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Conocer la normativa, definir la oferta  y que sea diferente, claves al emprender Conocer la normativa, definir la oferta  y que sea diferente, claves al emprender
Belén Soler desgranó los requisitos que se exigen a una empresa para hacer actividades con turistas

Conocer la normativa, definir la oferta y que sea diferente, claves al emprender

Hay determinados registros en los que es necesario estar dado de alta
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Cruz Aguilar

La responsable de la Ojinegra, Belén Soler, habló de las consideraciones a tener en cuenta a la hora de emprender en turismo agroalimentario y, como aspectos clave, planteó la necesidad de conocer la normativa legal vigente, definir la oferta que se va a llevar a cabo y también buscar la calidad y sostenibilidad de lo que se ofrece. Otro de los aspectos en los que incidió es la importancia que tiene la formación. Entre las cualidades que planteó Soler para los emprendedores es “tener don de gentes, ser una persona tranquila, con buena actitud, saber estar” y con capacidad de improvisación. Planteó que esa actitud será el recuerdo que se lleve el visitante, de ahí la importancia de dejar un buen sabor de boca en él.

La forma de paquetizar el producto y venderlo a través de la promoción es fundamental y señaló que hay ayudas y subvenciones a las que se pueden optar. La gestión de las redes sociales y establecer alianzas con otros promotores es otro de los aspectos clave a la hora de dar una mayor difusión al producto propio.

Por otro lado, habló de contar con una infraestructura adecuada, algo que despertó el interés de los asistentes, quienes plantearon que los corrales son lugares donde habitan animales y no siempre es posible no ensuciarse las botas. En este sentido, Soler, recordó que se trabaja habitualmente con clientes procedentes de las ciudades, que no conciben no beber agua embotellada o estar alejados de un baño. Por eso, recomendaron alertar de las condiciones en las que se realizará la actividad antes de llevarla a cabo para que cada persona tome las medidas que considere.

La responsable de la Ojinegra detalló que para realizar una actividad agroalimentaria la empresa debe estar dada de alta en el Registro de Turismo y el número de ese registro deberá constar en la publicidad, folletos y documentación referida. Esta legislación busca “dar seguridad a empresas y turistas”, dijo, y aconsejó buscar asesoramiento con administraciones y técnicos para no dejar flecos sueltos a la hora de emprender.

Otros de los registros necesario es el General Sanitario de Empresas Alimentarias y de Servicios Alimentarios del Ministerio de Sanidad, siempre que se vayan a manipular y servir alimentos.

Sin embargo, en el debate que se abrió también salió a relucir la poca lógica que plantean algunas de las normas vigentes, como la necesidad de contar con una agencia de viajes para la paquetización o estar registrado como turismo activo para determinadas salidas a la naturaleza. Algunos de los asistentes plantearon la importancia que tiene utilizar la terminología adecuada a la hora de promocionar las actividades para ajustarse a la normativa. En este sentido, Soler indicó a modo de ejemplo que una visita guiada por un campo de olivos no requiere estar dado de alta como empresa de turismo activo, pero sí si lo que se ofrece es una ruta senderista por esa misma finca.

Agroturismo

Soler diferenció entre agroturismo -modalidad en la que el cliente se aloja en la zona agraria, en la granja o finca, y viven la experiencia de la vida allí, de su día a día-y turismo agroalimentario, que “combina actividades relacionadas con agricultura, ganadería y la producción de alimentos locales”. Esta experiencia puede ser “de un rato, unas horas o un día”, y en esta opción se incluyen catas, visitas a obradores o bodegas, detalló Soler.

El perfil de personas del turismo agroalimentario son quienes buscan experiencias alimentarias y conocer cómo se elabora el producto. Es una fórmula ideal para esas pequeñas empresas familiares que buscan completar sus ingresos.

Aunque el turismo agroalimentario presenta varias ramificaciones en función del tipo de producto en el que se basa, en todos los casos ayudan a “preservar nuestra cultura de comunidad, nuestra forma de hacer las cosas”, relató Soler, quien añadió que todas las actividades en el marco del turismo agroalimentario contribuyen a cuidar el entorno rural.

Señaló que el turismo agroalimentario enriquece no sólo al que lo realiza, sino también a sus impulsores porque “se conoce gente nueva”, un aspecto en el que también incidieron los asistentes, que resaltaron el orgullo que supone el valor que los visitantes le dan a su trabajo.

La técnica del Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria de Aragón en Teruel (CITAte), Luna Zabalza fue la encargada de presentar el proyecto Red Agrifoodte, y relató que uno de los objetivos es recabar información sobre los aspectos que interesan al sector, para ello cuentan con un formulario en la web, donde también se dan pautas, si así lo demanda el usuario, para saber dónde lograr esas compras más de kilómetro.

Otro de los ponentes de la jornada fue el gerente de la Asociación de Industrias de Alimentación de Aragón, José Ignacio Domingo, quien explicó que aúnan a 194 empresas de todos los sectores y tamaños. Detalló que su función es informarles, asesorarles y poner a su alcance actividades, entre ellas las vinculadas al turismo agroalimentario. Entre las acciones que relató, y que eran de lo más variado, estaba la promoción en la red de Multiservicios Rurales de Aragón, que suma 250 establecimientos.

El turismo agroalimentario es una actividad que realizan gran parte de las empresas asociadas y expuso cómo el sector del vino fue el pionero en ellas pero poco a poco se han sumado negocios con otro perfil. Desde la agrupación destacaron su interés por desarrollar un proyecto que suponga promoción para las empresas y que aborde las diferentes fases por las que pasan a la hora de subirse al carro del agroturismo, con el fin de ayudar a aquellas que necesitan dar forma a sus ideas o diseñar las acciones.

“Lo que hemos detectado es que las empresas son muy buenas elaborando el producto, porque es lo que saben hacer, pero dar el salto a las actividades turísticas no es sencillo, y por eso está bien contar con especialistas en ello”, aseguró Domingo, quien señaló que entre los interesados en esta diversificación de la oferta hay de todo, desde aceite a grupos cárnicos, de trufa o azafrán, dijo. Con ese objetivo se han desarrollado jornadas para conocer casos de éxito.

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