

El Museo de Teruel se hace cómplice de Javier Jaén y se abre a su colorido
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Las cosas son como son pero pueden ser nombradas de diferentes formas. El arte y el diseño gráfico, que en su manifestación formal no tienen por qué presentar diferencias sustanciales, consiste en muchas ocasiones en traducir conceptos a un lenguaje visual que combina elementos que el espectador ya conoce, a través de relaciones o analogías que el artista inventa. Cuando un creador trasforma un guante de boxeo en un retrato, que cualquiera identifica con Donald Trump sin mencionarlo, o consigue que al mirar un plátano uno piense en las majas de Goya; cuando una imagen resume a la perfección dos horas de película o un artículo de prensa de 3.000 palabras, surge la chispa y la complicidad entre el productor del mensaje y su receptor. De esa complicidad, de cómo son las cosas y de cómo puede contarlas un artista es de lo que habla Medio lleno, la exposición temporal que inauguró este jueves Javier Jaén (Barcelona, 1983) en el Museo Provincial de Teruel. La muestra, con doscientas de sus mejores obras creadas entre 2009 y 2025, puede visitarse hasta el próximo 19 de octubre.
La exposición es inédita y está producida por el Museo de Teruel, el propio Javier Jaén y Victoria Salsas. De hecho está creada para el propio museo, cuya sala de exposiciones temporales, en la planta baja, se ha transformado por completo para formar parte del mismo montaje. Las paredes han cambiado su color para estar a la altura de la riqueza cromática de la obra. Casi es una exaltación de la alegría, porque los mensajes de Jaén siempre están revestidos de optimismo, de cierta felicidad, de ironía y retranca en el más amargo de los casos. Es imposible no sonreír ante su diseño formado con más de mil cigarrillos que habla nada menos que de la muerte, lo mismo que muchas de las portadas que ha diseñado para New Yorker, The Washington Post o National Geographic. El titular inventado de una de sus portadas de prensa, “Al final ganan los buenos”, no puede ser más dramático, familiar e hilarante al mismo tiempo.

Uno de los espacios de la planta baja se ha transformado en un kiosko tradicional de prensa en el que pueden verse algunas de esas portadas para medios anglosajones, alemanes o españoles, y la exposición se extiende hasta la Lonja, en la planta superior del Museo, donde recrea en un mural de veinte metros su diseño Moodymug, que ironiza sobre las tazas de desayuno que han desvirtuado las frases de autoayuda y los mensajes de ánimo por saturación, casi tanto como los que se leen en redes sociales
Jaén es una de las grandes firmas del diseño gráfico españolas en la actualidad. Entre sus referencias se adivinan algunos grandes nombres como el de Pascual Madoz o Isidro Ferrer, pero ha desarrollado un lenguaje y una estética absolutamente reconocible y que tiene la virtud de conectar al primer golpe de vista -nunca mejor dicho- con todo tipo de público, desde el más reacio al arte conceptual hasta el más académico.
Ni para bien ni para mal, Jaén no advierte la frontera que en ocasiones se establece entre la actividad artística y la del diseño gráfico. Más allá de que la obra se canalice a través de una pulsión personal más o menos elevada, o para publicitar una película o un festival -su cartel para el Certamen de Poesía de Barcelona 2019 es sencillamente sublime, no puede conceptualizarse mejor un concepto tan amplio como la poesía en una sola imagen-, Javier Jaén considera que “la mayor parte del tiempo el trabajo consiste en traducir, traducir cosas, sensaciones o conceptos que todos conocemos a un lenguaje plástico, a través de referentes que también solemos conocer”.
En ese sentido se diluye la diferencia entre arte y diseño: “Lo que me interesa de este trabajo es explicar cómo es el sabor de una salsa de tomate, si pica o no pica, o contar que una película es de risa o un thriller. Que luego eso vaya en una etiqueta, una portada o una exposición en un museo me da un poco más igual”.
Durante la inauguración, Javier Jaén agradeció este jueves la predisposición que ha tenido el Museo de Teruel para crear una exposición poco convencional y con mucho de “celebración” -un grupo de Dulzaineros de Albarracín participó con su música en la apertura de la muestra, en un guiño a la tradición que (solo) aparentemente choca con el arte contemporáneo-. Medio lleno -título que hace referencia a que esa mediación entre la realidad y el observador que ejerce el artista puede tener un tinte optimista y divertido en cualquier caso- no es exactamente una retrospectiva, o al menos no está construida así. Pero sí que sus obras abarcan una gran franja temporal en la obra del catalán. Las piezas más antiguas datan de 2008, cuando esta todavía estudiante de Bellas Artes. En concreto, una que apela a las lágrimas de cocodrilo que vierten algunos políticos en su versión más sensacionalista. Y las más modernas son de este mismo año, como el cartel de la serie Furia, que se estrenó en HBO el pasado 11 de julio.
Entre las obras más recientes también se encuentra una serie de libretas y apuntes en los que Javier Jaen captura los primeros esbozos de una idea cuando empieza a tomar forma gráfica en su cabeza, y que en conjunto componen una pieza especialmente interesante sobre sus procedimientos de trabajo.

Madres paralelas
Y claro, en la exposición también está el cartel de Madres paralelas (Pedro Almodóvar, 2021), el que fue censurado y el otro. Es uno de los diseños que contribuyó a catapultar a la fama internacional a Javier Jaén, gracias a la polémica que causó. En él se ve un ojo cuya pupila es en realidad un pezón femenino, del que se desliza una gota de leche como si fuera una lágrima de llanto. Almodóvar declaró en su día que adoraba ese cartel, porque sintetizaba a la perfección la experiencia dolorosa que puede suponer la maternidad, el tema central de la película. Pero el algoritmo de Facebook no lo vio así y censuró la imagen por considerarla sexual.
Se armó tal revuelo ante lo pacato de la objeción que la imagen y su defensa se hizo viral. Tanto que fue una de las primeras ocasiones en las que Facebook pidió disculpas públicamente, antes de autorizar de nuevo a publicar esa imagen en los perfiles de sus usuarios.
Javier Jaén todavía no se explica lo que ocurrió: “Es increíble que alguien se escandalice por una de las primeras imágenes que vemos al nacer. Ni Almodóvar ni yo queríamos armar revuelo; esa imagen tiene que ver con el significado de la película, con la libertad y la integridad artística. Si esa imagen ofende a alguien es su problema”.
Ese cartel es cualquier cosa menos un one-hit wonder, pero es verdad que acompaña casi siempre a Javier Jaén. “Me acompaña pero no me persigue”, explica el autor, que asegura que no siente hartazgo porque siempre le pregunten por ella. “Aprendí mucho de ese proyecto y me llevó a sitios a los que quizá de otro modo no hubiera llegado”, afirma con honestidad. “Y más allá de anunciar una película se convirtió en símbolo de muchas cosas para mucha gente, desde asociaciones prolactancia hasta enemigos de la censura en internet o de la violencia contra la mujer. Sirvió para hablar de todas estas cosas en muchas partes, y por eso le tengo mucho cariño”.
Y es que el escándalo no está en el lápiz sino en la cabeza de quien lo inventa. En abril de 2022 fue censurada por el Ayuntamiento de Zaragoza, a instancias del grupo municipal de Vox, la portada del disco O zaguer Chilo V creada por Eva Cortés. Su diseño era un guiño a la baturra orinando -sí, las baturras también orinan- que ya había utilizado Ixo Rai en Con el agua al cuello en 2001, hace más de veinte años, sin que ocasionara ningún tipo de ruido.

“La provocación por sí misma no me interesa, no interesa a los diseñadores”, explicaba este jueves Javier Jaén. “Es muy fácil de conseguir, todos sabemos qué trucos funcionan en ese sentido. Lo que realmente me interesa es crear imágenes que no pasen desapercibidas, que no sean más ruido en el caudal de imágenes que no dicen cosas”. Con acierto, Javier Jaén considera una responsabilidad del artista -y por ende del diseñador- no seguir saturando los servidores de la vida de imágenes que no cuentan nada. Es una cuestión de “ecología editorial”, subrayó Jaén.
Durante la presentación de la exposición a la prensa, en la mañana de este jueves, la diputada delegada del Museo de Teruel y vicepresidenta de la Diputación Provincial, Beatriz Martín, destacó que “la obra de Jaén contagia al espectador y tiene el don de plasmar conceptos muy complejos en imágenes muy potentes, sencillas y visuales”.
Por su parte, la directora del museo Beatriz Ezquerra y la coordinadora del montaje, Sara Civera, se mostraron muy orgullosas de la muestra y de que la obra de Javier Jaén pueda visitarse en Teruel, en una exposición “poco convencional”, según la segunda, y “que ha supuesto un trabajo ingente que ha merecido la pena”, según la primera.
Uno de los diseñadores españoles más internacionales del panorama
Javier Jaén (Barcelona, 1983) estudió diseño gráfico y bellas artes en Barcelona, Nueva York y Budapest. Su actividad profesional se ha centrado en ilustración editorial, portadas de libros, proyectos audiovisuales, publicidad, comunicación cultural y creación de obra propia. Traduce historias y conceptos en imágenes mediante un lenguaje simbólico y lúdico.

Ha trabajado para The New York Times, The New Yorker, Time, The Washington Post, Harvard University, National Geographic, Greenpeace, Penguin Random House, Vueling, Unesco, Camper, Banco Sabadell, Louis Vuitton, Netflix, Warner, Centro Botín, Centro Dramático Nacional, Zara, Microsoft o El Deseo, entre otros.
Su trabajo ha sido reconocido por instituciones como la Society of Illustrators, American Illustration, The Society of Publication Designers, American Society of Magazine Editors o la Society for News Design, y ha recibido galardones como los Premios Feroz, Grand Laus, D&AD Pencil, Premio Gràffica o Premio Junceda.
Desde 2015 forma parte de la Alliance Graphique Internationale (AGI). En 2020, la revista Forbes lo incluyó en su lista de los 100 españoles más creativos.
Ha sido profesor en el Instituto Europeo di Design, Elisava, BAU, IDEP, y a menudo imparte talleres y conferencias en diversas escuelas internacionales de arte y diseño.
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