

Los moteros generan un fuerte impacto económico en los establecimientos hosteleros de toda la zona
Decoraciones temáticas o platos específicos son algunas de las propuestas de los bares y restaurantes de la ruta20.000 vehículos recorren hasta septiembre la Ruta del Silencio y de ellos 4.600 son motos
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La Ruta del Silencio ha marcado un antes y un después en los establecimientos turísticos que hay no sólo en los 63 kilómetros de recorrido, sino también en las localidades más cercanas. Entre los usuarios hay sobre todo moteros, que acuden principalmente durante los fines de semana de otoño y primavera y cuyo consumo es elevado.
En el caso de la Venta de la Pintada en torno al 60% de las pernoctaciones que hay actualmente son de motoristas y las cifras se disparan hasta el 90% en el caso de los fines de semana. También representan una parte importante en el uso del restaurante, aunque no tan elevada. “Me sorprende la distancia que recorren para hacer la Silent”, relata Juan Ciércoles, que es el responsable de la empresa que gestiona el establecimiento. Añade que además de esta ruta, que en total tiene 63 kilómetros, aprovechan su estancia en la zona para realizar otros recorridos. “La Silent es el gancho, pero luego alargan”, especifica Ciércoles. Señala que se trata de clientes con un consumo elevado, puesto que comen y cenan en los restaurantes y hacen gasto también en los bares, un perfil “muy atractivo” para la hostelería, según reconoce.
La empresa de Ciércoles gestiona también la hospedería del Palacio Matutano-Daudén, en La Iglesuela del Cid, en el Maestrazgo, aunque en ese caso la repercusión del itinerario panorámico es mucho menor.
Ejulve es lugar de paso para los que realizan el recorrido y uno de los bares del pueblo, el bar La Carretera, situado en plena travesía, está ambientado con temática motera. Desde las banderas de la entrada a los manteles, cortinas o láminas que decoran el interior, donde incluso hay una motocicleta, la Ruta del Silencio está muy presente en el establecimiento.
Su propietaria, Gloria Margot, explica que el ambiente les llama mucho la atención a su clientela y reconoce que una gran parte de ella son viajeros atraídos por la A-1702: “Se nota mucho”, argumenta, para añadir que acuden “de todas las partes de España y también de fuera”.
Además de las consumiciones, los clientes del bar La Carretera de Ejulve compran productos relacionados con el itinerario y Margot indica que tienen mucho tirón, prueba de ello es el vacío que hay en parte de la estantería. También los embutidos y quesos del pueblo cuentan con una gran demanda entre los que paran en su establecimiento.
La repercusión del recorrido va mucho más allá de los pueblos incluidos en el trayecto. Así, las casas rurales de los municipios del área de influencia, como Cañizar del Olivar, Las Cuevas de Cañart o Berge, también cuentan con una gran demanda, como también los hoteles, hostales y restaurantes.
En Alcorisa, el Hostal El Castillo llena gran parte de sus habitaciones con los moteros que hacen la ruta. Suelen pernoctar una sola noche porque muchos están de paso, pero se trata de una buena clientela porque no sólo reserva los fines de semana. El propietario del establecimiento, Delfín Sales, apunta que el interés que genera la ruta en los últimos años ha supuesto un cambio en el tipo de clientela de los negocios cercanos a ella, donde antes apenas se alojaban motoristas y ahora son casi los más habituales.

Excusiones de clubes
El restaurante Cuatro Vientos, de Cantavieja, también cuenta con un gran número de motoristas entre su clientela, sobre todo los fines de semana de otoño y primavera. En esa época del año es cuando los clubes organizan un mayor número de excursiones y los desplazamientos son en grandes grupos. Su propietaria, Pili Beltrán, expresa que los sábados, que es la jornada más fuerte, puede llegar incluso al 50% del total.
El establecimiento mima a los moteros y cuenta con un plato denominado Silent Route en el que ofrece lo más típico de la zona. Se compone de dos huevos fritos con aceite trufado, Jamón de Teruel, un trozo de costilla y una brocheta con longaniza, chorizo y morcilla. “Con eso ya casi comen, pueden hacer la ruta de ida y vuelta”, sostiene Pili Beltrán.
La propietaria del Cuatro Vientos coincide con otros hosteleros al señalar que se trata de una clientela madura, de entre 50 y 70 años, con un elevado poder adquisitivo. Entre los asistentes hay muchos de zonas cercanas, como las provincias de Castellón y Tarragona, pero también de diferentes países de Europa: “Este jueves llegaron desde Dinamarca varios”, menciona Beltrán.
A nivel general, desde la Asociación de Empresarios Turísticos del Maestrazgo reconocen que el recorrido “es un punto importante de atracción de turistas” y añaden que sobre todo se ha notado entre el sector motero. La gerente de la agrupación, Beatriz Borrás, destaca que se trata de un colectivo “de cierta edad que viaja en cualquier época del año”. No obstante, apunta que hay importantes picos, especialmente vinculados a los eventos realizados en Motorland.

Servicios
La técnica de Turismo de la Comarca del Maestrazgo, Cristina Mallén, apunta que es difícil hablar de repercusión en cuanto a nuevos negocios puesto que aunque apunta que alguno sí ha abierto, otros han cerrado. Sin embargo, añade que sí los hay que recientemente han hecho fuertes inversiones y que “funcionan muy bien” en gran parte por el atractivo que supone la Ruta del Silencio.
Aunque la carretera ofrece la garantía de la tranquilidad y una conducción sosegada, las responsables de Turismo tanto del Maestrazgo como de Andorra Sierra de Arcos aconsejan realizar la visita de lunes a viernes y siempre reservar con antelación. En este sentido, María Ángeles Tomás, de Andorra Sierra de Arcos afirma que hay ciertos momentos en los que se produce cierto colapso en los servicios, pero “no porque haya mucha gente en la carretera, allí la circulación es perfecta, sino porque los pueblos de la ruta son muy pequeños y hay muy pocos establecimientos”, recalca. Por eso, reconoce que les gustaría que los empresarios se lanzaran a poner en marcha nuevos establecimientos tanto de restauración como para pernoctar.
“Les recomendamos venir entre semana para que no se lleven una experiencia menos satisfactoria de lo que esperaban”, alerta. Precisamente en las redes sociales están estos días lanzando una campaña para atraer de lunes a viernes a aquellos turistas que pueden viajar fuera de los días festivos.
La repercusión de la Ruta del Silencio va más allá del recorrido y beneficia también a otros pueblos, pero además desde las dos comarcas están trabajando en la promoción de cuatro nuevos itinerarios para fomentar que los que llegan a zona conozcan otros municipios.
“Queremos que se expanda más”, detalla Cristina Mallén, quien especifica que la propuestas recorren incluso otras comarcas cercanas como las Cuencas Mineras. Añade que estas propuestas llevan tiempo ya en la web, pero ahora van a editar un folleto con el fin de promocionarlas más y que el impulso económico de este atractivo turístico se extienda como una mancha de aceite a otros territorios turolenses.
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