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Julia Mateo e Isidoro Almena, miembros de la Asociación Amigos de las Calderas: “Queremos que nos visite la gente y que Gargallo se proyecte un poco más” Julia Mateo e Isidoro Almena, miembros de la Asociación Amigos de las Calderas: “Queremos que nos visite la gente y que Gargallo se proyecte un poco más”
Julia Mateo e Isidoro Almena, ante una vitrina con fósiles en el centro social de Gargallo. M. N.

Julia Mateo e Isidoro Almena, miembros de la Asociación Amigos de las Calderas: “Queremos que nos visite la gente y que Gargallo se proyecte un poco más”

La localidad pretende sacar partido turístico sumando la tortuga fósil a una ruta y la visita al museo etnográfico
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Julia Mateo e Isidoro Almena, miembros de la Asociación Amigos de Las Calderas, son los artífices de que hoy el centro social de su pueblo albergue una exposición sobre la Tortuga de Gargallo y esté en camino de conseguir una senda interpretativa a raíz del descubrimiento, en 1957 en la mina La Pintada, de un fósil de caparazón de galápago con una antigüedad de 110 millones de años. Los dinamizadores culturales esperan que la muestra sirva para atraer visitantes a este municipio de Andorra-Sierra de Arcos, de la mano de la Casa Museo Miguel Gargallo.

-¿Cuál es la historia de esta exposición?

-Julia Mateo: En 1957, en la bocamina del antiguo pozo de carbón La Pintada, ubicado al lado de la venta del mismo nombre, el minero José Hernández Mellado encontró un fósil de caparazón de tortuga del Mesozoico, que en ese momento era la única de estas características hallada en España. La ignorancia con respecto a los fósiles aquí era absoluta porque los niños cogíamos a montón en la bajada de Santa Justa hacia el paraje de Las Calderas, y el que no tenía una caracola tenía un mejillón, y el que no un erizo, pero los tenías en casa sin ningún dato ni valor porque no teníamos esa formación. El investigador francés Albert-Félix de Lapparent tuvo conocimiento del hallazgo, y a su vez se puso en contacto con el especialista Frederic Marie Bergounioux. De modo que el fósil fue a parar a Francia y ahora está en la Universidad de Salamanca, en el Museo de Ciencias Naturales pero no como exposición, sino como bien de archivo.

-¿Cómo se enteraron?

-J.M.: Nos enteramos de esta historia hace cuatro años, en las jornadas geológicas de Alcorisa. Estaba hablando con el geólogo local Luis Moliner en una conversación posterior a una charla y me dio noción de esto. Me quedé con la copla y a partir de ahí empezamos a ver cómo se podía poner en valor y dar a conocer todo esto y tenerlo en nuestro haber. De modo que conectamos con la Fundación Dinópolis y dio la casualidad de que estaban trabajando en este proyecto de la tortuga. Unimos sinergias y nos hicieron un proyecto que nos sirvió para la exposición, para datar los fósiles que quedaban y ubicarnos en este tema. La muestra incluye fotografías del fósil, explica las circunstancias de su hallazgo y de su estudio y el contexto geológico: las minas de lignito son fructíferas para la localización de tortugas prehistóricas, como también se puso de manifiesto en el cielo abierto Santa María de Ariño.

-También quieren hacer un sendero interpretativo.

-J.M.: Está hecha la ruta de cuatro kilómetros desde Gargallo y falta una segunda fase que sería la colocación de los atriles con los códigos QR y las informaciones que transmitirán los propios paleontólogos de la Fundación Dinópolis. Pero el poder adquisitivo de la asociación es muy bajo y hay que ir por etapas. Parte de la senda coincide con el PR-TE 93 Ejulve-Gargallo que la Comarca Andorra-Sierra de Arcos llevará próximamente hasta el Monasterio del Olivar. La senda nuestra morirá en la bocamina de La Pintada, donde se colocará un letrero. Queremos aprovechar el auge de las rutas senderistas.

-Isidoro Almena: Queremos agradecer la ayuda que nos ha concedido el departamento de Vertebración del Territorio del Gobierno de Aragón a través de una línea del Fondo de Cohesión.

-¿De quién era esta mina?

-J.M.: Le llamaban La Francesa. Dejó de funcionar en los años 60, cuando yo tenía seis años. Después se metieron en la minería Samca y Endesa, pero cuando yo era chiquitita se trataba de minas muy pequeñas, de gente que no eran grandes empresarios.

-¿Qué pretenden conseguir con este proyecto cultural?

-I.A.: Queremos hacer una proyección al pueblo para que nos visite gente y, en definitiva, que Gargallo se levante un poco más y no nos hundamos.

-J.M.: De nuevo queremos establecer sinergias, esta vez con la Casa Museo Miguel Gargallo, que es un museo etnológico precioso y con un interés importante, pues tiene documentos de la Guerra Civil que no hay en otro lugar. Se trata de unir y sumar. También hay previstas una serie de charlas informativas en los pueblos colindantes y una aportación de lo que son los paneles principales de la exposición, a modo itinerante.

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