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Segunda puerta grande consecutiva de Fernando Adrián y toreo caro de Jiménez Segunda puerta grande consecutiva de Fernando Adrián y toreo caro de Jiménez
Puerta grande de Fernando Adrián. Bykofoto/Antonio García

Segunda puerta grande consecutiva de Fernando Adrián y toreo caro de Jiménez

El peruano Roca Rey pasó, a pesar de la oreja, sin pena ni gloria en la tarde más esperada
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La expectación por la corrida de este domingo se palpaba en el ambiente. La presencia de dos de los gallos de la actual tauromaquia, Borja Jiménez y Roca Rey, con el añadido del triunfador del pasado serial, Fernando Adrián, hizo que el coso turolense registrasen tres cuartos de los tendidos llenos. Acompañaba el hierro a lidiar, el de Luis Algarra, una de las ganaderías que, a gusto del que les narra, más interés tiene en la actualidad. Con la gente con ganas de fiesta tras la suspensión del sábado, y con un calor abochornante dio comienzo el festejo.

Fernando Adrián demostró el por qué de su premio Nicanor Villalta 2024, arrancando la emoción al tendido con unos faroles de rodillas que demostraban que venía a jugar el todo por el todo en la tarde. Volvió a iniciarse en el arranque con la muleta, pegándole un cambiado de hinojos en los medios al de Luis Algarra. Zaradongo, que así se llamaba el primero de la tarde, rezumaba calidad, pero le faltaba un punto de picante, cuando Adrián le bajaba la mano izquierda desde los primeros compases. Con un toreo muy redondo y con unas distancias muy cortas, el madrileño fue haciendo elevar el tono de la afición turolense, que desde el primer momento anduvo metida en la faena. Hasta la bola metió los aceros para rodar al toro en segundos. Dos orejas para comenzar la feria. Dos orejas de ley.

Con despaciosidad recibió Borja Jiménez a Pacificador, segundo de la tarde, que salió abanto. Cuando lo centró en los vuelos del capote, le endosó unas chicuelinas ajustadas en los medios. Arreó el diestro de Espartinas buscando no quedarse atrás, metiendo al público con un arranque de rodillas, con dos cambiados por la espalda. Le bajó la mano el sevillano en la primera tanda, y el animal respondió, pero deslució en cierta medida la poderosa faena de Jiménez las protestas del toro al salir de los muletazos. La estocada entera, algo desprendida, no resultó efectiva, necesitando descabellar. El fallo con la cruceta hizo que el de Espartinas perdiese los probables trofeos.
 

Fernando Adrián lanceando de rodillas al primero de la tarde. Sevi


Otra transmisión tenía el tercero de la tarde, en suerte para Roca Rey. Quitó por gaoneras el peruano, en los medios, ante el silencio expectante del público turolense. Cuatro y una revolera hicieron levantar la primera ovación al limeño. Vertical la figura, quieto, comenzó la faena con la muleta el peruano. A media altura, cuidando del toro, llevó embebida en la muleta la embestida de Sacristán, toreando en redondo una serie de derechazos que bulleron en los tendidos. Por el izquierdo, al toro le faltó prontitud, pero tuvo calidad y ligazón cuando cogió los engaños. Volvió sobre el pitón derecho,Roca, el pitón de más calidad, y volvió a torear con profundidad y ligazón. Cuando el animal estaba entregado, lo fue sometiendo, poco a poco, hurtándole los espacios hasta rematar la faena en una baldosa de terreno. Alargó tanto la faena que llegó el primer aviso antes de cuadrar al toro y, justo tras el sonido de los clarines, le metió una estocada caída y algo trasera que resultó efectiva pero deslucida. Recibió una oreja y una petición alta de segunda que, bajo mi criterio, acertó Carlos Merenciano en no conceder.
 

Derechazo de Borja Jiménez. Bykofoto/Antonio García


Con variedad capotera recibió Fernando Adrián a su segundo, de nombre Escultor. Delantales, chicuelinas y tafalleras dieron un sabor distinto al saludo capotero. Brindó a la afición reunida en Teruel la faena del cuarto. Toreando por arriba, cambiándoselo por la espalda, muy torero Adrián sin salir del tercio para ir metiendo al toro en la faena que estaba por venir. Protestaba en el embroque el burraco algarreño, que se quería ir de la pelea, pero Adrián no estaba por la labor de perder la oportunidad. Intentó meterlo en la muleta el madrileño, pero resultó imposible la empresa. Aún lo intentó, tras coger el acertó, con la mano izquierda, y por allí el animal se dejó engañar un par de tandas. La estocada entera, desprendida, se quedó muy suelta. El animal buscó las tablas para echarse, y el público de Teruel correspondió al compromiso de Adrián con una ovación que saludó desde el tercio.

Con un farol de rodillas recibió a su segundo oponente, Paleto, antes de sacarlo a los centros, donde remató la serie con un delantal, una chicuelinas y una media. Empujó en el caballo de Tito Sandoval de Algarra, y el varilarguero se llevó una ovación reconociendo su buen hacer en el tercio. Tuvo Paleto la transmisión que, quizá, le faltó a sus hermanos. Y lo aprovechó Jiménez parra ligar dos tandas largas con la derecha antes de ponerse al natural, en unas series hondas en el que el de Algarra se desplazaba con calidad. Había material prima. Jiménez lo sabía y sonreía a la salida de la tanda. Estaba a gusto el andaluz en la cara del animal, disfrutando de la lidia. Y eso trascendía al tendido, que estuvo metido en la faena. Con el acero en la mano, el de Espartinas le pegó dos molinetes de rodillas, y remató la serie con una torería encajada, casi violenta, de la que canta que un torero va a por todas. El fallo en el primer espadazo lo enmendó en el segundo, aunque quedó desprendida. Recogió una oreja el sevillano que podía haber redondeado de una manera más amplia una tarde en la que ha derrochado torería.
 

Roca Rey en el callejón de Teruel. Sevi

Sin fijeza salió el cierraplaza, de nombre Portero. No hubo ajuste entre toro y torero en el recibo con el percal. No vio claro el negocio Roca Rey pues renunció al quite, y no brindó la muerte del animal. Por alto comenzó la faena y se le coló por el sobaco el toro. Volvió a colarse varias veces por el pitón izquierdo. Probó el inca por el piton derecho entre la expectación y la bronca del público, que se dividió, con los partidarios siendo parte mayoritaria, pero despertando ruidosas quejas de cierta parte de la afición. Al animal le faltó recorrido y fuerza. Quiso intentarlo el matador, pero no hubo oportunidad, y finalizó, entre pitos, la faena. En corto, dejó una estocada desprendida que el toro adoleció y tras la que se echó. Bronca en el arrastre y tímidas palmas para el torero.

Se cerraba de esta manera la primera del abono vaquillero, con el triunfo de Fernando Adrián y la torería de Borja Jimenez que destacó en una tarde en la que este último se llevó el lote a pesar de errar con los aceros. A Roca Rey se le intuyó en su primero, pero no llegó a dejarse ver al completo. Mañana, novillada sin picadores de la ganadería turolense de la Lucica para los aspitrantes David Sejas, Marco Polope, Pedro de la Hermosa y Daniel Moset.

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