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Carlos Briones, científico titular del Centro de Astrobiología: “Las posibilidades químicas de la formación de vidas en el cosmos son muy grandes” Carlos Briones, científico titular del Centro de Astrobiología: “Las posibilidades químicas de la formación de vidas en el cosmos son muy grandes”
El científico del Centro de Astrobiología, Carlos Briones, en el Campus de Teruel

Carlos Briones, científico titular del Centro de Astrobiología: “Las posibilidades químicas de la formación de vidas en el cosmos son muy grandes”

“Seguramente la sopa primitiva de la vida aquí recibió ingredientes exógenos que le dieron nuevos sabores”
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Carlos Briones Llorente es científico titular del Centro de Astrobiología (CAB, INTA-CSIC), dedicado a la búsqueda de vida en otras partes del universo, y ha sido uno de los profesores del curso de Astrofísica de la Universidad de Verano de Teruel (UVT)  organizado por el Centro de Estudios de Física del Cosmos de Aragón (Cefca). Sostiene que las posibilidades de la aparición de la vida en otras partes del Universo son muy grandes, aunque se muestra más cauto a la hora de valorar si pueden existir en el cosmos otras formas de vida inteligentes como la humana, cuyo origen se remonta en la Tierra a hace 3.800 millones de años cuando se produjo la transición de la química a la biología.

- ¿Dónde está el origen de la vida, en la Tierra o vino del espacio?

- Por un lado están los científicos que apoyan el origen endógeno de la vida, es decir, que ocurrió aquí en la Tierra, y los que dicen que la vida pudo llegar desde fuera a bordo de meteoritos, incluso bacterias hechas. Sobre esta segunda opción no hay ninguna prueba y es muy complicado imaginarse de dónde podrían venir. Hoy en día en lo que estamos más de acuerdo es que probablemente la mezcla de moléculas que había en la Tierra hace 3.800 millones de años, y de la cual en última instancia provienen los seres vivos, se vio enriquecida por la llegada de otras moléculas a bordo de meteoritos y núcleos de cometas. Seguramente la sopa primitiva de la vida recibió ingredientes exógenos de fuera que le dieron nuevos sabores y a partir de ahí se originó la vida. De hecho cada vez conocemos y encontramos más moléculas orgánicas en el cosmos que están fuera de la Tierra y que podrían haber llegado en aquella etapa tan temprana a nuestro planeta. Con esa mezcla la química se iría haciendo cada vez más compleja y en última instancia se originarían los seres vivos.

- ¿Dónde se encuentran esas moléculas orgánicas?

- Se han encontrado en otros planetas, en meteoritos, en cometas, en atmósferas y también en nubes interestelares de gas y polvo. Recientemente un grupo de investigadores del CAB hemos detectado una molécula que se llama etanolamina en el medio interestelar, y resulta que es una de las fundamentales en las membranas de nuestras células. Esa es una prueba que indicaría que a lo mejor ese tipo de moléculas pudieron venir de fuera en esa etapa inicial del origen de la vida. Realmente el cosmos está lleno de agua y de moléculas orgánicas. Eso quiere decir que puede haber vidas en otras partes del Universo y que no estamos solos, porque las posibilidades químicas de que se hayan formado otras vidas son muy grandes.

- ¿Cuál es la probabilidad de que exista vida microbiana en otros planetas e incluso en nuestro sistema solar?

- Es difícil hablar de probabilidad porque no tenemos todos los datos para hacerlo, pero sí sabemos que en Marte pudo haberla más o menos a la vez que se inició en la Tierra, y que podría seguir existiendo, o a lo mejor desapareció, pero dejó señales químicas. También puede haber vida en los satélites de hielo de los gigantes de gas, porque debajo de esa capa tienen grandes océanos, y me refiero especialmente al satélite Europa de Júpiter, y a Encélado de Saturno. Esos dos son candidatos a tenerla porque realmente hay mucha agua y son los lugares principales donde estamos buscando y a los que dedicamos más investigación y esfuerzos.

- ¿Cómo se puede avanzar más en la búsqueda de vida en esas lunas?

- De estar estará bajo el hielo, lo que pasa es que en Europa y Encélado, como el agua de ese océano está sometida a gran presión, de vez en cuando se escapa por fisuras y forma géiseres. Eso se ha visto ya con satélites y al menos en una ocasión una nave, la sonda Huygens, fue capaz de atravesar una de esas surgencias de agua y analizar su composición. Ahí de momento lo que sabemos es que hay una serie de moléculas muy interesantes, pero por ahora no tenemos evidencia de que haya vida.

- ¿Cómo se puede avanzar en esa línea de investigación?

- Se pueden mandar orbitadores que atraviesen esos chorros de vapor de agua y eso se va a hacer más sistemáticamente en los satélites de Júpiter. Hay misiones en construcción a día de hoy, tanto de la agencia espacial norteamericana como de la europea con la intención de saber si en alguno de ellos puede haber señales de vida.

- Hablar de vida inteligente son ya palabras mayores, ¿verdad?

- La existencia de vida inteligente asumimos que es mucho menos probable que la existencia de vida en general, porque en nuestro planeta el origen y la evolución de la vida ha generado solo una especie que tenga las capacidades cognitivas para transformar el mundo y desarrollar tecnología como somos nosotros. No tiene por qué haberse dado ese tipo de evolución en otros lugares aunque en ellos haya existido la vida, eso es lo que tenemos que tener muy claro, y por lo tanto es mucho menos probable que existan vidas inteligentes y que lo que haya sean vidas sin más, sin adjetivos.

- Vida evolucionada pero no inteligente.

- Eso es, una vida que a lo mejor son pluricelulares, a lo mejor son eucariotas con una cierta complejidad, pero es difícil que exista. Claro, en estos campos no podemos decir que es imposible, porque no es imposible que existan vidas inteligentes, pero es muy difícil. Y luego aunque existieran, sabemos que en el sistema solar no existen otras vidas inteligentes, y tendría que ser fuera del sistema solar; y en torno a otras estrellas que quizás pudieran existir, pero el problema es que están demasiado lejos y nunca tenemos la opción de comunicarnos con ellas porque si sus señales están a mil años luz de nosotros no podemos comunicarnos. O a lo mejor nos han mandado sus señales hace 500 años cuando no había tecnología aquí. Podemos estar desfasados en el espacio tiempo respecto de otras posibles inteligencias también, aunque las hubiera.

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