que más interesan al pintor. En la muestra de Monreal pueden verse varios ejemplos. Una de las piezas aparece dividido en dos partes, con sendos paisajes. “En la superior se ve una de esas imágenes con rascacielos enormes y la riqueza que estamos acostumbrados a ver en algunos países árabes, mientras que abajo hay un paisaje de un poblado como los que he visto en las afueras de Córdoba (Argentina), con extensiones de kilómetros donde no hay luz eléctrica ni alcantarillado y las personas viven hacinadas. Ambos paisajes forman dos líneas paralelas porque jamás van a encontrarse”.

Otro ejemplo de figurativismo conceptual en Juan Antonio Torrijo viene representado con una pieza en la que una persona adulta de pequeño tamaño guía a través de un acantilado a un niño que le supera en dimensiones. “Generalmente las generaciones mayores creemos que conducimos a las más jóvenes, pero eso no es así en realidad. Cada generación nueva nace con unas experiencias implícitas y unos conocimiento que hacen que en ocasiones sean ellos quienes nos llevan a nosotros, que sin embargo creemos que ya lo sabemos todo solo por haber vivido muchos años”. Relacionado con este mismo concepto tiene otro cuadro, Júpiter devorando a su padre, alegoría inversa al conocido Saturno devorando a su hijo. “La realidad es que cada generación supera a la anterior, porque cuenta con una memoria interna de asuntos más nobles, mejores, más progresistas y adelantados que las de sus mayores. Nosotros tenemos cosas que enseñar a los jóvenes, desde luego, pero tenemos que aceptar con humildad que cada generación supera a la anterior”, explica el pintor. “Precisamente esa es una de las facetas que más se echan de menos en nuestra sociedad, la humildad”, concluye.

‘Calle de Berrueco’, uno de los paisajes de Torrijo ambientados en el mundo rural

Además en Monreal se expone un pequeño homenaje de Juan Antonio Torrijo a Velázquez, en concreto al Triunfo de Baco, también conocido como Los borrachos. El de Tornos hace una adaptación al lienzo con ciertos detalles modificados para contextualizarlo en su tiempo, como unas zapatillas de marca, unos pantalones vaqueros o algunas botellas y latas de licor y cerveza.

Además Juan Antonio Torrijo incluye algunos paisajes, pintados sobre todo en localidades del Jiloca, en los que a través de diferentes técnicas como anilinas o materiales como paja trabaja con los acabados brillantes o las texturas de los lienzos, y una pieza abstracta -el turolense cultiva la figuración al mismo nivel que la abstracción- con elementos de cubismo, en el que una madre amamanta a su hijo con un libro. “Siempre he creído que el alimento intelectual es tan importante como el físico, y ese es el mensaje de ese cuadro”, explica Torrijo. “Estoy convencido de que todas las desgracias que acontecen en España tienen que ver con la escasez de cultura y de gusto por ella que sufrimos... Desde la crispación a el gran avance de la extrema derecha tienen que ver con el poco interés que despierta el arte y la cultura en nuestros país, y es imprescindible que los niños la reciban y se familiaricen con ella”.

Con esta versión del ‘Triunfo de Baco’ Juan Antonio Torrijo realiza un homenaje a Velázquez

Aunque Torrijo utiliza el óleo fundamentalmente, emplea técnicas mixtas e incorpora pigmentos y otros elementos para experimentar con los acabados. El turolense asegura que “no intento dar bandazos ni grandes saltos, pero creo que es importante experimentar e ir probando cosas nuevas”. Admite que es algo anárquico en sus líneas de trabajo y en su trayectoria, pero no le duelen prendas en admitirlo. “No me gusta encasillarme ni repetir las mismas formas de pintar ni de entender la pintura... del mismo modo que sostengo que el artista tiene que ser denunciador y capaz de transmitir la belleza, creo también que tiene la obligación de experimentar, de buscar nuevas líneas de trabajo y de intentar aportar novedades”. Para ilustrarlo Torrijo cuenta una anécdota. “En la primera exposición que hice en Valencia -ciudad a la que emigró su familia desde Tornos cuando él tenía dos años-, en 1975, el propietario de la Galería Galernia me dijo que si pintaba todos los cuadros como uno de los que expuse, una imagen de playa en grises, con cielo muy nuboso, se venderían muy bien y me permitirían conocer a muchos pintores de los que en ese momento más vendían. Yo tenía 25 años y decidí no aceptar encasillarme en esa línea comercial, preferí deslindarme de ese mundo, y no me he arrepentido nunca... ya era rebelde entonces y lo sigo siendo, he nacido con esa cruz”.

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