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Pepe Müller, ingeniero químico y escritor; “Buena parte del valor de un buen vino reside en la compañía junto a quien lo bebes” Pepe Müller, ingeniero químico y escritor; “Buena parte del valor de un buen vino reside en la compañía junto a quien lo bebes”
Pepe Müller presentó este viernes su novela, ‘El vino del alquimista’, en la librería Senda de Teruel. M. A.

Pepe Müller, ingeniero químico y escritor; “Buena parte del valor de un buen vino reside en la compañía junto a quien lo bebes”

Presenta su primera novela, el thriller ‘El vino del alquimista’ (Plaza & Janés) en la librería Senda
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Plaza & Janés acaba de publicar la ópera prima de un ingeniero químico barcelonés, Pepe Müller, que ha reunido en El vino del alquimista alguna de sus pasiones, como la química, la enología y el espíritu aventurero. Müller presentó este viernes en la librería Senda de Teruel un thriller que plantea una búsqueda frenética y peligrosa e invita a pensar en si estamos viviendo realmente la vida que deseamos.

-¿Qué narra ‘El vino del alquimista'?

-Es una novela de intriga, cuyo protagonista es un somelier de un restaurante que, tras años de gloria, está en horas bajas en la Barcelona postolímpica. Un día alguien le plantea un curioso encargo: encontrar una botella de vino que tiene 200 años de antigüedad, realizada por un fraile de un monasterio cartujo en Escaladei, cuyo contenido tiene unas propiedades muy especiales. Pronto se dará cuenta de que no es el único que quiere encontrarla, y que poderosos emporios y laboratorios farmacéuticos andan tras ella.

-¿De dónde saca la idea y por qué la sitúa precisamente ahí? ¿Es una trama de ficción de principio a fin?

-La historia tiene un gran peso en la novela. Los personajes son completamente inventados pero todo el contexto histórico que aparece, que no es poco, es rigurosamente real y está bien documentado. Este monasterio de Escaladei fue muy importante. Era un priorato de la orden de la Cartuja que terminó dando nombre a la Denominación de Origen del Priorato. El vino del alquimista es una novela de intriga, pero tiene mucho de novela histórica.

-Toda trama novelística tiene algún tema universal detrás. ¿Cuál es el de esta novela?

-Desde luego uno de ellos es el crecimiento personal. El protagonista es un sumiller que lleva una vida demasiado rutinaria. Le gusta su trabajo porque es un enólogo vocacional con un talento innato, pero en el fondo lleva dentro un espíritu aventurero que estaba esperando a ser desarrollado sin que él mismo lo supiera. Pero el destino y la suerte lo enfrenta a una serie de retos que le hacen descubrirse a sí mismo y sacar esa parte que ni él mismo conocía.

-¿Qué tiene de autobiográfico? Usted es un apasionado del vino, ¿también de la aventura?

-En realidad sí. Me identifico absolutamente con el personaje, incluso en esa proyección del yo aventurero. Soy de padre alemán y madre catalana, me crié en una educación relativamente rígida, aquello de la disciplina alemana. Pero he evolucionado, he trabajado para varios laboratorios y he viajado por más de 80 países. También tengo un poco de ese espíritu aventurero. Pero estaba muy interesado en reflejar este fenómeno de que la mayoría de personas viven una vida impuesta, ya sea por la educación que han recibido, por el entorno o por la suerte, pero todos llevamos algo dentro, diferente, tratando de aflorar siempre.

-¿La novela incide en algún personaje histórico en particular?

-Habla bastante de un místico del XIX, George Gurdieff, que desarrolló una serie de teorías que van precisamente en este sentido, el de las personas que bajo su vida convencional esconden lo que él llamaba su esencia.

-Y el vino es uno de los grandes protagonistas...

-En este libro creo que el lector también aprenderá cosas sobre ese mundo. No es para nada exhaustivo, porque para eso están los manuales y los ensayos, pero a lo largo de la novela se descubrirán muchas cosas sobre el vino, sobre catas, sobre las técnicas de fermentación... pero todo diluido en lo que es la trama, en la que trato de mantener el suspense hasta el final.

-¿Qué tiene que ver la química, a la que usted se dedica profesionalmente, con el vino, la alquimia, incluso las gotas de esoterismo que aparecen en el libro...?

-Creo que una de las cosas que hicieron que me aficionara al mundo del vino es mi condición de químico, porque me interesan los procesos de fermentación. Al final el vino es pura química, procesos naturales, pero químicos. Y un concepto que se encuentra subyacente en el libro es que el monje que fabricó el vino del alquimista practicaba de hecho la alquimia. Esa práctica trataba de obtener oro a partir de plomo u otros metales menos valiosos. Y en mi opinión conseguir un vino, que en algunas ocasiones es un producto verdaderamente extraordinario, a partir de unas cepas en un terreno determinado es pura alquimia. Un bueno vino no es tan diferente al oro, aunque hay que tener en cuenta algo realmente importante: yo no abriría nunca una botella de buen vino para beberlo a solas, porque buena parte del valor que tiene un vino reside en el valor de la compañía junto a quien lo tomas.

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