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El Pamesa Teruel Voleibol encuentra su identidad y resurge como el Ave Fénix El Pamesa Teruel Voleibol encuentra su identidad y resurge como el Ave Fénix
Emilio Ferrández machaca la defensa valenciana durante el partido del pasado sábado. Bykofoto/Antonio García

El Pamesa Teruel Voleibol encuentra su identidad y resurge como el Ave Fénix

El conjunto naranja se recompone de su mal arranque con tres triunfos consecutivos

A veces hay que tocar fondo para después resurgir como el Ave Fénix. Pero lo importante es levantarse. Eso es precisamente lo que ha hecho el Pamesa Teruel Voleibol en las últimas jornadas. Tras un comienzo complicado para los naranjas con resultados negativos y un juego dubitativo en el saque y en la recepción, la entidad turolense parece haberse encontrado de nuevo. La victoria de este pasado fin de semana ante un rival como el UPV Léleman Conqueridor Valencia, así como las dos anteriores frente a San Roque y Unicaja Almería, pueden dar buena cuenta de ello. En palabras del vicepresidente y estadista del club, Lázaro Vicente: “Hemos encontrado nuestro juego, nuestra imagen y nuestra identidad”, lo que les hace tener la sensación de que “a día de hoy, tal y como se demostró el sábado, podemos hacerle daño a cualquier rival”, puesto que ya no se consideran un equipo “débil”.

Después de una pretemporada buena pese a no poder contar con todos sus efectivos por diversos motivos, a muchos les sorprendió el inicio liguero del Pamesa teruel Voleibol. Había dado sensaciones de equipo serio en la fase preparatoria de la competición, pero en ocasiones dicha fase puede ser engañosa. Y así fue. Sufrió ante Tarragona más de lo que lo había hecho en pretemporada y esa sensación se transmitió también ante el Playas de Benidorm, el Grupo Herce Soria y el CV Guaguas, lo que le llevó a firmar un inicio inesperado de tres derrotas y tan solo un triunfo ante los catalanes en las primeras cuatro jornadas.

Lo peor de aquellos partidos no fueron los resultados, sino más bien la imagen. En este deporte no existen los empates, se gana o se pierde, y dada la magnitud de los contrincantes existía la posibilidad de que se diera algún tropiezo. Pero lo costaba de entender entre muchos de los aficionados era el estilo de juego, y es que entre lesiones y algunas cuestiones burocráticas, lo cierto es que los naranjas no pudieron trabajar con el grupo al completo hasta bien entrada la competición.

Ello le llevó a evidenciar problemas en la recepción y en el saque, y en un deporte de sinergias como el voleibol, esto repercutió en el resto de las facetas del equipo, haciendo muy complicado que el conjunto naranja pudiera demostrar su verdadero potencial.

Estas cuestiones aún se estiraron un par de jornadas más, pues en la quinta jornada el cuadro de Fabián Muraco sudó tinta para vencer al recién ascendido, que de recién ascendido tiene poco, CV Leganés. De hecho, llegaron a ceder un set en contra. Y en la sexta jornada el CV Manacor volvió a evidenciar las carencias de los naranjas con otra derrota estrepitosa.

Aquello hirió a los de Muraco, que parecían no encontrar el norte, pero entonces llegó el clásico del voleibol para darle a los naranjas el empujón que necesitaban. Con el equipo en el octavo lugar de la tabla y con tan solo siete puntos en su casillero, y un rival en similares condiciones al ser décimo con seis puntos, aquel partido adquirió una significación mayor. Más allá de lo que supone siempre un clásico del voleibol español, aquel duelo directo supuso para ambos un último tren hacia la redención. Solo un pudo tomarlo. En este caso le salió cara al Pamesa y a partir de ahí resurgió de sus cenizas para construir otra dinámica totalmente distinta a la que arrastraba.

Las tres victorias consecutivas, cuatro si se tiene en cuenta la de este domingo en la Copa Aragón, han cambiado por completo su estado anímico, de modo que ahora se sienten un “equipo fuerte”, tal y como indicó el propio Lázaro, y también han tenido su impacto a nivel clasificatorio, puesto que el equipo ha salido de la parte medio-baja de la tabla para ubicarse en una posición más cómoda, la quinta concretamente, con un total de 16 puntos. Es decir, el 56,25% de los puntos del Pamesa Teruel, más de la mitad, se obtuvo de las últimas tres jornadas. Un hecho que, además, le sirvió al conjunto mudéjar para certificar su clasificación para la próxima edición de la Copa del Rey de voleibol, que se celebrará en Valencia entre el 26 de febrero y el 1 de marzo.

En el deporte las dinámicas son más bien volátiles, por eso mismo el Pamesa Teruel debe saber disfrutar de los tiempos que le tocan vivir ahora y tratar de estirarlos lo máximo posible. En este sentido, el próximo jueves tiene una oportunidad de oro para ganara otra posición en la tabla, ya que se verá las caras ante el CV Melilla, equipo que ocupa la cuarta plaza con los mismos puntos que los naranjas. De ellos depende que continúe su ascensión y la posibilidad de eliminar por completo los malos recuerdos del comienzo de la memoria de todos.

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