Síguenos
La ampa del Juan Sobrarias de Alcañiz  pide la autogestión del comedor escolar La ampa del Juan Sobrarias de Alcañiz  pide la autogestión del comedor escolar
Pancarta colgada en el exterior del colegio Juan Sobrarias reivindicando unos comedores de calidad

La ampa del Juan Sobrarias de Alcañiz pide la autogestión del comedor escolar

Quejas por la baja calidad nutricional y la escasa cantidad de los menús
banner click 244 banner 244
Un comedor autogestionado con comida fresca de calidad, de kilómetro 0 o de cercanía, y con menús equilibrados y nutricionales. Esa es la demanda y el objetivo que se ha marcado la ampa del colegio Juan Sobrarias de Alcañiz, que ha creado una comisión de seguimiento de los menús que se ofrecen al alumnado del centro en el comedor escolar y un grupo de trabajo que trabaja en la mejora de algo que consideran indispensable para sus hijos: la alimentación.

En la puerta del centro una pancarta reivindica unos “comedores de calidad” en Aragón. Con esta visibilización simbólica de su reivindicación, la ampa se ha integrado en la Plataforma por unos comedores escolares públicos de calidad formada por Fapar (Federación de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos de Aragón) y 56 ampas.

La comisión de seguimiento está reuniéndose cada trimestre con el fin de valorar incidencias  y establecer mejoras en el servicio. Esta misma semana, representantes de la ampa y del equipo directivo se han reunido con el delegado de la empresa responsable del cáterin escolar “para ver qué capacidad de maniobra tenemos de mejorar los menús, siempre en el marco del contrato de adjudicación del servicio de comedor”, explicó Rosario Ramírez, miembro del grupo de trabajo, de la ampa y de la comisión del comedor escolar.

La normativa que regula las condiciones de atención y cuidado del alumnado en los comedores escolares de centros públicos en Aragón es la Orden ECD/666/2016, donde se admiten cuatro modalidades de gestión: directa (por parte del departamento de Educación de Aragón), mediante convenio de gestión con la ampa o la Federación de Madres y Padres, con un convenio con ayuntamientos y, por último, mediante gestión indirecta (servicios de cáterin tras la correspondiente licitación).

Desde la ampa afirman que los menús aprobados y que se envían en papel a padres y madres del alumnado que se queda al comedor no tienen siempre un reflejo real en la bandeja de comida que se reparte diariamente. Además de las cantidades, que son tildadas de “insuficientes” para el alumnado de segundo y tercer ciclo de primaria, está el contenido nutricional, muy cuestionado por las familias. “Hay niños que se quedan con hambre”, reconoce la madre de un niño que come todos los días en el colegio. No es la única queja: “a veces, el menú semanal adolece de proteína cárnica y en muchas ocasiones la  proteína que se incluye es procesada, nuggets de pollo o albóndigas, cuyo contenido de carne es ínfimo si se compara con un filete de lomo o de ternera”, señaló la presidenta de la ampa, Mari Carmen Polo, quien defendió “otras formas de gestión de un comedor escolar, con menos comida procesada y más producto de cercanía, de kilómetro 0, que permitiría que los niños coman más sano”.

Nutrición


Las representantes de las familias enfatizan que “un comedor no puede consistir en dar de comer a los niños algo para que se llenen la boca, se les llene la tripa y se les pase el hambre, sino que debemos buscar comedores nutritivos que les alimenten correctamente”, afirmó Rosario Ramírez. En este sentido, la representante de las familias en la Comisión de Seguimiento subrayó que “hay que tener en cuenta que para algunos niños ésta es la comida más importante que van a hacer en el día, será su comida principal, y por ese mismo motivo ya habría que asegurarse que sea una comida de calidad”.

Por ello, desde el Ampa del Juan Sobrarias ponen en tela de juicio “el modelo de licitación” de los comedores escolares, que “no es el más adecuado para adjudicar un servicio tan importante como es éste”, con empresas que pujan por llevarse un contrato y que realizan ofertas a la baja. “Todos los precios han subido en los últimos años, los laborales de los trabajadores, la electricidad y los alimentos, pero no lo han hecho en la misma medida las licitaciones de los comedores escolares y así no se puede seguir”, se lamentó.
Según esta madre, “las quejas en este centro de Alcañiz se refieren principalmente a que el menú reflejado en el papel que se les envía a los padres y madres no es el que realmente se comen sus hijos”. En este sentido, explicó que “si viene estipulado que los niños han de comer dos o tres veces a la semana carne, no se puede aceptar unas albóndigas que tienen un 2 %-3 % de carne como una ración de carne, porque no lo son; ni tampoco se puede aceptar que la verdura que figura en el menú se convierta en un acompañamiento o en un sofrito o que venga ya congelada, ni que la carne llegue medio hecha o acompañada de una enorme cantidad de salsa”. Y a ello se suman otras quejas: raciones de pan integral muy reducidas o que son sustituidas por pan blanco el día que se reparte la bandeja, lácteos que son sustituidos por fruta, cuando ese día no correspondía, pescados que llegan en forma de croqueta o que en raciones secas y pequeñas”.

Representantes de la ampa se ha reunido con la empresa adjudicataria del servicio para expresar estas quejas, aunque poco han logrado: “dicen que cumplen con lo que señala la licitación, que es muy genérica”, se lamentó la representante de la asociación. No obstante, las familias también han remitido al departamento de Educación un informe con documentación gráfica de los menús que están recibiendo los niños con el objetivo de conseguir una mejora del servicio y una autogestión del comedor.

Hay un agravio comparativo según la manera en que se gestiona esa cocina, cuando el coste del comedor es el mismo en todo.

Cocina y comida caliente


El colegio Juan Sobrarias tenía una línea de comida en frío hasta que consiguió, tras serle autorizada una cocina, una línea para servir comida en caliente. No obstante, el servicio de comedor está adjudicado a una empresa externa de cáterin, que contrata auxiliares para el reparto de las bandejas. También dispone de una cocinera contratada por el departamento de Educación que, en algunas ocasiones cocina los alimentos que trae la empresa y en otras simplemente se limita a calentar el menú que ya viene preparado.

Actualmente, las familias que tienen a sus hijos en el comedor escolar pagan 86 euros mensuales por recibir el servicio.

 

El redactor recomienda