Síguenos
Reseña cinematográfica: ‘Los domingos’, en el Maravillas de Teruel Reseña cinematográfica: ‘Los domingos’, en el Maravillas de Teruel
Fotograma de ‘Los domingos’, próximo estreno en el Cine Maravillas de Teruel

Reseña cinematográfica: ‘Los domingos’, en el Maravillas de Teruel

banner click 236 banner 236
Por Gonzalo Montón


Este viernes, 24 de octubre, se estrena en el Cine Maravillas de Teruel al mismo tiempo que en el resto de España, Los domingos, la película ganadora de la Concha de Oro en el pasado Festival Internacional de Cine de San Sebastián. Recibió asimismo el Premio Fipresci, que decide la crítica internacional, y el Premio Feroz Zinemaldia, otorgado por la Asociación de Informadores Cinematográficos de España. El filme se mantendrá en la cartelera del Maravillas durante una semana, hasta el 30 de octubre.

Su guionista y directora es Alauda Ruiz de Azúa, quien ya nos sorprendió en 2022 con Cinco lobitos, su primer largometraje, recibiendo ese año varios galardones en el Festival de Málaga. Era esta una historia sencilla, realista y sutil, que hablaba de una joven (interpretada por Laia Costa) que acaba de ser madre y decide trasladarse con su hijo a la casa de sus padres (Susi Sánchez y Ramón Barea) para que la ayuden en la etapa del puerperio. Ese mismo año dirigió una divertida comedia romántica titulada Eres tú, estrenada directamente en la plataforma digital Netflix.

En 2024 esta directora vasca, nacida en Baracaldo hace 47 años, estrenó Querer en Movistar Plus, una miniserie que aborda el tema del maltrato psicológico. Durante cuatro episodios descubrimos a una mujer (Nagore Aramburu) con dos hijos ya adultos que decide separarse del marido (Pedro Castellano) y denunciarlo por violación continuada. Esta excelente serie, que contiene ingredientes de intriga judicial y de drama familiar, te atrapa enseguida por la interpretación de todos los actores, por la credibilidad y sensibilidad en la forma de narrar de su brillante directora.

Lo mismo ocurre con Los domingos, pues materializa un guion muy bien armado por ella misma, compuesto de unos diálogos y unas situaciones muy plausibles. Igualmente son soberbias las interpretaciones actorales, la ambientación y la dirección. Su título hace alusión a las comidas dominicales de una familia bilbaína de clase media alta. El filme nos presenta a Ainara, una muchacha de 17 años educada en un colegio católico que está terminando el Bachillerato y debe decidir los estudios universitarios que emprenderá el próximo curso. Sin embargo, sorprende a toda la familia al anunciar que se quiere hacer monja de clausura. Las tradicionales comidas de los domingos en casa de la abuela se les van a atragantar a todos.

La muchacha (interpretada por la debutante Blanca Soroa), que es huérfana de madre, deberá desprenderse de sus seres queridos: sus hermanos pequeños, su comprensiva abuela (Mabel Rivera), el padre viudo (Miguel Garcés) y su tía (Patricia López Arnaiz), hermana de su padre, con un hijo pequeño de un matrimonio (el marido está interpretado por Juan Minujín) que está empezando a hacer aguas. También deberá distanciarse de sus amistades, de los compañeros del coro, de su mejor amiga y del chico que le gusta y con el cual ha tenido un breve escarceo amoroso. Al elenco de personajes hay que añadir a la madre superiora del convento (Nagore Aramburu), con la que el resignado padre de la chica y su tía incrédula mantendrán una tensa relación.

La película desarrolla la dialéctica entre la fe cristiana y el ateísmo, entre la resignación del padre por propia conveniencia y la reacción de su tía, muy preocupada por la inesperada y firme decisión de su sobrina Ainara. La película solo muestra el conflicto de forma veraz; será el espectador quien deba extraer sus propias conclusiones.

Recuerdo la vibrante emoción con la que aplaudió el público al finalizar la proyección de la película el día del estreno, el pasado 22 de septiembre en San Sebastián, y la posterior rueda de prensa con parte del equipo de la película. En ella declaró la realizadora que para la escritura del guion se había inspirado en una joven conocida suya que se hizo monja y eso le extrañó muchísimo; también confesó que con esta historia tan peliaguda la directora no pretendía generar polémica, sino crear un debate sobre la fe cristiana y su ausencia, sobre la religiosidad y el ateísmo.

Vayan a verla. No les defraudará. Y además en la pantalla grande del Maravillas, donde el cine se disfruta mucho más.

El redactor recomienda