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La Sierra de Albarracín  se debate entre preservar  su rico paisaje o sacarle  rendimiento eólico La Sierra de Albarracín  se debate entre preservar  su rico paisaje o sacarle  rendimiento eólico
Representantes institucionales y vecinos, antes de una reunión sobre los parques

La Sierra de Albarracín se debate entre preservar su rico paisaje o sacarle rendimiento eólico

Tres de los cuatro alcaldes de los pueblos en los que irán los molinos los ven como una oportunidad de futuro
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Cruz Aguilar

Forestalia ha presentado un megaproyecto para instalar 149 aerogeneradores, distribuidos en 19 parques eólicos en las comarcas de la Sierra de Albarracín, Comunidad de Teruel y Jiloca. En concreto en la Sierra de Albarracín se proyectan un total de 59, en las localidades de Rodenas, Orihuela del Tremedal, Bronchales y Albarracín, aunque en este último caso los molinos van en las mangas de terreno situadas en lo que se denomina Ciudad y Comunidad. Lo que unos ven como una oportunidad de futuro otros consideran que destruirá el paisaje y, con él, una de las principales fuentes de riqueza actuales: el turismo. El debate que meses atrás afectaba a otras comarcas turolenses se ha trasladado ahora a uno de los principales pulmones de la provincia.

En la Sierra de Albarracín se han proyectado ocho parques, con un total de 59 molinos de 5,5 MW de potencia, dos de ellos compartidos con las comarca del Jiloca y la Comunidad de Teruel. Los parques son Estentor, con nueve aerogeneradores en Rodena; Fascinio, en Rodenas y Villar del Salz (nueve molinos); Levana, de siete molinos en Rodenas; Meliteo, con nueve aparatos distribuida en Santa Eulalia y Albarracín; Menelao, en Bronchales (5); Mesor, en Rodenas y Orihuela con cinco aerogeneradores; Minerva, con nueve aerogeneradores en Bronchales y Orihuela y Moneta, en Orihuela (9).

Estos parques forman parte del clúster PEol-765AC, que contempla 149 molinos en trece localidades que son, además de las cuatro de la Sierra de Albarracín, Alba, Almohaja, Blancas, Ojos Negros, Peracense, Pozuel del Campo, Santa Eulalia, Villafranca del Campo y Villar del Salz.

Tres de los cuatro alcaldes de los municipios incluidos en el proyecto de Forestalia están a favor de la implantación de estos parques en su término municipal. Son Albarracín, Orihuela del Tremedal y Rodenas, localidad donde irán, de materializarse el proyecto, 26 de los 59 aparatos de generación eléctrica.

El alcalde de Rodenas, José Antonio Nicolás (Partido Socialista), está totalmente a favor de una iniciativa que, asegura, marcará un antes y un después en la localidad. El dinero que supondrá para las arcas municipales es elevado, dice, y revertirá en todos y cada uno de los 65 habitantes censados, especialmente en los 25 que pasan allí el invierno. “Son gente mayor y tenemos carencias para cuidarlos, con esa inyección podríamos subvencionar a personas que los cuiden en sus propias casas”, relata como una de las iniciativas que sacará adelante de materializarse los parque.

“En los pueblos quedamos cuatro, ¿tenemos que tener los montes impolutos para que vengan los de la ciudad a disfrutarlos?”, responde a las críticas de algunos sectores de la población serrana sobre el destrozo ambiental que supondrá la colocación de estos molinos de 200 metros de altura.

El alcalde de Rodenas relata que ha negociado con Forestalia para que todos los aerogeneradores estén en terrenos públicos, con el fin de evitar enfrentamientos entre la población. Su objetivo es que el beneficio de los mismos no sea particular sino que redunde en todos los vecinos.

El aragonesista Rafael Samper, alcalde de Orihuela del Tremedal, donde hay proyectados tres parques (dos compartidos con Bronchales y Rodenas) y un total de once aparatos ve la propuesta de Forestalia como “una oportunidad que hay que barajar porque puede marcar el futuro del municipio para bien”. De todas formas, prefiere no pronunciarse hasta no conocer con detalle los perjuicios y beneficios que tendrán los molinos.

Comenta que han contratado a una empresa asesora para que informe al consistorio y les ayude a negociar con la empresa. Una de las cuestiones sobre las que quiere tener todo atado es la oferta de energía gratis que les hicieron desde Forestalia a los 13 pueblos del Jiloca, Sierra de Albarracín y Comunidad de Teruel incluidos en el clúster. “Nos ofrecieron energía gratis, pero tenemos que mirar la fórmula legal para recogerlo para que sea cierto, no se quede solo en la promesa y luego digan que no pueden cumplir”, concreta.

Entre los aspectos que quieren negociar con Forestalia es la colocación de todos los molinos en terrenos públicos –dos de los nueve van proyectados en propiedades particulares– y que la afección visual desde el casco urbano sea mínima. “Si se consigue que el impacto visual sea el mínimo posible y los ingresos son importantes te ayuda a mantener el pueblo en mejor estado y es una inyección de oxígeno para crear empleo”, vaticina Samper.

Recreación de la zona del Polje de Orihuela y vistas que habrá desde la ermita del Tremedal. Plataforma del Paisaje

Oposición

En Orihuela del Tremedal hay voces discordantes dentro del propio Ayuntamiento y el Partido Popular, desde la oposición, ha sido muy crítico tanto con el impacto negativo que tendrá el proyecto como con la falta de información que aseguran que ha habido durante el proceso.

El alcalde de Albarracín, Michel Villalta (PSOE), indica que es una energía renovable y plantea que “diez aerogeneradores en el territorio donde se van a colocar no generan excesivo impacto”. En su opinión, contar con más ingresos “permite redistribuirlos y mejorar la calidad de vida de los ciudadanos”. Plantea que la gente que es “absolutamente reacia por el impacto visual es porque no tiene problemas en cuanto a servicios públicos”, carencias que, manifiesta, sí existen en el medio rural.

Según Villalta, “hay que buscar la proporcionalidad con respecto a la cantidad de molinos”, e insta a que sean las autoridades competentes las que analicen si los proyectos cumplen los requisitos ambientales y legales. Adelanta que en principio no van a presentar alegaciones aunque sí miraran “con todo detalle el contrato” antes de rubricarlo.

El alcalde de Bronchales, Jordi Lorenzo (Chunta Aragonesista) está totalmente en contra de los doce molinos que hay proyectados en su término municipal puesto que “chocan frontalmente” con su principal fuente de recursos actual, que es el turismo. Aclara que no está en contra de las energías renovables y considera una buena opción la creación de comunidades energéticas para el autoabastecimiento, pero se opone frontalmente a la instalación en la Sierra de Albarracín de los “megaproyectos” planteados. “Estoy en contra porque si tenemos que buscar energía hay que repartir los males entre todos y poner aquí dos molinos para alimentar varias comarcas, no  esa gran cantidad para abastecer a parte de la Comunidad Valenciana”, resuelve.

En Bronchales hay un amplio sector de la población que está en contra y argumentan que los molinos se verán desde el propio casco urbano pero además plantean que puede poner en riesgo la principal empresa que, con una platilla de en torno a 70 personas, hay ahora en el municipio, que es la embotelladora de agua, ya que se abastece de los acuíferos del término municipal.

En Bronchales hay proyectados trece aerogeneradores –siete sobre terrenos públicos y seis en fincas privadas– pero es una de las localidades donde el impacto visual será mayor puesto que verán entre 110 y 120 ya que, como apunta Lorenzo, visualizan todos los del valle del Jiloca.

El presidente de la Comunidad de Albarracín, el socialista Benito Lacasa, indica que si los proyectos “son legales y reúnen todos los requisitos” cuentan con el beneplácito de la institución que preside, que también se beneficiará del 50% del alquiler generado por los diez molinos proyectados en el monte de Ciudad y Comunidad. Matiza que hasta la institución no ha llegado ninguna alegación ni petición de información al respecto y señala que ellos no van a presentar ningún tipo de informe contrario al proyecto.

Desde la Comunidad de Albarracín organizaron una charla el pasado jueves a la que acudieron dos empresas especializadas en gestión municipal y en tributos y que cuentan con experiencia a la hora de realizar tramitaciones vinculadas a proyectos eólicos para intentar resolver algunas de las dudas que tenían los alcaldes.

“Si nos los tenemos que tragar, nos gusten o no, vamos a intentar no solo la rentabilidad económica, sino también mantener usos tradicionales como la caza, el pastoreo del ganado o la recolección de setas”, comenta Benito Lacasa. Plantea que “todos esos usos deben estar reflejados en los contratos, al igual que el uso de los caminos y su mantenimiento”, asevera.

Repercusión en toda la zona

Muchos de los aerogeneradores serán visibles mucho más allá de los pueblos donde se instalan, aunque desde la Comarca Sierra de Albarracín indican que no han adoptado ninguna posición al no tener competencia sobre el tema. “No nos podemos manifestar porque no hemos hablado el tema, son los ayuntamientos a los que van molinos los que tienen que decir algo”, matiza el presidente, Inocencio Martínez (PAR).

Sin embargo, los alcaldes de algunos municipios sí se han posicionado al respecto. El alcalde de Saldón, Eduardo Sánchez (PSOE), ve los molinos como una tabla de “salvación total” y plantea que los pueblos que no cuentan con estos proyectos, como es el caso del suyo, viven “de las migajas, como toda la vida”.

Pascual Gimenez, que es el alcalde del Vallecillo, no tiene tan claro que los propósitos de Forestalia en la Sierra de Albarracín sean ventajosos. “Falta información y abrir un debate tranquilo de cómo pueden afectar”, y aunque los ingresos económicos pueden ser copiosos, cuestiona que lleven aparejado un incremento de población o de puestos de trabajo. En su opinión, es necesario abrir un “debate serio con promotores y técnicos para que los vecinos sepan de qué se está hablando”.

350 millones costarán los de Rodenas, Bronchales, Orihuela y Albarracín

La inversión prevista por Forestalia para poner en marcha los parques que afectan a la Comarca de la Sierra de Albarracín es superior a los 350 millones de euros, según fuentes de la empresa. Plantean que se estima que emplearán a medio millar de personas durante la construcción y “más de una treintena en vigilancia ambiental, explotación y mantenimiento”.  Por otro lado, Forestalia trasladó en la reunión informativa su disposición a bonificar el total del consumo a los particulares empadronados en aquellos ayuntamientos que den conformidad a los  proyectos planteados. Desde la compañía energética aclaran que se paga el consumo, no los impuestos y otros conceptos que puedan figurar en la factura.

Fuentes de la compañía aseguraron que nunca se promueven proyectos en contra de lo que dicten los ayuntamientos, y así lo comunicaron los técnicos que la representan en la reunión del pasado jueves en Orihuela

Los 59 aerogeneadores proyectados en cuatro localidades de la Sierra de Albarracín forman parte de un clúster que incluye a otros nueve municipios de las comarcas del Jiloca y la Comunidad de Teruel. En total los parques contemplan la instalación de 149 molinos con una potencia de 819,5 MW.

Profesionales del turismo y la cultura alertan de que los parques “sentencian” al territorio

Los profesionales del sector turístico y cultural de la Sierra de Albarracín no ven con buenos ojos un megaproyecto eólico que, aseguran, pone en riesgo el modo de vida de muchas familias, sustentado en el rico patrimonio natural y cultural serrano. En algunas localidades, como en Bronchales, se verán desde el casco urbano más de un centenar de molinos, algo que es poco compatible, alertan, con el turismo de naturaleza que atraen en la actualidad. Precisamente el sector turístico es el principal motor económico de gran parte de la comarca.

El presidente de la Asociación Turismo Sierra de Albarracín, Javier Cavero, que es además propietario de un hotel en Bronchales, califica el proyecto presentado por Forestalia de “sentencia de por vida” para la Sierra. Asegura estar a favor de las renovables, por las que incluso ha apostado para su negocio, pero “molinos de esta altura, que se van a ver por encima de todos los tejados, no”, dice.

Plantea que los 59 molinos proyectados en la zona ponen en riesgo las inversiones realizadas por numerosas familias de la Sierra de Albarracín, que han apostado por los negocios de la hostelería y, “si la gente de fuera deja de venir, no podrá hacer frente a los pagos”. Lamenta la falta de unión que hay en la Sierra de Albarracín y que es lo que propiciará que el proyecto salga adelante.

El gerente de la Fundación Santa María de Albarracín, Antonio Jiménez, indica que la institución no ha analizado el tema, pero comenta a título particular que “hay otras alternativas” para la serranía y recuerda que “la creación de un Parque Nacional ha estado muchas veces encima de la mesa”. “En mi trayectoria profesional siempre he luchado por la conservación de los valores autóctonas y la promoción ordenada de esos valores como medio de futuro para el territorio. En esa línea no cabe duda que la instalación de estos parques puede ensombrecer los valores autóctonos, que sí se pueden utilizar como recurso del territorio”. Aboga por “evaluar concienzudamente” las propuestas y añade, “si no queda más remedio, habrá que saber muy bien dónde y cómo se instalan para producir el menor daño posible”, sentencia.

Entre las alegaciones que se han presentado hay varias de particulares de diversas localidades serranas. La mayor parte de ellas son para defender los valores naturales del territorio, a los que está ligada su actividad económica actual y que podría peligrar con el cambio en la fisonomía del paisaje.

Laura García Dobón vive en Bronchales se dedica al sector agrario y considera que la instalación de los molinos en su municipio es muy negativa tanto por la afección al paisaje como a la fauna. Además, alerta, “generan mucho ruido” que podría perjudicar a los propios vecinos, algo que también preocupa al alcalde de Bronchales, Jordi Lorenzo.

Para García Dobón, la única ventaja que podrían suponer sería la creación de puestos de trabajo, algo que, en su opinión, no se va a producir. Personalmente ha presentado alegaciones porque el molino está muy cerca, a 300 metros, de su granja de terneros y también de sus tierras de cultivo.

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