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“Los episodios extremos que sufre Teruel son una muestra del cambio climático” “Los episodios extremos que sufre Teruel son una muestra del cambio climático”
Participantes en la conferencia sobre agricultura, ganadería y cambio climático celebrada este jueves en el Palacio de Exposiciones y Congresos de Teruel. Fabián Simón

“Los episodios extremos que sufre Teruel son una muestra del cambio climático”

El Palacio de Exposiciones acogió varias ponencias dentro de la Semana Aragonesa por el Clima
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Los fenómenos meteorológicos extremos registrados en Teruel, donde este año se han batido los récords de temperatura máxima (41,3 grados el 14 de agosto) y mínima (21 grados bajo cero el 12 de enero) son una muestra más del cambio climático que afecta a todas las regiones del mundo.

Esta fue una de las principales conclusiones de las ponencias celebradas este jueves en el Palacio de Exposiciones y Congresos de Teruel dentro de la Semana Aragonesa por el Clima (#AragónClimateWeek) organizada por la dirección general de Cambio Climático y Educación Ambiental del Gobierno de Aragón, que se celebra del 18 al 24 de octubre. La primera de las mismas versó sobre agricultura y ganadería, mientras que la segunda abordó el medio natural.

Entre los asistentes se encontraba numeroso alumnado del CPIFP San Blas, Centro de Referencia Nacional de Gestión Ambiental.

El director general de Medio Natural y Gestión Forestal del Gobierno de Aragón, Diego Bayona, presentó el Plan Forestal de Aragón, que se encuentra en tramitación. El mismo se articula  en seis ejes estratégicos, presididos por uno transversal prioritario de fomento y desarrollo de la planificación forestal y simplificación administrativa, entre los que figura la conservación de la biodiversidad y el patrimonio natural y la incorporación del sector a la bioeconomía.

En su opinión, es necesario adaptar la gestión forestal y medioambiental al cambio climático, marcado por una aumento de las temperaturas medias y de las lluvias concentradas seguidas de largos periodos de sequía.
Bayona puso como ejemplo dos fenómenos meteorológicos extremos, las borrascas Gloria y Filomena que, en un contexto de cambio climático, han reducido la incidencia de incendios pero han causado daños en las masas forestales.

El delegado en Aragón de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), Rafael Requena, explicó que una de las muchas consecuencias del cambio climático es el aumento de las noches tropicales, aquellas en la que la temperatura mínima es igual o superior a 20 grados.

Recordó además que este verano Teruel registró un total de 26 días de tormentas, superando los 22 que se notificaron en 2017. Además, alcanzó los 41,3 grados el día 14 de agosto, en plena ola de calor, batiendo su temperatura máxima registrada el día 13 de julio de 2017 (40,2 grados). También alcanzó la temperatura mínima absoluta de la serie (1987-2021), con 21 grados bajo cero el 12 de enero. Requena advirtió que estos eventos extremos son una de las características del cambio climático.

El veterinario clínico vacuno y ganadero de Binéfar José María Isábal argumentó que la adopción en los últimos siglos de un sistema agronómico claramente degenerativo hace que ya no sirven las políticas conservacionistas y que hay que apostar por un sistema regenerativo con suelos vivos y alimentos de calidad.

Isábal puso como ejemplo la Comarca Comunidad de Teruel, donde en 2 de cada tres hectáreas se pierden más de 12 toneladas de suelo al año según los datos aportados por el Ministerio de Agricultura, una situación extensiva a todos los territorios áridos aragoneses.

“Estas zonas son especialmente vulnerables a la pérdida de suelo por la falta de cubiertas vegetales y la acción de las escorrentías”, dijo. Y apuntó que una de las soluciones es utilizar técnicas agronómicas como la siembra directa o los cultivos sobre pasturas.


Sensores del cambio


La ponencia de Francisco Comín, del Instituto Pirenaico de Ecología (IPE CSIC), versó sobre la Laguna de Gallocanta y su cuenca como sensores de cambios globales. “El descenso del nivel del agua es una muestra del cambio climático, como la pérdida de la actividad agrícola y ganadera lo es del demográfico. La pérdida de población y su concentración en las ciudades conlleva una pérdida de biodiversidad, que también contribuye al cambio climático”, argumentó.

Desde el mismo instituto, Ana Moreno explicó cómo conocemos el cambio climático del pasado en Teruel a través de los estudios realizados en las Grutas de Cristal de Molinos, la cueva del Recuenco de Ejulve o el paleolago de Villarquemado.

Los registros paleoclimáticos de las estalagmitas y los sondeos en la Laguna del Cañizar les han permitido estudiar el clima de épocas “en las que no había termómetros ni pluviómetros”.

Ana Moreno señaló que esos cambios climáticos sirven para hacer predicciones y conocer las consecuencias del actual, marcado por una alta presencia de CO2, una circunstancia que no se daba desde hace más de 800.000 años, debido entonces al mayor vulcanismo.

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