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“La madre de Mauricio  me sugirió esta peli hace 18 años, pero entonces aún no estaba preparado” “La madre de Mauricio  me sugirió esta peli hace 18 años, pero entonces aún no estaba preparado”
Javier Macipe, durante una de sus intervenciones en el Festival de San Sebastián. Juan Herrero (EFE)

“La madre de Mauricio me sugirió esta peli hace 18 años, pero entonces aún no estaba preparado”

‘La estrella azul’ de Javier Macipe se ha convertido en una de las más aclamadas tras su estreno en Zinemaldia
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Gonzalo Montón Muñoz

San Sebastián
 

El realizador turolense Javier Macipe se encuentra estos días en el Festival Internacional de San Sebastián promocionando su largometraje La estrella azul, que concursa dentro de la Sección Nuevos Directores, compitiendo con otras diez producciones de varias nacionalidades. El próximo sábado se harán públicos los premios durante la gala de clausura. La película es una recreación del viaje a la Argentina que realizó en los años noventa Mauricio Aznar, cantante y compositor del mítico grupo de música rockabilly Más Birras -a quien da vida en una excelente interpretación Pepe Lorente-, para superar su adicción a las drogas y sus crisis de creatividad y sentimental. Allí se fue, entre otras cosas, para visitar el museo dedicado a Atahualpa Yupanqui; y recaló en casa del músico Carlos Carabajal, quien le enseñó a tocar el ritmo de la chacarera con la guitarra. La chacarera es un ritmo y una danza tradicional originaria de Santiago del Estero. La estrella azul es una canción compuesta por el músico Carlos Carabajal y popularizada por Mercedes Sosa. Mauricio Aznar la interpretó en el disco De la noche a la mañana, confeccionado al alimón con su amigo Jaime González.

Javier Macipe es guionista y director de varios cortometrajes de ficción, entre los que destacan Cuídala bien, Un minutito, Los niños del río, Efímera, Gastos incluidos y el largometraje compuesto de varias historias Los inconvenientes de no ser Dios, por los que ha recibido numerosos premios. También ha realizado documentales, como Adiós, padresitos, Maestros y Hablamos. Aunque nacido en Zaragoza, tiene estrechos vínculos con la localidad turolense de Ariño; tanto es así, que cada vez que termina una de sus producciones audiovisuales va a presentarla a su querido pueblo.

-¿Qué recibimiento ha tenido La estrella azul en San Sebastián?

-Precisamente vengo muy entusiasmado porque que me acaban de decir que el pase del lunes fue muy emocionante; no solamente había público del festival sino que también había venido gente de Zaragoza, como Juan, de Más Birras, y hubo un aplauso de cinco minutos. Y en el pase del martes por la mañana la ovación ha sido de tres minutos, algo raro cuando no está el director en la proyección. La verdad es que estamos teniendo muy buena sensación. Las primeras críticas que han salido han sido muy buenas, así que estoy contentísimo.

-¿Cómo surgió el proyecto de hacer un largometraje sobre el líder de Más Birras?

-Es un proyecto al que al final he dedicado casi media vida. Mi primera idea fue hace dieciocho años cuando la madre de Mauricio me propuso la posibilidad de hacer una película. Yo le había pedido permiso para utilizar una canción de su hijo y por eso vio un cortometraje mío. Me citó en su casa, me dijo que había visto algo en mí, que quería que yo hiciera esa película. Pero entonces no me veía preparado; es la época de mi corto Cuídala bien. Eso se mantuvo en stand by hasta hace diez años, que es cuando empecé a escribir el guion. Me costó mucho, encontrar productor también, y cuando ya empezamos a rodar llegó la pandemia. Imagínate, al tercer día de rodaje tuvimos que parar, y lo que al principio que era una pausa de unos días, luego se prolongó a unos meses y al final fueron tres años de espera. Y dieciocho años después de la primera idea de la madre por fin la hemos estrenado.

-¿Sabes que tienes la misma edad que tenía Mauricio cuando falleció, justo treinta y seis años?

Te digo más, el día treinta, que es la entrega de premios, es el día que murió Mauricio. Ojalá tenga buenas noticias ese día (risas).

-¿Desde el principio pensabas hacer una película de ficción o un documental?

-Casi desde el principio pensé que fuera de ficción porque también la madre me lo propuso así. Y, sobre todo, yo pensaba que un documental habría interesado solo a los fans de Más Birras, mientras que haciendo una película de ficción se convierte en una historia universal.

-Me ha encantado el final; ese juego entre ficción y realidad. No voy a hacer ningún spoiler, pero el lunes, cuando terminé de verla, pensé: ¡qué cosa más chula!

-Es un poco sorprendente, sí. Me han dicho que es un poco como El sexto sentido, que tiene un final que le da otro sentido a la película, y cuando la vuelves a ver, sabiendo ese final, todas las escenas tienen otra percepción.

-Y después del final esa coletilla del epílogo, que imagino que es un homenaje a los argentinos que colaboraron en el filme.

-Sí, cuando lo rodamos yo pensaba: ¡qué bonito esto que está ocurriendo!

-También es curioso cómo se reflejan las variedades diatópicas y los modismos, tanto del acento zaragozano de Mauricio Aznar como la roma de hablar y de expresarse de los argentinos. Se crea un mestizaje muy interesante y enriquecedor.

-El hecho de rodar fuera de Aragón para mí era importante porque hay algo, no solo en el acento al que haces referencia, sino también el acento asociado al humor, que es algo muy particular de Mauricio, que creo que habría sido muy difícil que alguien que no fuera aragonés pudiera apreciar esa socarronería, ese humor surrealista que tenemos los aragoneses y que creo que era muy importante para hacer creer en el personaje.

-¿Cuántos viajes hiciste a Argentina? ¿Dónde te hospedabas?

-He ido ya creo que ocho veces. Siempre pasas por Buenos Aires porque el avión va directo allí, pero el noventa y nueve por cien del tiempo lo he pasado en Santiago de Estero.

-El personaje del argentino Carlos Carabajal lo hace un hermano suyo más joven, ¿verdad?

-Mira, ese es un motivo por el cual, ahora que se habla tanto de la Inteligencia Artificial, esta película no se podría hacer con este sistema porque esa faceta que sabes que la persona que está ahí actuando está representando a un hermano le da a todo un valor emocional y, claro, en la película se percibe.

-También la actriz que interpreta a la mujer que se hace amiga de Mauricio en los años noventa, en que está ambientada la película

Sí, en la película muchos personajes hacen uno de otro; a lo mejor algunos de sí mismos, otros del hermano…

-Desde que empezaste en el mundo audiovisual has trabajado con muchos actores. Desde Cuídala bien, en que trabajaste con el desaparecido Gabriel Latorre y con Jorge Usón, también lo has hecho con Ana Fernández en Efímera, con Ramón Barea en Gastos incluidos, y finalmente con Pepe Lorente, que encarna a Mauricio en La estrella azul, con el que se aprecia que tuviste mucha sintonía.

-La verdad es que Pepe y yo somos muy amigos. Al final ha sido un proceso muy tan intenso. En primer lugar, ya era intenso antes de la pandemia porque hicimos un viaje los dos a Argentina para que él conociera de primera todo el mundo que luego había que representar y nos alojamos en casa de Cuti Carabajal, que es el que hace de Carlos, para que le enseñara él a tocar la guitarra. Imagínate una convivencia entre director y actor, no de unos ratillos para ensayar, sino viviendo varios meses en la misma casa, en Santiago de Estero. Eso generó muchas fricciones, porque yo soy muy exigente y Pepe quería preparar el personaje de una manera más convencional, de estudiar el guion. Yo le decía que el guion me daba igual, que lo que quería es que fuera músico y entonces él se sentía en un territorio desconocido. Pero luego llegó la pandemia y ya fuimos armonizando la manera de trabajar; mi exigencia ya no era tan grande porque el rodaje no era tan inminente y Pepe tuvo más tiempo de empaparse el rodaje y empezar a sentir la pasión por todo esto. Ahora diría que es uno de mis mejores amigos.

-El sonido y la música son muy importantes en la película. Casi es un filme musical, con varias canciones enteras.

-Mira, esto lo digo mucho para cuando la peli llegue a los cines: hay que verla en el cine, porque lo que más pierde de una película cuando la vemos en la tele de casa es la calidad del sonido. La gente dice: hay que ir a ver esta película porque tiene efectos especiales muy espectaculares. Eso da igual, porque la gente ya tiene teles muy grandes en casa donde se ve muy bien, pero el sonido no. Hemos trabajado mucho para que la sensación sea de inmersión en las escenas de música, sobre todo para hacerte sentir que estás en el escenario: que suena como un músico, se escucha la batería por detrás, se escucha por otro lado el monitor suyo, escuchas al guitarrista a la derecha…

-Para ti es importante la labor de los actores. Es uno de los aspectos del rodaje que más te interesa. Te especializaste en la dirección de actores.

-Me parece que el actor es el alma del cine, es lo que se pone de la pantalla. Estuve en Cuba cuando terminé la carrera de Comunicación Audiovisual en la Universidad Complutense de Madrid. La dirección de actores es algo en lo que, extrañamente, no te forman mucho en la escuela de cine, cuando yo creo que es lo más importante; por eso me fui a Cuba, donde estuve unos meses intensivos trabajando en la escuela de Cine de San Antonio de los Baños. A dirigir actores se aprende de manera autodidacta, porque es algo muy parecido a ser un psicólogo. No hay un método bueno que se pueda aplicar a todos los actores, y menos en este tipo de películas como la que yo he hecho, en la que hay actores y no actores. Tenías que ir viendo de qué manera consigues lo que quieres de personas, incluidos niños.

-¿Te permites en La estrella azul alguna licencia poética o narrativa?

-Así es. Nadie me contó que Mauricio se hubiera enamorado allí. Yo creo que seguro que se enamoró varias veces, porque era un hombre enamoradizo. Pero sí, son historias para darle una fluidez narrativa a la película. Precisamente por eso se me ocurrió la posibilidad de hacer una ficción, para inventar yo cosas que hicieran la historia más atractiva. Yo quería que la peli no representara solo los hechos biográficos, sino que también nos metiéramos en la cabeza de Mauricio, por eso a veces hay guiños de fantasía, como la huida de Mauricio del concierto al principio de la peli o la orquesta en el bar tocando a Bach que se imagina su hermano Pedro.

-La muerte de Mauricio Aznar se produjo en extrañas circunstancias, quizás por sobredosis de drogas o por un infarto…

-En realidad en la película no decimos de qué muere, porque su madre me pidió que no se supiera. Siempre que alguien tiene un problema de alguna adicción y muere joven, todo el mundo piensa que se debe a eso, pero en realidad yo ni lo sé. Nadie sabe de qué murió, porque la madre es la única que fue informada de la autopsia y no lo ha querido contar. Cuando murió tenía un montón de proyectos, así que te puedo decir seguro que no se suicidó. Era una persona que tenía muchísimas ganas de vivir, y yo creo que fue un accidente. En la historia real, no en la peli, aunque es muy parecido, Mauricio iba a dar un concierto con Carlos Carabajal el 12 de octubre en la plaza del Pilar. Imagínate qué importante era eso para él, como para querer morirse. Tengo cartas de días antes en los que estaba él ilusionadísimo organizando todo el concierto, lo que pasa es que murió su hermano.

-Hay un momento en tu película donde un personaje dice que “tú no vas a buscar la muerte, sino que es la muerte la que te encuentra”.

-La novia tampoco representa a una novia en concreto, sino a varias parejas de Mauricio en la vida real que yo he entrevistado; y sí que era un leimotiv en las relaciones el hecho de que la adicción siempre las dificultaba, y al final las chicas siempre lo terminaban dejando porque no querían acabar hundidas como él.

-La labor de documentación para confeccionar el guion debió de ser intensa.

-Hice como cincuenta entrevistas, repetí su viaje a Argentina, leí sus libros preferidos, como el libro de poemas de Atahualpa Yupanqui que aparece en la película, El viento del viento, que era suyo; me lo dio su novia de entonces. También he leído los poemas que escribió y, por supuesto, sus canciones. La documentación en torno a él era muy extensa.

-¿Cuándo presentaréis La estrella azul en Zaragoza?

-En teoría se presentará entre febrero y abril, pero todavía no hay fecha concreta porque ahora va a seguir yendo a diferentes festivales. Espero que la llevemos también a los cines de Huesca y de Teruel. Yo creo que hay todavía mucha pasión de gente que son fans de Mauricio Aznar y de Más Birras. Yo iría encantado a Teruel a presentarla.

-¿Qué nuevos proyectos tienes entre manos?

-Ahora mismo todavía esto me está dando mucho trabajo. La semana que viene me voy a Varsovia para presentar la peli en otro festival, y luego me iré a Buenos Aires. La verdad es que no me queda tiempo para pensar en ningún otro proyecto. Además está el estreno en los cines y tendré que ir a presentarla, tanto en España como en Argentina. Me gustaría también hacer una gira para proyectarla por pueblos en Argentina, donde hay muchos sitios en los que no hay cine, ni tampoco internet. Diría que tengo ahora más vida social allí que en ningún sitio de España.

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