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May Serrano

Todo nuevo en mi vida. Empieza febrero, mes del amor, empiezan mis colaboraciones en DIARIO DE TERUEL, estreno fibra óptica, el colchón también es nuevo y mi ilusión por la vida en estos momentos está recién abierta, como cuando cortas la esquina del paquete de café y te llega el aroma...

Soy May Serrano, algunos de ustedes me conocerán por Tere o Teresa, no se aflijan que en este espacio vamos a hacer honor a su título: Infinitas posibilidades.

Hace 19 años que me marché de Teruel, primero a Madrid siguiendo el impulso de mi amor por el teatro. Luego a Bilbao, donde también me llevó el amor y ahora de vuelta a mi tierra... adivinen por qué.

Cuando me fui de Teruel tenía 33 años y creía que lo sabía todo. Estaba segura de quién era y lo que quería de la vida. Tenía la certeza de que las cosas eran “así”. Jajajaja. ¡Qué graciosa!

La lluvia bilbaina me dio una lección importante: se puede seguir haciendo vida aunque jarree.

Hoy en día solo me queda una certeza: no tengo ni idea de nada.

Y esto es lo que puedo ofrecerles, una columna de opinión sin opinión ninguna, llena de incertidumbre y preguntas ilimitadas.

Me gustaría explorar el espacio que queda entre el blanco y el negro: al parecer hay millones de colores. Quiero construir un espacio donde se multipliquen las oportunidades y el tren pase varias veces.

Soy consciente de que no siempre lo lograré, a veces me gusta agarrarme al “tengo razón”, buscando la seguridad que da una roca firme, aunque sea falsa.

Durante años he gastado cantidades ingentes de energía intentando mostrar EL CAMINO. (Recuerden, yo ya lo sabía todo.) ¡Es por aquí! ¡Esta es la verdad! ¡Tengo la solución! y al parar me doy cuenta de que no existe un único punto de vista, nunca hay una sola manera de ver/hacer las cosas. (Pongo en observación la palabra NUNCA).

El caso es que quiero explorar la opción de que no hay una manera de ver las cosas y que abrir la mirada nos trae riqueza.

Más o menos es lo que estamos pidiendo a Madrid, ¿no? Lejos del centro, nosotras sabemos que hay otras formas de vivir, otras necesidades, otros espacios, tiempos...

Estamos diciendo que en el margen, en los alrededores, hay otras vidas que merecen ser vividas, escuchadas, vistas.

¡No se me ocurre mejor lugar en el mundo para investigar las Infinitas Posibilidades! Estoy enamorada perdida del cielo abierto y despejado que no tiene fin. De este frío seco al que mi cuerpo se había desacostumbrado y me abraza hasta el punto de saltarse las lágrimas.

Aceptar que hay otras formas de hacer las cosas es una decisión incómoda, primero porque nos cuestiona, me cuestiona, ¿estoy equivocada? Y darse cuenta de que se está equivocada no es una sensación agradable.

Segundo, porque me obliga a cambiar mi forma de hacer las cosas, me empuja a aprender y eso, a veces, da pereza...

Yo me comprometo con usted a que en este espacio haya más preguntas que respuestas para que juntos investiguemos en las Infinitas Posibilidades.

PD: una cosica. Les pido que abran el cajón del femenino genérico. Aquí siempre intentaré utilizar el leguaje que nos incluya a todas las personas y si no doy con la palabra adecuada hablaré en femenino genérico.

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