El tiempo respetó la tradición y Teruel volvió a volcarse con la fiesta de los trajes y la música regional

Más de medio centenar de cantadores, bailadores y rondallistas de la asociación cultural Amigos de la Jota se dieron cita en la plaza del Torico, donde un festival de música tradicional aragonesa cerró como manda en cánon las celebraciones del Día del Pilar en la capital turolense.

Desde el día anterior la lluvia había hecho acto de presencia de forma intermitente, y algunos de los que este domingo vestían el traje regional admitían que hasta última hora no supieron si iban a poder lucirlo o no, aunque finalmente la lluvia respetó al público y a los artistas de este domingo, e incluso un tímido sol calentó el ambiente a última hora de la mañana.
 

La jornada de este domingo, 12 de octubre, arrancó con una ofrenda simbólica de flores a la Virgen del Pilar, seguida por una mista baturra en la iglesia parroquial de La Milagrosa. El turno de peticiones durante el oficio se abrió para “las víctimas y desplazados de las guerras y genocidios del mundo”, e incluyó a toda la familia de joteros turolenses que por diferentes razones no podían estar ahí en un día tan señalado.

A la conclusión de la misa todos los asistentes, oferentes y joteros marcharon hacia el Centro Histórico. Aunque la ausencia de sol y también el puente festivo de tres días restaba personal por las calles, poco a poco se fue ambientado la plaza del Torico, con la llegada de vistosos mantones femeninos y cachirulos masculinos.
 

Algo más tarde de las 12.30 horas comenzó el festival jotero de Amigos de la Jota. A la salida de la iglesia de La Milagrosa había ciertas dudas sobre si se podría realizar en el escenario previsto o habría que tirar de plan b, como sucedió el año pasado en el que las jotas terminaron sonando en el auditorio de San Julián ante la amenaza de lluvias.

Pero a esas alturas ya no había dudas y, uno a uno, fueron desfilando los grupos de baile y de canto, ofreciendo al público un nutrido repertorio de jotas de las tres provincias aragonesas, y de las diferentes zonas de la de Teruel.
 

En torno a 60 de las cien que forman todos los grupos de Amigos de la Jota participaron en el certamen; desde niñas y niños de apenas 4 años hasta veteranos curtidos en mil batallas, como Ismael López Escriche o Susana Aguilar, que además presentó el certamen y dirige la asociación.

La variedad en las edades de aquellos que dan clases en la escuela de jota de la asociación, tanto de instrumento como de baile y de canto, y también de los que este domingo se congregaban en la plaza para asistir al festival, da la medida de la salud de la que goza esta tradición en Teruel.
 

Susana Aguilar explicaba en la previa que la escuela mantiene gran cantidad de alumnos, y que además “cada vez entran más jóvenes”.

Para Amigos de la Jota el día de la Patrona de Aragón es una de las jornadas grandes del año, y no ha faltado a su celebración desde hace 49 años, cuando se creó la asociación. Es por eso que el año que viene preverán la forma de darle mayor empaque por aquello del medio centenario, aunque el fervor y la pasión será el mismo que desde el primer día.
 

La misa baturra y el festival jotero en el Torico de este domingo fueron los actos que cerraron las celebraciones del Pilar en Teruel, que sin embargo habían comenzado, como también es tradicional, el día anterior.

El sábado Amigos de la Jota rondó por las calles desde el Ayuntamiento de Teruel hasta la iglesia de San Andrés, donde a partir de las 20.15 horas se realizó una ofrenda florar a la imagen de la Virgen, en la que tampoco faltaron jotas cantadas y bailadas.