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Luis Fernández Uriel, el alcalde de Teruel que fue recibido por Isabel II: “Cuando la vi se me pasaron los nervios por representar a mi ciudad ante la Reina” Luis Fernández Uriel, el alcalde de Teruel que fue recibido por Isabel II: “Cuando la vi se me pasaron los nervios por representar a mi ciudad ante la Reina”
Luis Fernández Uriel, el viernes por la tarde en la redacción de DIARIO DE TERUEL, junto a las fotos del día que fue recibido por Isabel II en Londres en 1998

Luis Fernández Uriel, el alcalde de Teruel que fue recibido por Isabel II: “Cuando la vi se me pasaron los nervios por representar a mi ciudad ante la Reina”

En 1998 entregó a la soberana británica la Medalla de Oro de los Amantes
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“Fue una casualidad histórica”. Así califica Luis Fernández Uriel el hecho de que haya sido el primer alcalde español en ser recibido por la reina Isabel II en el Palacio de Buckingham. Lo hizo el 28 de mayo de 1998 para hacerle entrega de la Medalla de Oro de los Amantes por sus 50 años de matrimonio con Felipe de Edimburgo.

La noticia no solo ocupó  titulares en la prensa local y regional sino también a nivel nacional en revistas en las que la monarca inglesa era habitual como Hola, pero que en esa ocasión lo hacía ligada al nombre de Teruel.

Fernández Uriel aseguraba al recordar aquella visita que cuando desde el CITT, el Centro de Iniciativa de Turísticas de Teruel, propusieron entregar la medalla a la reina de Inglaterra  planteó la posibilidad de pedir audiencia aunque era escéptico sobre la posibilidad de ser recibido. Sin embargo, la solicitud tuvo respuesta por parte del Palacio de Buckingham. “Nos quedamos sorprendidos y se me ocurrió decir que lo podíamos llevar nosotros en mano”, aseguró ayer Fernández Uriel.

A los quince días fue la embajada española en Londres que comunicó a Teruel que la monarca recibiría a la delegación turolense.

Fernández Uriel recordaba ayer el coche con el que fue conducido desde la embajada hasta el emblemático palacio londinense donde llegaron cuando el público esperaba al famoso cambio de guardia. “Me quedé sorprendido cuando los soldados me presentaron armas”, contó al detallar cómo fue la visita.

Ya dentro, les condujeron al embajador y a él a una sala de espera desde un militar inglés les condujo al sitio donde les esperaba la reina. “Yo llevaba muchos nervios, no por mí, sino porque representaba a mi ciudad”, destacó, aunque ayer reconoció que esos nervios se le pasaron una vez que estuvo delante de ella, porque “transmitía serenidad y simpatía, se vía que estaba acostumbrada a las recepciones”.

Para ese momento, el alcalde de Teruel se había preparado un pequeño discurso en inglés que le había ayudado a preparar el profesor Rafael Blasco, ya fallecido. Fernández Uriel recordaba ayer que se alegró cuando vio que la reina le entendía porque al final le dijo “Majestad dentro de 25 años otro alcalde le traerá la medalla de Platino” y ella le contestó: “25 años son demasiados años”.

No hubiera podido ser porque el duque de Edimburgo falleció el año pasado, pero en aquel momento no se podrían imaginar que estarían tan cerca de celebrar las bodas de Platino.

La reina Isabel II recibió de manos del alcalde Luis Fernández Uriel el diploma y la Medalla de los Amantes en 1998

En aquella recepción, de la  que han pasado 24 años, Luis Fernández Uriel estuvo acompañado por el embajador español Alberto Aza y por nadie más porque el estricto protocolo así lo marcaba, aunque la delegación turolense desplazada hasta Londres fue más amplia.

En el acto se le hizo entrega de la Medalla de los Amantes que representa las manos de Isabel y Diego que no llegan a tocarse y un diploma acreditativo de que el CITT había concedido la Medalla de Oro a Isabel II y Felipe de Edimburgo.

En su discurso le contó la historia de los Amantes y le hizo notar que ella se llamaba igual que la protagonista de la historia turolense.

Cuando este jueves se supo que Isabel II había fallecido, a Fernández Uriel le vinieron todos estos recuerdos: “Yo me encontré a gusto porque los nervios se me pasaron, me sentí mejor porque se le notaba amable y con simpatía y eso me sorprendió”.

Atrás quedó la desazón de los preparativos para este encuentro: “Lo importante es que Teruel quedara bien y eso era mis responsabilidad”.

De aquel momento conserva todavía un par de fotografías. “Esto te toca una vez en la vida, fue una casualidad histórica”, concluyó al recordar aquella jornada.

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