El Teruel se topa con un Osasuna B más rodado y ensaya su plan físico

El cierre de la pretemporada del CD Teruel le afea un tanto el balance de resultados, le evita presentar para el inicio de la liga un dossier inmaculado, pero a lo mejor lo que pasa es que lo que pasó en Fustiñana es más útil que todo lo visto, todas las victorias anteriormente registradas en los amistosos en Pinilla. “Estamos completamente preparados para el comienzo de la competición”, resumía el entrenador, Vicente Parras, al término del encuentro, derrota por dos a cero, que los rojillos mudéjares cosecharon ante los rojillos pamploneses, el filial de Osasuna que por lo visto en la ribera navarra va también bien armado.

El ensayo del miércoles fue útil por la entidad del rival, un bloque de los que se vienen en el bronce del fútbol español. Curtido, físico, serio, con armas atacantes. Bien adaptado a las circunstancias del terreno de juego y el clima cambiante que aconteció. Acertó rápido además, al cuarto de ahora Pedroarena ya había hecho el primero, fruto de una salida local intensa y veloz, con la posesión como arma, variadas opciones osasunistas que tuvieron respuesta también en los turolenses, con una ocasión a la media hora que salvó el arquero osasunista. Entre idas y vueltas acabó el primer tiempo con ventaja local.

Un once reconocible

Lo de Fustiñana también será útil porque permite dibujar un once inicial que, en efecto, cobija lo que Parras quiere para su equipo en esta competición a la que le resta poco más de una semana. Parece que Rubén camina un paso por delante de Bernad en portería, y que la zaga es cosa de Nico y Abraham en zona central con Manel Royo en zurda y Andrés en derecha. Relu es de momento el ancla señalada para el eje de la medular, y sí parece que Redón y Blesa se acomodan en el centro del campo, si bien es verdad que Albisua es capaz de mezclar con cualquiera de los tres. Arriba, poco margen de maniobra, con Medina adaptado a la posición de volante zurdo, Teddy como voraz extremo derecho y Sergio Moreno arriba.
 

“Hemos dado minutos a todos los chicos”, a los titulares que restan, Merencio, Fondarella, el otro portero Bernad... También a los que han participado en las sesiones preparatorias con el primer equipo, los turolenses a prueba y el resto de perfiles, como Campos, One, que han ayudado a que Vicente Parras tenga una base sobre la que se ha podido ir trabajando con los que finalmente van a ser titulares, del primer equipo. Satisfecho el cuerpo técnico a pesar de la derrota, que no desluce los buenos minutos que se han visto ante los rivales que han pasado por Pinilla.

Al final, la victoria de Osasuna B, cerrada con un gol de Efreemov a diez minutos del final, será también útil porque, realmente, sí muestra que aún faltan piezas importantes por llegar al vestuario del CD Teruel, seguro ese delantero goleador que ansía Juanra. Muy probable, otro perfil creativo en tres cuartos. Más que posible, un puñado de jóvenes sub-23 entre los que cabrán cesiones en un mercado, eso sí, que está siendo un embudo en las categorías superiores, en el fútbol profesional donde el club mudéjar quiere pescar a última hora.

Capacidad de adaptación

Define Vicente Parras una característica que va a tener que ofrecer el plantel del Teruel durante la temporada, que es la capacidad de adaptación a escenarios, circunstancias de juego, momentos de sufrimiento y de mayor disfrute. “El equipo trabaja bien y se adapta a lo que hay. Esperábamos medirnos a un rival de nuestra categoría” como Osasuna B “en un escenario más cercano a lo que nos vamos a encontrar”, los grandes campos de Primera Federación. Pero ve el alicantino un gen común entre sus jugadores que les empuja a rendir en cualquier situación.