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Miguel de Lucas, mago, psicólogo y conferenciante: “¿Por qué solemos esperar a estar hundidos para sacar lo mejor de nosotros mismos?” Miguel de Lucas, mago, psicólogo y conferenciante: “¿Por qué solemos esperar a estar hundidos para sacar lo mejor de nosotros mismos?”
Miguel de Lucas es el nombre con el que es conocido artísticamente Miguel Romero Luis

Miguel de Lucas, mago, psicólogo y conferenciante: “¿Por qué solemos esperar a estar hundidos para sacar lo mejor de nosotros mismos?”

El catalán actúa el sábado en el Marín dentro del congreso Teruel Mágico, que arranca este viernes
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Miguel de Lucas (Barcelona, 1977) es mago, psicólogo, conferenciante y presentador de televisión. Funde ilusionismo con motivación e inteligencia emocional y, al igual que la terapia, entiende la magia como un vehículo para hacer más feliz y plena a la gente. Actuará este sábado (18.30 horas) en el Teatro Marín, en el contexto del congreso Teruel Mágico, con un show que intentará convencernos de que cualquiera puede ser un gran mago y de que todos tenemos el truco que necesita para vivir más y mejor.

-¿Qué tipo de espectáculo vamos a ver en el Marín? ¿Cómo vas a sorprender al público?

-Más bien la idea es que se emocionen. Una de las emociones que entran en juego en la magia es la sorpresa, pero yo, como psicólogo, siempre utilizo los espectáculos para generar una serie de emociones encaminadas a adquirir ideas, sentimientos y valores que lleven a una visión más positiva de la vida.

-¿Es cierto que en sus shows uno descubre que también es mago?

-Sí. El espectáculo está basado en mi primer libro, que se titula Hay un mago en ti: descubre tu magia interior. Todas las personas tenemos muchas capacidades que a veces no descubrimos... o las descubrimos cuando estamos, si me permites la expresión, realmente jodidos. ¿Por qué no sacamos esa fuerza ya, en lugar de esperar a estar hundidos para sacar lo mejor de nosotros mismos? Mi objetivo es reforzar la autoestima de las personas a través de propuestas y experiencias emocionantes.

-Fundes magia con asuntos como la motivación o el coaching... ¿Puede la magia ser terapéutica?

-Como psicólogo, desde luego, no utilizo la magia. Pero en el contexto divulgativo, en el de entretenimiento, sí. En ese contexto utilizo ideas procedentes de la psicología que pueden aplicarse tanto al plano personal como al profesional. Por ejemplo, ¿cómo utilizamos los magos el lenguaje? El lenguaje crea la realidad. Yo puedo decirle a un espectador que ha mezclado una baraja y convencerle de que lo ha hecho, aunque no sea así. Ese tipo de lenguaje lo utilizamos los magos pero también lo puede usar cualquiera en su vida diaria, especialmente en la comunicación con uno mismo. La forma que tenemos de hablarnos determina la forma en que nos comportamos. Y eso es clave. En la vida no se puede tener todo controlado, hay cosas que se nos escapan y solemos frustrarnos porque nos empeñamos en poner el foco en eso. En un espectáculo, yo solo pongo el foco en lo que depende de mí: hacer sentir especial a cada persona que participa, dar lo mejor de mí en todo momento. El resto llegará.

-Pero al final la magia es truco. ¿No sois, los magos, unos mentirosos fantásticos?

-Hay una diferencia muy clara entre la mentira y la ilusión. Nosotros utilizamos una serie de recursos y herramientas que esconden detrás muchos años de trabajo, de creatividad y de ejercicio. Y todo eso lo ponemos en práctica porque tenemos un acuerdo tácito con el espectador: vais a ser engañados, lo sabéis, pero en este proceso vais a disfrutar. Tanto, que si os conectáis con lo que está ocurriendo, dejaréis de pensar que estáis siendo engañados. Y entonces, os ilusionaréis.

-En una sociedad escéptica como la actual, hay público que acude a no ser engañado, a ‘pillar’ el truco?

-Alguno hay. Pero yo siempre presento las actividades con humildad y cercanía al público, y al final lo enganchas al momento presente y se deja llevar. No hago un truco, recibo un aplauso; otro truco, otro aplauso... No. Lo que presento es una secuencia lógica y armónica, emocionalmente hablando, que impide que el espectador pueda reconstruir lo que ha visto. Cuando intenta recordar, por ejemplo, cómo apareció una carta dentro de una banca, ya no puede, porque todo está sembrado de estímulos.

-¿Es más difícil sorprender o cautivar a los más jóvenes, a los nativos digitales?

-Aunque parezca sorprendente los jóvenes reciben muy bien la magia. Saben que el truco puede estar explicado en una red social pero les gusta vivirlo. Tú les das una responsabilidad, los haces protagonistas, y ellos aceptan esa propuesta. Lo que sí es importante con ellos es no utilizar metodologías basadas en nuevas tecnologías. Yo uso cosas muy manuales y naturales.

-Te formaste en la escuela de Juan Tamariz. ¿Cómo ha evolucionado la magia desde entonces? ¿Tiene que ver esa evolución con su relación con otras disciplinas como la psicología o la inteligencia emocional?

-Sí, sin duda. La evolución ha sido intensa. Pero fíjate, los magos de hoy seguimos usando principios mágicos que se inventaron en el siglo XIX. De hecho, la mayor parte de los efectos de magia actuales se basan en ideas de magos de esa época. Los libros que sigo estudiando y que me aportan más conocimientos no son del siglo XIX, pero sí de los años 70 u 80.

-Hace unos años visitaste la provincia de Teruel con el programa Un País Mágico de RTVE. ¿Qué descubrió aquí?

-Por desgracia cuando viajo con Un País Mágico apenas me dejan ver lugares, aunque recuerdo de entonces las torres, que me parecieron maravillosas, o la Sierra de Albarracín. De todos modos siempre que voy con el programa intento luego volver con mi familia. Y Teruel, desde luego, tiene algo especial. Pasear después de cenar, en un día de diario, con poca gente en la calle, escuchando música por el centro... me gusta mucho. Hace poco estuve en un congreso educativo en San Julián y fue una experiencia muy bonita, y de hecho este viernes, antes de la actuación en el Teatro Marín, participo en un encuentro de escuelas rurales.

-Si tuviera una varita mágica como la de Harry Potter, ¿a quién o a qué harías desaparecer?

-Ufff... creo que necesitaría muchas varitas. Pero si tengo que decidirme, haría desaparecer la polarización que vivimos, tanto en España como en el resto del mundo. El que es rojo se mete con los azules, los azules con los rojos, los verdes con los amarillos… ¿Y todo lo que tiene que ver con la guerra? Parece que en España no nos afecta, pero los que somos padres y vamos a dejar aquí a otras generaciones… a veces da miedo pensar en el mundo que les estamos dejando.

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