Síguenos
Eloy Ariza, fotógrafo especializado en documentar la exhumación de fosas de la Guerra Civil: “Hace 50 años que murió Franco y todavía hay mucha gente con un tiro en la cabeza bajo tierra” Eloy Ariza, fotógrafo especializado en documentar la exhumación de fosas de la Guerra Civil: “Hace 50 años que murió Franco y todavía hay mucha gente con un tiro en la cabeza bajo tierra”
Eloy Ariza es fotógrafo especializado en documentar memoria histórica.María Jett

Eloy Ariza, fotógrafo especializado en documentar la exhumación de fosas de la Guerra Civil: “Hace 50 años que murió Franco y todavía hay mucha gente con un tiro en la cabeza bajo tierra”

“Mostrar las fosas a los jóvenes es clave para que no piensen que son batallitas que cuentan los abuelos"
banner click 236 banner 236
Cruz Aguilar

El fotógrafo Eloy Ariza busca documentar la exhumación de fosas de la Guerra Civil y trabaja en colaboración con ArqueoAntro, la agrupación especializada en memoria histórica. Este próximo viernes 28 de noviembre se va a inaugurar una exposición de imágenes en Cella, en el edificio de la antigua sociedad obrera. La presentación irá acompañada de una charla a cargo del historiador Serafín Aldecoa titulada La represión franquista de la mujer. El caso de Cella. La muestra, realizada por Ariza en colaboración con la ilustradora Gema López, recoge las fotografías tomadas en las exhumaciones de Albarracín y es la que ya se montó el año pasado en el Museo de Albarracín, aunque en ese momento se incorporaron también algunos objetos

-¿Qué va a encontrar el público que acuda a la exposición?

-Recoge imágenes de las tres campañas que hemos hecho en Albarracín, 2022, 2023 y 2024. Es un resumen de lo que hemos abierto estos años.

-¿Por qué le interesa este tipo de fotografía vinculada a la memoria histórica?

-Llevo diez años trabajando en memoria histórica con el equipo que realiza las excavaciones. Empecé porque es un trabajo que, a nivel social, me mueve mucho y, a nivel humano, es muy reconfortante poder estar con las familias y conocer sus historias.

-¿En qué consiste su labor fotográfica durante la exhumación de una fosa?

-Me dedico a la documentación técnica, es decir, a fotografiar todo el proceso arqueológico, desde la primera capa de tierra hasta que aparecen las fosas, todo el proceso de excavación y de exhumación. Documentar cada fase. También fotografío los objetos asociados a las víctimas y realizo entrevistas a familiares. En general, llevo toda la parte gráfica, tanto de imágenes como audiovisual.

-Además de documentar, estas fotografías ayudan a identificar víctimas a través de los objetos.

-Sí, a veces aparecen objetos muy peculiares. Aunque no es frecuente que permitan identificar directamente, en sitios como Paterna sí ha ocurrido con una camisa con iniciales, por ejemplo. Pero normalmente son objetos de vestimenta o que se han llevado a la cárcel e identificar a alguien a través de ellos es muy difícil porque llegamos muy tarde. Si su abuelo tenía un botón llamativo quizá sus padres lo recordarían, pero ya no llega esa información a las siguientes generaciones. Una pipa o tabaco pueden dar pistas, pero en 2025 se ha perdido mucho. Anillos con iniciales sí ayudan, y también aportan información sobre la clase social a la que pertenecían.

-Han pasado 90 años desde la guerra. ¿Los descendientes directos han desaparecido?

-Muchos hijos e hijas han fallecido en estos últimos años. En Paterna nos dijeron en un homenaje que ya no queda ningún descendiente directo con vida. Ahora la lucha la llevan nietos e incluso una cuarta generación.

-¿En la exposición de Cella, qué imágenes seleccionó y con qué intención?

-Está muy orientada a un público joven y a quien no conoce cómo es una excavación de estas fosas. Es un recorrido desde la apertura de la fosa, desde la retirada de esas primeras tierras hasta la exhumación, mostrando el día a día, las visitas de los familiares… Incluye imágenes de estos tres años en Albarracín y hay paneles con datos de cada campaña. Es divulgativa, con fotografías comprensibles pero también impactantes, porque algunas pueden resultar duras por la posición de los cuerpos o la cantidad de víctimas. Pero son necesarias, la gente debe conocer cómo ocurrieron estas cosas.

-¿La exposición se centra más en la metodología que en las identidades?

-Sí, porque aún no tenemos resultados positivos de identificación; están llegando ahora, sobre todo de la fosa de las mujeres excavada el año pasado. Incluimos los listados de víctimas que manejan las asociaciones, pero no hay registros completos. Explicamos un poco algún caso concreto, pero en general mostramos el proceso arqueológico.

-¿Qué importancia tienen estas exposiciones en la concienciación de la gente joven?

-Son clave para que no piensen que son batallitas de los abuelos. Es algo que afecta al presente. En muchos pueblos hay fosas sin señalizar. Y han pasado 50 años desde la muerte del dictador y todavía hay personas con un tiro en la cabeza bajo tierra.

-¿El auge de la extrema derecha entorpece la dignificación de la memoria histórica?

-Sí, se vuelve a hablar de revanchismo o de “abrir heridas”. Nosotros invitamos a cualquiera a visitar una excavación. Verán que no hay odio ni rencor, solo un deseo de descanso de que cada familia pueda enterrar a su padre, su hermano o su abuelo donde decida. Es un derecho básico en una sociedad civilizada.

-¿Cuántas víctimas hay en las fosas de Albarracín?

-Hemos recuperado 41, pero serían más, cerca de 60.

-¿Quedan por tanto más campañas por realizar?

-Sí. Este año intentamos localizar varias fosas de soldados franquistas enterrados aquí porque sus familias lo han pedido. Hasta ahora lo que hemos excavado es población civil republicana y no sólo de Albarracín, también había varias personas de Cella o Monreal.

El redactor recomienda