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La investigadora de la UZ María Luz Hernández explicó en Tramacastilla los resultados del estudio sobre mujer rural

"Tejer redes de colaboración entre las mujeres es el camino que debemos andar"

María Luz Hernández propone en Tramacastilla medidas para las féminas en el mundo rural
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Las mujeres de la Sierra de Albarracín se sienten muy identificadas con su territorio pero advierten de las dificultades para acceder a los servicios y se sienten desatendidas por la Administración. El trabajo en red de las féminas que viven en los pueblos es una de las propuestas para mejorar su situación. Estas son algunas conclusiones del estudio que se presentó ayer en Tramacastilla en el marco de los actos organizados con motivo del Día de la Mujer Rural.

La geógrafa María Luz Hernández, del grupo de Estudios de Ordenación del Territorio e Instituto de Ciencias Ambientales de la Universidad de Zaragoza, desgranó el proyecto sobre la situación de las mujeres rurales que se ha realizado en todo Aragón, con una muestra de 560 participantes, de las que quince eran de la Sierra de Albarracín. Expuso los datos globales autonómicos, pero también las peculiaridades de esta comarca turolense.

“Nuestro objetivo era conocer de primera mano cómo las mujeres rurales sienten y viven su experiencia diaria, para conocer cuáles son sus necesidades y poder elaborar propuestas de mejora, no solo con datos estadísticos más fríos, sino para saber cómo es la vida de las mujeres en un territorio concreto, qué necesidades tienen”, explicó Hernández.

La investigadora aragonesa resaltó la importancia de este tipo de estudios para profundizar en la realidad del mundo rural. “Las mujeres nos dan información no solo de las mujeres, son muy buenas informantes porque cuentan lo que les pasa a ellas, a sus hijos, a las personas mayores, a los hombres del pueblo, a los vecinos del pueblo de al lado y, además, apuntan algunas soluciones”, resaltó.

Las vecinas de la Sierra de Albarracín son más críticas con su situación que las del conjunto de Aragón, con una valoración global de 2,49 puntos sobre 5, frente al 2,85 de la comunidad.

Destaca especialmente el indicador de la gobernabilidad que se sitúa en esta comarca turolense en 1,8 puntos, suspendiendo a las administraciones en cuando a sus propuestas para facilitar la situación de las mujeres en los pueblos y por la falta de coordinación entre las diferentes instituciones. En Aragón la media ha sido de 2,26 puntos. La aspecto más positivo -con una nota de 3,42 puntos- es “que se sienten muy identificadas con sus territorios, valoran mucho tanto aspectos naturales, como económicos”, detalló la experta.

Hernández advirtió de que los peores valores se registran en el acceso a los servicios de todo tipo: educativos, sanitarios, conciliación o vivienda. “Cuánto más lejos se está del Valle del Ebro y menor población, más dificultades hay”, indicó.

Cuestiones laborales

Otro aspecto preocupante es la falta de oportunidades laborales. “Muchas mujeres si quieren quedarse a vivir en los pueblos - que muchas se quieren quedar por esa identificación con el territorio- tienen que emprender sí o sí, si quieren tener un trabajo”, afirmó la profesora de la Universidad de Zaragoza.

Otro aspecto que llama la atención es que las mujeres no se dedican a la agricultura y la ganadería mayoritariamente, pero tampoco sería su primera opción, hay cierta desafección porque tradicionalmente han trabajado pero su labor ha estado invisibilizada y, además, es “una profesión muy sacrificada”, indicó la investigadora.

María Luz Hernández puntualizó que la Sierra de Albarracín tiene similitudes con otras zonas de montaña aragonesas.

En cuanto a las propuestas de actuación, tras este análisis, la especialista planteó como una de las líneas interesantes que las mujeres trabajen en red entre las propias productoras, con las transformadoras, con las que venden. “Tejer esas redes de colaboración entre las mujeres creo que es el camino por el que debemos andar”, insistió la investigadora. Instó a una mejor coordinación entre las administraciones y la sociedad en su conjunto y a “revalorizar” el papel de los grupos de acción local como generadores, no solamente de empleo, sino como generadores de esas redes, para ello defendió la necesidad de descargarlas de la “burocracia creciente” para “volver a reilusionarles” en su papel en el territorio que conocen perfectamente.

La jornada del Día de la Mujer Rural que se celebró ayer en la sede de Asiader en Tramacastilla, fue inaugurada por su presidente, Eduardo Sánchez, quien agradeció la asistencia de las participantes y defendió que hay que intentar hacer posible que las cosas vayan a mejor y dar la vuelta a la situación del mundo rural.

Tras la ponencia de María Luz Hernández, se celebró una mesa de experiencias con María José Meda, del restaurante El Batán;  Laura García, de Espelta de la Sierra de Albarracín y Cristina Yusta, agente de desarrollo local de la Comarca Sierra de Albarracín. Luego hubo teatro con Colectivo To y clausuró la jornada la alcaldesa de Tramacastilla, Clara Benito.

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