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Suciedad y malos olores, entre las quejas vecinales tras la Vaquilla Suciedad y malos olores, entre las quejas vecinales tras la Vaquilla
Restos de basura en la calle Santiago, en el Centro Histórico, este miércoles

Suciedad y malos olores, entre las quejas vecinales tras la Vaquilla

La asociación del Centro Histórico recoge las inquietudes
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Una de las principales quejas de los vecinos del Centro Histórico tras la Vaquilla gira en torno a la suciedad acumulada y los malos olores, especialmente en las calles menos céntricas, donde la limpieza tarda más en realizarse. Así lo puso de manifiesto este miércoles la Asociación de Vecinos del Centro Histórico de Teruel, que ha recogido las inquietudes y preocupaciones de los residentes del barrio.

“Esta situación afecta especialmente a personas mayores o con movilidad reducida, que se ven obligadas a permanecer en sus casas debido al estado de las vías públicas”, apuntó en un comunicado la presidenta de la asociación, María José Izquierdo.

Otro punto que genera malestar es el exceso de ruido durante la noche, que impide el descanso vecinal. En algunos casos, los niveles de decibelios han sido tan elevados que han llegado a provocar vibraciones en muros y ventanas, “una situación que consideramos inaceptable”, afirman desde la asociación.

Recuerdan que estas fiestas, declaradas de Interés Turístico Regional en 2016, deben avanzar hacia una mayor sostenibilidad medioambiental. “Valoramos positivamente la utilización de vasos reutilizables, medida que se está realizando en otras localidades y que pensamos que ya es hora que en Teruel también lo sea”, manifestaron.

Además, consideran que es imprescindible reforzar el control de residuos, mejorar la gestión de la limpieza, incrementar el número de contenedores de reciclaje y de materia orgánica y asegurar su correcta utilización.

“Reconocemos como acierto la instalación de baños portátiles para hombres, aunque es necesario implementar una limpieza más eficaz, tanto en los baños masculinos como femeninos, para evitar problemas de salubridad y molestias a los usuarios y vecinos”, afirmaron.

En cuanto a la protección del patrimonio histórico, solicitan que se amplíen las medidas ya aplicadas a mobiliario urbano como bancos y papeleras, a espacios como la Escalinata, en proceso de restauración y que “lamentablemente ha vuelto a ser utilizada como lugar de micciones, al igual que el entorno de algunas torres mudéjares”.

Proponen también ampliar las zonas de acampada controlada, para reducir la suciedad y las molestias y trasladan la queja por la colocación anticipada de señales de prohibido aparcar en todo el Centro, sin correlación directa con el montaje real de las carpas.

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