

Los dinosaurios con colas como látigos que impactan en el cine se movieron por la provincia de Teruel
El registro de diplodócidos en los yacimientos del Mesozoico turolense ha arrojado fósiles espectacularesLa última entrega de la saga cinematográfica iniciada por Jurassic Park ha puesto de moda los grandes dinosaurios de cuello y colas largas que podían mover como si fuesen látigos. Este tipo de saurópodos existieron en la provincia de Teruel aunque no eran titanosaurios como los que aparecen en Jurassic World Rebirth, sino diplodócidos que podían alcanzar los 25 metros de largo. El cine, de forma indirecta, ha vuelto a poner de manifiesto la riqueza dinosauriológica de Teruel y permite visibilizar las grandes joyas que alberga el Museo Aragonés de Paleontología de Dinópolis.
En Jurassic World Rebirth hay una de esas escenas llamadas a convertirse en icónicas dentro del cine de dinosaurios, al igual que sucede con el acoso de varios espinosaurios en la secuencia del barco que llega a la isla. Se trata del momento en que el personaje protagonizado por Scarlett Johansson junto al resto de miembros de la expedición que se adentran en la isla encuentran a los titanosaurios, unos descomunales saurópodos de colas larguísimas que parecen látigos.
En la provincia, la Fundación Conjunto Paleontológico de Teruel-Dinópolis, ha excavado dinosaurios saurópodos que también tenían colas larguísimas cuyos fósiles son espectaculares, como los que pueden verse en Dinópolis.
Más de veinte metros
Se trata de los diplodócidos, gigantes de más de veinte metros de largo, que podían llegar a los veinticinco, y que utilizaban sus colas probablemente a modo defensivo como si fuesen látigos para ahuyentar a los depredadores.
Son una familia de saurópodos diferente a la de los titanosaurios que aparecen en la película, pero que comparten esa característica de poseer una cola extremadamente larga.

Uno de los fósiles más espectaculares que se muestra en el Museo Aragonés de Paleontología de la Fundación Dinópolis, en el parque paleontológico turolense, son las vértebras de una de estas colas.
Se exhibe en la Sala de los Dinosaurios de Dinópolis y consiste en una sucesión de vértebras caudales y chevrones de un diplodócido del Jurásico Superior, de hace 150 millones de años, excavado en El Castellar, uno de los municipios con mayor riqueza en fósiles de dinosaurios de la provincia.
Fue encontrado en el yacimiento denominado CT-30 por parte de los paleontólogos de la Fundación Dinópolis, donde se recuperó parte de una cola de esta clase de dinosaurios saurópodos (cuadrúpedos muy voluminosos con cola y cuellos muy largos y unas cabezas proporcionalmente pequeñas con respecto a los cuerpos).
Las características de este ejemplar son muy similares a las del género Diplodocus, descrito en Estados Unidos, que se caracterizaba por tener colas muy largas formadas por hasta 80 vértebras caudales. En el caso de la expuesta en Dinópolis se encontraron sólo 17 vértebras de la cola, una cuarta parte de lo que sería el total de la misma. Esa proporción da una idea del tamaño descomunal que tendrían.

En los últimos años han sido varias las aportaciones científicas que la Fundación Dinópolis ha hecho sobre estos saurópodos a partir de los hallazgos realizados en la provincia de Teruel en sitios como Riodeva y El Castellar, que han corroborado la presencia de diplodócidos en la provincia de Teruel.
Si la cola del diplodócido de El Castellar es espectacular, no lo son menos los hallazgos que en el año 2022 difundieron los paleontólogos de la Fundación en el yacimiento El Carrillejo de Riodeva, donde se excavaron varios centros vertebrales de esta familia de saurópodos que tenían unos 40 centímetros de diámetro.
En aquel momento la Fundación ya apuntó que a pesar de la fragmentación de los restos encontrados, en relación a la totalidad del animal, este saurópodo de Riodeva suponía uno de los dinosaurios de este tipo más relevantes de los descubiertos en el Jurásico de Europa. A ello había que sumar los hallazgos de otros diplodócidos en El Castellar, como el fragmento de la cola que se exhibe en el Museo Aragonés de Paleontología.

En el caso del diplodócido del yacimiento El Carrillejo de Riodeva, las dimensiones de los fósiles excavados permite inferir un tamaño descomunal de estos animales por lo largos que podían llegar a ser, ya que se ha estimado en unos 25 metros aproximadamente. En el museo también pueden verse espectaculares vértebras caudales excavadas por la Fundación Dinópolis.
Los saurópodos son uno de los grupos de dinosaurios más icónicos de los grandes reptiles que poblaron la Tierra durante el Mesozoico, de los que en la provincia de Teruel se han excavado varios ejemplares de diferentes géneros, algunos de los cuales han resultado ser nuevos géneros y especies desconocidas con anterioridad en el registro mundial, como Turiasaurus, Aragosaurus y Tastavinsaurus, entre otros, cuyos fósiles se exhiben en diferentes espacios de Dinópolis, tanto en el Museo Aragonés de Paleontología como en el espacio de Tierra Magna.
Son algunas de las joyas paleontológicas que no hay en ningún otro lugar y que se exhiben en Dinópolis en sus salas expositivas, como los fósiles del Gigante Europeo, Turiasaurus riodevensis, que se muestran junto a otro fósil que ha roto escalas, la vértebra de un saurópodo que se exhibe como la más grande del registro europeo, justo al lado de los fósiles de Turiasaurus.
En ese mismo espacio del museo se muestra otra de las grandes joyas que alberga este espacio expositivo, la cola de un ejemplar de Losillasaurus, también de la familia de los turiasaurios, de aspecto muy diferente de los diplodócidos. No eran tan largos y las colas eran más gruesas, sin esa forma de látigo que caracterizaba a los otros saurópodos con los que convivieron, puesto que estos otros fósiles son también de hace 150 millones de años, y están representados a través de vértebras caudales y chevrones.

A estos hallazgos fósiles hay que añadir los restos indirectos encontrados en los afloramientos de icnitas, las pisadas dejadas por los dinosaurios, que se encuentran en diferentes yacimientos también del Jurásico. En algunos de cuyos casos tienen hasta un metro de diámetro, lo que indica el tamaño que alcanzaron estos animales. El último hallazgo de pisadas de estas dimensiones en el Jurásico Superior lo dio a conocer hace poco la Fundación en Ababuj, con el descubrimiento de más de 250 nuevas huellas, algunas de 80 centímetros de diámetro, especialmente conservadas y con impresiones nítidas de los dedos y las uñas de los animales.
Por más espectacular que resulten películas como Jurassic World Rebirth, lo que está claro es que lo verdaderamente impresionante son los fósiles que atesora el Museo Aragonés de Paleontología en Teruel fruto del trabajo de excavación e investigación de la Fundación Dinópolis. Esos fósiles sí que invitan a viajar a la era de los dinosaurios y dejarse sorprender por esos descomunales reptiles, que empequeñecen a los que aparecen en las pantallas de los cines.
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