Síguenos
Javier Jaén, diseñador y artista visual: “Sin una gran idea detrás, las imágenes o textos generados por IA solo son fuegos artificiales” Javier Jaén, diseñador y artista visual: “Sin una gran idea detrás, las imágenes o textos generados por IA solo son fuegos artificiales”
Javier Jaén, en el Museo Provincial de Teruel. Jorge Escudero

Javier Jaén, diseñador y artista visual: “Sin una gran idea detrás, las imágenes o textos generados por IA solo son fuegos artificiales”

El catalán expone en el Museo de Teruel ‘Medio lleno’, una muestra con 200 de sus mejores trabajos
banner click 236 banner 236

Javier Jaén (Barcelona, 1983) es uno de los diseñadores e ilustradores más importantes de nuestro país. Ha trabajado para prensa internacional, para empresas de todo tipo y ha ilustrado carteles de películas y festivales por medio mundo. Es un maestro del lenguaje audiovisual, y algunos de sus mejores trabajos pueden verse en Medio lleno, la exposición que puede visitarse en el Museo Provincial de Teruel hasta el 19 de octubre.

-En la exposición podemos ver fotografía, ilustración, pintura, diseño asistido por ordenador e incluso volumen y escultura... ¿en qué técnicas se encuentra más cómodo?

-Para mi la técnica siempre está al servicio de la idea. Y me gusta aquello de jugar con todos los juguetes que tienes en la caja. Hay cosas que necesitan ser una raya de lápiz, y otras un 3D complicadísimo, una foto o una forma hecha con rotuladores o plastilinas. Parte de la diversión consiste en averiguar cuál es la mejor forma de cristalizar una idea.

-Habitualmente trabaja por encargos, sobre una campaña, un cartel, un artículo o una portada en prensa... ¿se crea mejor así, o prefiere hacerlo a ideas y pulsiones personales?

-Todo me viene siempre a partir de un estímulo ajeno. Quizá te llega por un encargo, o por algo que has visto o que ha pasado, y decides filtrarlo para ti mismo y encontrar la manera de solucionarlo en lo visual. Buena parte del disfrute del proceso reside no tanto en la idea, sino en la solución que encuentras a un problema. Es un problema de comunicación, en que tienes que averiguar cómo explicas una película, una obra de arte o que estas galletas están realmente buenas. Me gusta el reto de solucionar ese problema a base de colores, formas, tecnologías y cuatro cositas más. Es como si alguien te lanzara un cubo de Rubik y tuvieras que solucionarlo rápido y bien.

-Entre el emisor y el receptor de un mensaje es necesaria cierta complicidad, compartir códigos comunes. ¿Cómo andamos los españoles en ese tipo de códigos? ¿Cogemos las cosas al vuelo o nos cuesta entender el chiste?

-Sabemos mucho más de lo que imaginamos. Si recibimos un email con letras rojas y mayúsculas sabemos qué significa, y si nos envían unos emojis de frutas a las doce del mediodía o a las doce de la noche sabemos que significan cosas diferentes. Manejamos gran cantidad de matices, sabemos que las gallegas en una caja negra son más caras que las de la caja azul, y distinguimos por la tipografía de los carteles si un restaurante es vasco o chino. Los diseñadores nos hemos profesionalizado en este tipo de percepción, pero cada persona tiene una gran base de datos de elementos que reconoce perfectamente, aún sin saberlo.

-¿El diseño gráfico es arte? ¿Es vanidoso considerar que sí? ¿O lo es la postura contraria?

-Después de darle muchas vueltas a ese debate, he llegado a la conclusión de que qué más da. Esas etiquetas ayudan mucho a los demás, a decir esto es bueno, esto no, pero a mí no me ayudan en absoluto. Mi labor es hacer imágenes que sean estimulantes y que cumplan una función comunicativa, que puede ser tan sencilla como una flecha que indique claramente la salida de un parking. No me interesa si es arte o no. Yo no me pongo un traje de ilustrador, de diseñador o de artista. Mi trabajo es contarte que ha llegado la primavera, o la Vaquilla, y de hacerlo de un modo que te atraiga.

-¿Qué influencias reconoce en su trabajo?

-En mi caso bebo mucho de la ilustración editorial americana, en la que la idea está por delante del estilo, sí o sí. Gracias a muchos autores que trabajaban en medios como New York Times o New Yorker, descubrí que se podía explorar gran variedad de estilos o recursos, que no siempre era necesario utilizar un lápiz para dibujar a un personaje, o utilizar una paleta de colores determinada. Me sirvieron para aprender a trabajar como un sastre, que confecciona un traje único y a medida para cada proyecto que aborda.

-¿En que lugar les deja, o les dejará, las inteligencias artificiales de generación gráfica?

-Estamos tan enmedio de lo que está pasando que es difícil tener una opinión clara y bien informada. Dicho esto, creo que no es solo una herramienta, y si lo vemos así nos estamos equivocando. Pero si me pongo optimista, y de eso va la exposición en Teruel, creo que estamos en el momento de la historia en el que las ideas son más importantes. Porque sin una gran idea detrás, ese texto o ese dibujo que nos va a dar ChatGPT no serán más que fuegos artificiales que no cuenten nada.

-¿Llegará el día en el que una IA traducirá mejor una idea al lenguaje audiovisual de lo que puede hacerlo un ser humano?

-Predecir el futuro suele salir mal. Quiero pensar en que tenemos que poner el foco en para qué nos contamos las cosas, para qué sirve escribir un libro, si tiene sentido que escribamos poesía, cuál es la pregunta para todas esas respuestas que nos da la tecnología... Si no nos empezamos a hacer todas esas preguntas, estaremos un poco perdidos, fascinados por la tecnología por sí misma. Es evidente el impacto de la tecnología, de la IA o de internet en las relaciones sociales y en nuestro conocimiento sobre el mundo, pero ya han vaticinado otras veces el fin del mundo y todavía no ha llegado. Seguro que todavía tenemos al menos diez minutos más.

El redactor recomienda