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Teruel celebra el Día Mundial de los Museos con el tesoro celtíbero de Caminreal Teruel celebra el Día Mundial de los Museos con el tesoro celtíbero de Caminreal
Beatriz Ezquerra, codirectora del yacimiento arqueológico de La Caridad de Caminreal, durante la inauguración ayer de la exposición

Teruel celebra el Día Mundial de los Museos con el tesoro celtíbero de Caminreal

Una exposición explica lo que han dado de sí cuatro décadas en el yacimiento de La Caridad
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En torno a las últimas décadas del siglo II antes de nuestra era, sobre el 130 a. C., el oeste de la península ibérica era muy parecido a lo que los romanos soñaba para ese territorio; una vasta extensión fértil y próspera, con abundancia de recursos y de metales y pacificada. Derrotada la gran potencia cartaginesa en las guerras púnicas y aplacados los principales núcleos de resistencia celtíbera como Numancia, a Roma solo le quedaba recoger los frutos de su esfuerzo militar.

En ese contexto se lanzó a construir ciudades que sirvieran para articular el territorio desde el punto de vista económico. En la calzada romana que estaba destinada a comunicar Saguntum con Bilbilis se creo un núcleo cuyo nombre todavía no se conoce con seguridad, casi 40 años después de que el Museo Provincial de Teruel comenzara a excavar el que hoy se conoce como el yacimiento de La Caridad, en el término municipal de Caminreal.

Responsables de la excavación del yacimiento, del Museo de Teruel y de la Diputación, durante la inauguración de ayer

Las particularidades de esta ciudad y el sistemático trabajo que los investigadores comenzaron en 1984, siete años después de que fuera descubierto gracias a unos agricultores, ha convertido a La Caridad en uno de los yacimientos celtíberos más importantes de la península Ibérica en algunos sentidos -fue el primero en el que se encontró un mosaico de factura romana con inscripciones en íbero, el que más epitafios -más de 200 inscripciones textuales- ha permitido recuperar, y uno de los que más información ha permitido recabar sobre arquitectura civil urbana-.

A La Caridad se dedica la exposición que el Museo Provincial de Teruel inauguró ayer en conmemoración del Día Internacional de los Museos, y que permanecerá abierta hasta el 11 de octubre. Al acto de ayer acudieron los responsables del Museo y de la Diputación Provincial, de la que depende, pero también algunos de los técnicos que han contribuido a su excavación desde hace 39 años, como Beatriz Ezquerra, comisaria de la muestra y actual codirectora de un yacimiento al que llegó como becaria. Tampoco quisieron perderse la inauguración numerosos vecinos de Caminreal que se han acostumbrado a la compañía de los arqueólogos verano tras verano, entre ellos Amparo Garcés, viuda de José Rubio, quienes dieron fe a las autoridades de la existencia del yacimiento.

No solo guerra

La Caridad es especial por muchos motivos. Dado que la ciudad se construyó de nueva planta en un terreno llano, con acceso al agua y sin servidumbres geológicas permitió que los romanos levantaran una ciudad arquitectónicamente de libro, con todas las estructuras características perfectamente visibles. La Caridad es a la construcción civil latina lo que la catedral de Amiens al gótico.

La muestra expone más de 600 piezas, la mayoría de ellas objetos cotidianos en la sociedad celtíbera del siglo II a. C.

También lo es porque fue una ciudad levantada por Roma y destinada a acoger a la población nativa celtíbera, siendo un espléndido ejemplo del mestizaje que ya nunca abandonará a la península Ibérica; o porque al haber centrado su investigación en el ámbito civil ha puesto de relevancia la importancia social y económica que desempeñó la mujer en el contexto de la romanización, pues ella fue la protagonista en ámbitos como la familia, la fabricación de alimentos y otros muchos aspectos clave para el florecimiento de las ciudades en tiempos de paz.

Pero la exposición redunda especialmente en otro aspecto diferente de la cultura en el s. II a. C. Su título, Non Modo Bellum, hace referencia a que no todo eran guerras en el contexto del proceso de romanización de la península Ibérica. “Claro que hubo batallas, antes y después”, recordó ayer Jaime Vicente, director del Museo de Teruel, “pero la mayor parte de la vida de las sociedad, especialmente en este periodo en el que hubo paz, no tenía que ver con ellas, sino con la construcción de herramientas, con la agricultura, con el comercio... con la vida cotidiana a fin de cuentas”.

Los restos relativos al culto religioso son algunos de las más enigmáticos

Así, a través de una selección de más de 600 piezas de los miles que se han hallado en el yacimiento, de elementos de vídeo y de realidad aumentada y con una musealización que le ha cambiado por completo la cara a la sala de exposiciones temporales del Museo, Non Modo Bellum reconstruye buena parte de las 34 viviendas sobre las que el yacimiento ha aportado un enorme torrente de información, desde la monumental Casa de Likine, con 900 metros de planta, perteneciente a un rico colono que mandó construir un impresionante mosaico romano con inscripciones en su lengua nativa, el íbero -y sobre cuya reproducción caminará el visitante del Museo- a las humildes viviendas de 50 metros cuadrados, todas ellas dispuestas en perfectas retículas cuadradas como reflejaba el ideal urbano romano.

Todas las piezas están restauradas y contextualizadas en una serie de paneles y vitrinas que ofrecen al visitante una amplia visión general sobre la sociedad de los antiguos pobladores del valle del Jiloca. También en lo militar, porque no en vano el hierro de las minas cercanas se utilizó para construir armas y escudos, pero sobre todo en lo civil, en lo que tenía que ver con la agricultura, la caza, la ganadería, los oficios antiguos, el comercio o uno de los aspectos más apasionantes y también desconocidos de la época, la religiosidad.

Junto a varias piezas de vídeo que permiten hacerse una idea clara de la localización de la antigua ciudad romana, que llegó a albergar unas 2.500 personas, y de la -todavía- pequeña parte que se ha excavado, o del aspecto que debía presentar el núcleo urbano en su momento de esplendor a partir de todo lo que se conoce de él, la muestra se cierra con un vídeo que resume la historia de la excavación, a partir de testimonios de personas que han participado en ella desde su descubrimiento por parte de vecinos de Caminreal hasta las últimas investigaciones realizadas.

Unos visitantes observan la vitrina relacionada con los trabajos agrícolas en la antigua ciudad de La Caridad

Personal técnico de la excavación ofreció ayer por la tarde una visita guiada, aunque antes de eso, a las 12 horas, tuvo lugar la apertura oficial de la muestra con motivo del Día Internacional de los Museos. Acudieron a ella el presidente de la Diputación de Teruel, Manuel Rando, junto con el diputado de Cultura Diego Piñeiro, el director del Museo Jaime Vicente, la comisaria Beatriz Ezquerra, el alcalde de Caminreal Joaquín Romero, la adjunta al comisariado Sara Azuara, la directora de los trabajos de restauración Pilar Punter y el responsable del diseño y el montaje de la exposición Jesús Moreno.

Rando señaló que este exposición “es una de las más potentes que ha organizado el Museo de Teruel”, y que los trabajos realizados en el yacimiento arqueológico de La Caridad constituyen “una oportunidad para Caminreal, para la Comarca del Jiloca y para la provincia de Teruel porque la cultura y el patrimonio también generan actividad económica”.

El diputado Diego Piñeiro indicó que La Caridad “es un diamante en bruto que tenemos en nuestra provincia” que probablemente seguirá dando alegrías a medida que se vayan desarrollando más campañas de excavación, o la musealización del yacimiento para hacerlo más accesible, cuyo anteproyecto ya está redactado, como recordó Jaime Vicente, quien subrayó además que la muestra no tiene ninguna pieza o tesoro en particular, sino que el auténtico tesoro lo constituye el conjunto.

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