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Angélica Morales, escritora turolense: “Ser huérfana de padre teniendo padre es lo más duro que te puede ocurrir” Angélica Morales, escritora turolense: “Ser huérfana de padre teniendo padre es lo más duro que te puede ocurrir”
Angélica Morales

Angélica Morales, escritora turolense: “Ser huérfana de padre teniendo padre es lo más duro que te puede ocurrir”

Acaba de ganar el premio Gabriel Celaya con un poemario que narra los malos tratos de su progenitor
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La escritora Angélica Morales se acaba de proclamar ganadora del Premio Internacional de Poesía Gabriel Celaya con Mi padre cuenta monedas, un poemario duro y transparente en el que la turolense se desnuda narrando la relación que mantuvo con su padre, basada en el maltrato psicológico.

-Estupenda manera de comenzar 2022...

-En realidad de terminar el 2021, ya que me comunicaron la noticia el 19 de diciembre, aunque hasta este martes no se hacía público. Lo cierto es que ha sido una excepcional noticia, concurrían casi 800 poemarios y más que un premio a este libro, que también porque es un libro muy especial, lo considero un premio a todo el trabajo de aprendizaje y de esfuerzo que lleva detrás dedicarse a escribir todos los días.

-Además el Gabriel Celaya es relativamente joven, tiene cinco ediciones, pero con 10.000 euros es de los mejor dotados de España en poesía.

-Y eso también es importante, por qué no decirlo. Los poetas somos los últimos de la fila de la literatura, y los premios no son para mí la posibilidad de darme un lujo o un capricho, sino que son la remuneración de mi trabajo. Pero es que además supone que el poemario se publique y vea la luz, y eso al final es el motivo último por el que escribo. Cuando tienes algo importante que decir, bien armado en un libro, lo que necesitas es que vea la luz.

-’Mi padre cuenta monedas’ habla nada menos que del maltrato psicológico que su padre ejerció sobre usted hasta su muerte. ¿Ha sido duro escribirlo?

-Ha sido muy doloroso. Yo empecé a contar la historia de mi padre con Monopolios (Prensas de la Universidad de Zaragoza), pero de un modo dulcificado, porque todavía no estaba preparada para enfrentar y compartir ese dolor. Mi madre leerá este poemario y lo pasará mal, porque no siempre estuvo donde yo la necesitaba y porque ella también fue maltratada aunque no lo admita. Ahora sí estoy preparada pero sigue siendo duro, porque incluso en el peor de los infiernos que se desata cuando tu padre te menosprecia, te insulta y te machaca continuamente hay momentos de luz, momentos en los que crees que todo puede cambiar, y luego él muere y siempre tendrás la duda si podrías haberte reencontrado con él. Pero nacer huérfana de padre teniendo padre es lo más duro que te puede ocurrir. Cuando tienes un padre pero no tienes su cariño ni su figura protectora, sino que recibes odio de él, creces con un hueco dentro de ti. Te falta una pieza que nunca tendrás aunque la busques toda la vida. Todos los escritores y  poetas están obsesionados con un tema al que siempre vuelven porque les ha marcado la vida, y este es el mío, porque la infancia determina por completo lo que tu eres. La literatura te permite buscar, preguntarte cosas e investigar. No te cura, pero es terapéutica.

-La infancia es la verdadera patria, decía Rilke...

-A mí la niñez me llegó luego, cuando me fui de casa. Entonces aprendí que no todos los hombres eran malos, que no todo el mundo se va a dirigir a ti gritándote, y me salvé. Seguramente mi padre fue un niño maltratado y quizá si yo hubiera tenido hijos hubiera sido maltratadora. Tiendes a devolver dolor por dolor, pero yo me salvé, encontré el teatro que me permitió vivir otras vidas, encontré la literatura, y entre el arte y el amor de mi marido, o de mi tía y mi abuela que me cuidaron, me salvé. La vida te da cosas terribles pero también te proporciona ángeles que te salvaguardan.

-¿Qué significa el título del poemario, ¿‘Mi padre cuenta monedas’?

-Es una de las imágenes que me quedan de él. Tenía un montón de monedas de 100 pesetas sobre la mesa, y las contaba, haciendo montones y guardándolas en bolsitas. Recuerdo esa imagen, esa avaricia, el ruido de las monedas tintineando. Era como estar en un gran castillo pero descalza, contar monedas era como contar heridas.

-¿El poemario tiene más de exorcismo o de aviso a navegantes?

-De todo. Ha sido una catarsis necesaria para mí, ya te digo, pero también puede que lo sea para otros u otras. Empezamos a salir de los armarios emocionales, porque mucha gente maltratada no ha admitido serlo entre otras cosas porque los maltratadores son encantadores hacia el exterior.

-En ese sentido comparte algo con Gabriel Celaya, poeta que estuvo socialmente muy comprometido y que da nombre al premio que acaba de ganar.

-¡Claro! ¡Por eso me hace tanta ilusión ganar precisamente este premio. Antes que Mi padre cuenta monedas escribí Medea a vuelto, una revisión a la figura de la mujer, de la maternidad, del derecho a no ser madre, y España Sola también era muy crítico y reivindicativo. Nunca he pensado que era una poeta social y de repente me he descubierto siéndolo, supongo que porque una vive en este mundo y termina revelándose contra los horrores que contiene. Tras ganar el Gabriel Celaya me da por pensar que estaba claro, que este poeta y yo teníamos que cruzarnos en el camino algún día.

-Como nunca deja de escribir, acaba de publicar otra novela, ‘Muerte de una youtuber’, sobre su detective Marta Morales...

-Sí. Aunque Tu serás la siguiente fue la primera novela que publiqué sobre las historias de esa detective, Muerte de una youtuber es la primera de esa saga que escribí. Está ambientada en Madrid, y tengo previsto publicar otras dos, una en Zaragoza y otra ambientada en Teruel que se titulará Mala Estrella y que quiero empezar a escribir este verano. Y entre tanto ahora mismo estoy trabajando en otra novela diferente, que no tiene nada que ver con esta saga.

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