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Ana Civera, cazadora de Calomarde: “Las mujeres cazamos mejor  que los hombres, somos más pacientes y más efectivas” Ana Civera, cazadora de Calomarde: “Las mujeres cazamos mejor  que los hombres, somos más pacientes y más efectivas”
Ana Civera con un jabalí abatido por ella misma en una jornada de cacería en la Sierra de Albarracín

Ana Civera, cazadora de Calomarde: “Las mujeres cazamos mejor que los hombres, somos más pacientes y más efectivas”

“Los cazadores son quienes recorren el monte y los primeros interesados en que esté en buen estado”
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Cruz Aguilar

Ana Civera es de Calomarde, cazadora por herencia familiar y vocación propia, defiende una visión de la caza como herramienta de gestión ambiental, motor económico rural y espacio de encuentro social. Comenzó a cazar junto a su padre y su abuelo y ahora lo hace con su pareja y también con una amiga del propio pueblo

-¿Por qué cree que hay todavía tan pocas mujeres cazadoras?

-Cada vez somos más. Es cierto que, tradicionalmente, ha sido un ámbito predominantemente masculino, pero eso está cambiando. En la Sierra de Albarracín hay poca población, pero aun así hay cada vez más mujeres interesadas en la fauna y en las posibilidades que ofrece la caza. Ahora se ven muchas mujeres rehaleras, que van con los perros, y cada vez hay más afición entre las mujeres. Como en otros sectores, poco a poco vamos ocupando nuestro espacio.

-¿Cómo empezó en el mundo de la caza?

-Empecé porque en mi familia siempre ha habido cazadores. Mi abuelo, mi padre… Yo me iba con ellos, con mi tío y mi primo, a pasar jornadas en el campo. Al principio, sin arma, solo acompañándolos, y así fui creando afición. Después, también influyó mi pareja, que es agente forestal y muy aficionado a la caza. A partir de ahí, me adentré más de lleno en este mundo.

-¿Suelen cazar juntos?

-Sí, a veces cazamos juntos y otras por separado. En las batidas que se organizan en los pueblos, unas veces compartimos puesto y otras estamos en lugares distintos, según cómo se repartan los cazadores.

-¿Considera que la caza atraviesa un buen momento?

-La caza es muy criticada últimamente, sobre todo por las corrientes animalistas. Pero creo que es fundamental para gestionar la fauna y mantener el equilibrio del ecosistema. Siempre ha existido, y aunque se podrían mejorar los sistemas de gestión, es importante cuidarla como un recurso valioso, tanto a nivel ambiental como económico y deportivo.

-En pueblos pequeños como Calomarde o Frías, ¿es un recurso relevante?

-Sí, es muy importante. En la Sierra de Albarracín, la caza es uno de los recursos más valiosos que tenemos, no solo por el ingreso que generan los permisos, sino también como forma de sociabilización. Los fines de semana hay batidas, se reúnen los cazadores, hacen amistades… Es un motor económico y social fundamental.

-También mencionaba usted la mala imagen que tienen los cazadores. ¿Cuál es su visión al respecto?

-La realidad es que los cazadores son quienes más están en el monte, quienes lo recorren, quienes colocan bebederos cuando es necesario. Son los primeros interesados en que el ecosistema esté en buen estado. He visto cazadores llevando comida a las perdices cuando hay nieve. Los buenos cazadores cuidan el medio ambiente y a los animales más que mucha gente que critica la caza desde fuera, sin conocerla.

-¿Qué les diría a las mujeres que sienten curiosidad pero no se atreven a dar el paso?

-Les diría que se animen. Sinceramente, creo que las mujeres cazamos mejor que los hombres. Tenemos más paciencia, nos ponemos menos nerviosas y somos más efectivas. Además, no he visto machismo en el ámbito de la caza; te cuidan y te respetan. Es una actividad en la que se lo pasarán bien, y que les puede aportar mucho, además nos la tomamos de otra manera. Yo, por ejemplo, salgo al monte a disfrutar. Si cazo, bien, y si no, también. Al no ser tan competitivas, creo que al final somos más efectivas. Vamos con otra actitud.

-También es una actividad físicamente exigente que ayuda a mantenerse en forma.

-Claro, pero depende del tipo de caza que practiques. En la caza menor hay que andar bastante; con los perros también. Si estás en un puesto, haces menos ejercicio, pero igual pasas frío, calor… Al final es una forma de salir al campo, hacer algo de deporte y desconectar de la vida diaria, que siempre viene muy bien.

-¿Qué opina de la celebración de una Feria de la Caza en su propio pueblo, Calomarde?

-Me parece una iniciativa muy buena que va a beneficiar tanto al territorio en general como a entidades locales y municipios que subastan sus precintos de caza. También es bueno para la población en general porque se muestra la gestión de la caza que se hace en los Montes Universales. Y por otro lado, ayuda a dar a conocer la fauna que tenemos aquí y los animales de la Sierra de Albarracín, donde contamos con los mejores ejemplares a campo abierto.

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