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El personal de Enfermería de Atención Domiciliaria de Alcañiz entrega las firmas que defienden mantener el servicio El personal de Enfermería de Atención Domiciliaria de Alcañiz entrega las firmas que defienden mantener el servicio
David Oyola, Manoli Alquézar y Rosa Anglés, en el registro del Hospital de Alcañiz. Marcos Navarro

El personal de Enfermería de Atención Domiciliaria de Alcañiz entrega las firmas que defienden mantener el servicio

Especialistas del Royo Villanova y Miguel Servet para aliviar la presión asistencial
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Las enfermeras del servicio de hospitalización domiciliaria de Alcañiz registraron ayer las 4.397 firmas que han recogido desde que la última semana de octubre vieron en peligro la unidad ante la falta de médicos internistas. Pese a que dos especialistas se desplazarán diariamente desde los hospitales Royo Villanova y Miguel Servet de Zaragoza, las sanitarias alertan de que todavía no se cuenta con las plazas necesarias para mantener el servicio abierto en las mismas condiciones en que se creó.

“Con estas firmas pedimos que se mantenga el servicio de hospitalización a domicilio y que se ocupen todas las plazas de Medicina Interna que hacen falta para que la unidad se mantenga abierta”, explicó ayer la enfermera Manoli Alquézar, que junto a Rosa Anglés y David Oyola entregaron en el registro del hospital bajoaragonés todas las rúbricas recogidas en el último mes y que harán llegar tanto al director médico del Hospital de Alcañiz, Pedro Isaac Bono, como a la consejera de Sanidad del Gobierno de Aragón, Sira Repollés.

La propia consejera explicó el pasado viernes en las Cortes de Aragón que, pese a que once internistas tienen contrato en el hospital de Alcañiz, los efectivos reales son sólo siete porque hay bajas maternales, excedencias y reducciones de jornada.

Colaboración

Es por ello que se ha tenido que recurrir a la colaboración de los servicios de Medicina Interna de los dos hospitales zaragozanos, que desde el 29 de noviembre visitan el Bajo Aragón diariamente “para reforzar plantilla y permitir de esa manera aliviar la presión asistencial”, admitió Repollés, que fue interpelada por la portavoz de Sanidad del PP, Ana Marín.

“Las gestiones han sido complejas pero afortunadamente tenemos una alternativa viable”, defendió Repollés, quien destacó que la plantilla de Medicina Interna debería ser en realidad de 10 facultativos, más tres contratos adicionales que se autorizaron en 2015 para atender la hospitalización domiciliaria, de la que el centro sanitario bajoaragonés fue pionero en Aragón.

Pero las contrataciones extraordinarias por el Covid en todo Aragón, los procesos de movilidad voluntaria y contingencias como bajas maternales, excedencias y reducciones de jornada “han ido mermando” el número idóneo de facultativos, indicó.

La consejera, que destacó el compromiso de los médicos y les transmitió su “reconocimiento, respeto profesional y apoyo”,  aseveró que el Salud ha “utilizado todas las alternativas legamente posibles” para incrementar la plantilla útil.

Las convocatorias realizadas

En primer lugar, recordó, se ofertó a los especialistas eventuales la posibilidad de optar a dos contratos de duración mínima de 2,5 años con opción de prórroga. A esta llamada solo respondió una especialista que, tras firmar sus nuevas condiciones, cogió la baja de protección del embarazo, algo que Repollés matizó que en ningún momento se penalizará porque está en su derecho.

Se hizo extensiva la oferta a los nueve médicos internos residentes (MIR) de último año de formación, que gozarían de dos años de contrato, pero ninguno se interesó, “con lo cual pasamos a la tercera opción”, concluyó Repollés, que es “solicitar la colaboración de los servicios de Medicina Interna de Zaragoza y Teruel”, tras lo cual dos facultativos se ofrecieron a bajar cada día desde Zaragoza a echar una mano mientras finalice el proceso de la Oferta Pública de Empleo (OPE) que arrancará en febrero con unas oposiciones y que debería asentar la plantilla.

Insuficiente, pese a todo

Las enfermeras corroboraron que este lunes empezaron a trabajar los dos nuevos internistas, lo cual permitió recuperar la presencialidad en la unidad de hospitalización domiciliaria después de un mes en el que la atención médica fue telefónica porque el escaso personal bastante tenía con supervisar a los ingresados en el hospital comarcal. “El compañero que se cogió la baja paternal vuelve mañana”, añadieron, por lo que los efectivos reales serán al menos de 8,5 sobre 11.

“Con un médico se pueden llevar 10 pacientes en domiciliaria, como mucho, pero el servicio fue creado para que hubiera dos médicos como mínimo, y otro que supliera las libranzas de los otros. Para eso se recogen las firmas”, recordó Anglés.

Este mes, “los días que hemos tenido más pacientes en casa han sido cinco o seis”, admitió Anglés, para quien sin la presión social realizada “el servicio de atención domiciliaria estaría cerrado”. Las sanitarias realizaron una “valoración muy positiva” del apoyo de los vecinos del Bajo Aragón, a quienes “solo podemos dar las gracias porque no hemos tenido ni que pedir firmas porque han venido ellos voluntariamente; nos hemos dado cuenta de que valoran muchísimo este servicio”.

Esta unidad permite dar una serie de tratamientos y de cuidados asistenciales a los pacientes en su propia casa, de tal forma que se evita su ingreso en el hospital mientras que a éste le permite tener más camas al servicio de otros pacientes.

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