Al CD Teruel se le seca la pólvora y la categoría castiga

La Primera Federación no perdona. Lo sabe Vicente Parras y lo saben sus jugadores. Sin embargo, en estas dos últimas jornadas la propia competición se ha encargado de recordárselo, y es que los dos partidos ante Juventud Torremolinos y Atlético Madrileño terminaron con un desenlace fatal cuando bien pudo haber sido de otra forma.

No es que el CD Teruel esté ofreciendo otra imagen sobre el terreno de juego diferente a la de su anterior racha victoriosa, sino que parece que se le ha secado la pólvora. En un deporte de dinámicas a la entidad rojilla le toca pasar por un periodo de recesión en cuanto al gol y, si en plena época de bonanza en este aspecto esto significaba goles ganadores por partido, en este ciclo de desdicha esto se traduce en ninguno a favor y derrotas.

Ante el FC Cartagena ya se pudieron ver los primeros indicios de la llegada de este ciclo, sin embargo, frente a Torremolinos y Atlético Madrileño se terminó por confirmar el actual periodo de inestabilidad cara a puerta. Hace dos fines de semana el CD Teruel recibió en Pinilla al Juventud Torremolinos en busca de una victoria que les permitiera volver a sumar de tres. Salieron con esa idea en la cabeza y lo mostraron un arranque relámpago en el que generaron ocasiones muy claras para ver puerta.

Hasta tres se pudieron contar, lo que hubiera significado un 3-0 muy difícil de levantar para los visitantes, sin embargo, no las aprovecharon y el Torremolinos, en una jugada extraña procedente de un córner favorable a los rojillos que derivó en un contragolpe y varios rebotes en el área de Gálvez, se lo hizo pagar anotando el gol que significó la derrota rojilla.

Y algo similar ocurrió en la tarde-noche de este domingo. Otro inicio fulgurante de los de Parras significaría ocasiones de gol. Incluso el cuadro mudéjar llegó a anotar dos tantos que terminaron anulados por fuera de juego. Pero no supo aprovechar su mejor momento y de nuevo el rival le castigó. Así las cosas, en las últimas jornadas el CD Teruel ha derivado en un equipo igualmente vertical y prolífico en la generación de peligro, pero indulgente en la finalización. Lo está pagando.