De Alaska a Palestina pasando por la Comarca de Andorra-Sierra de Arcos

Del polifacético e inquietante Japón hasta Alaska, pasando por el Mediterráneo, la Laguna de Gallocanta o los rincones de la provincia de Teruel, que nunca se agotan. El número 18 de la revista de viajes A Tiro de Piedra ofrece un nuevo recorrido viajero y experiencial en forma de un nuevo número, el 18. Editado por el Centro de Estudios Locales de Andorra (Celan) y la Comarca Andorra-Sierra de Arcos, la revista en formato digital está disponible en la web celandigital.com.

La portada y la contraportada del número vuelve a correr a cargo del artista visual andorrano Roberto Morote, habitual colaborador del Celan, y el artículo de Letras Viajeras abre la revista con un artículo sobre Japón y las enormes diferencias que siguen haciendo su cultura una de las más atrayentes para occidente.
 

Beatriz Ara Comín aporta el reportaje de este número 18, titulado El Mediterráneo sin vistas al mar. Su paradójica propuesta consiste en visitar el corazón de la cultura Mediterránea donde, sin embargo, no podemos visitar playas sino imponentes montañas y espacios interiores. Se trata de poblaciones como Catí o Santa Mateu, en las comarcas del Alt y del Baix Maestrat de Castellón.

Históricamente, Sant Andreu estuvo vinculado a Catí formando parte de su término municipal hasta épocas recientes, lo que explica las numerosas similitudes entre ambas poblaciones. Los dos núcleos conservan un origen medieval y presentan arquitectura tradicional de montaña, con construcciones de piedra que se integran armoniosamente en el paisaje. El artículo redunda en su patrimonio arquitectónico y natural, con paisajes montañosos ideales para el senderismo y el turismo rural y cultural.

En Un refugio en la laguna Aída Conde Oliver vuelve la vista al humedal de Gallocanta, en un artículo con excepcionales fotografías hechas por ella misma. Conde es una fotógrafa de naturaleza zaragozana y narra la experiencia de acercarse a uno de los puestos de observación de la laguna para fotografiar las aves que se encuentran pasando el invierno en nuestro territorio.

Y en la sección del Extra Viaje, A Tiro de Piedra reproduce la segunda parte del artículo Alaska, la última frontera, de Diego Vera Repollés. El autor narra en primera persona un viaje con un grupo de amigos por Alaska, donde experimentaron una de las experiencias viajeras más diferentes y peculiares que se pueden tener desde la perspectiva del habitante del sur de Europa. Paseos por sorprendentes glaciares, frecuentes avistamientos de ballenas en los fiordos y un territorio en general hostil hacia el ser humano, pero increíblemente gigantesco y bello.

También en la comarca

La revista A Tiro de Piedra se caracteriza por combinar experiencias viajeras de largo alcance y la atención pormenorizada a los rincones cercanos y bellos. María Ángeles Tomás se encarga de la sección, que en este número 18 invita a sumergirse en la tranquilidad y autenticidad que la comarca ofrece en Tierra de Silencios; la experiencia de Arte Rupestre Inclusivo llevada a cabo en Alacón; el estudio rural Mayor 10, en Ejulve, recién abierto como alternativa al turismo rural; o la reivindicación del pasado industrial con Los Caminos Mineros de la comarca, entre otros contenidos.
 

En la sección Álbum dedicada a la fotografía José Andrés López Pérez aporta un artículo que comienza con una sorprendente confesión: el lugar donde ha pasado más miedo tirando fotografías no es otro que Palestina.

En Fotografiando Palestina, José Andrés López narra la experiencia de una visita documental a ese país, en la que lo primero que vives es “la bofetada en toda la cara de la colonización, conquista y control del territorio por parte de la potencia ocupante. El despliegue de checkpoints, barreras y muros es absolutamente bestial y domina el paisaje, lo transforma y lo define. Allí donde mires, la ocupación”.

En Hebrón narra como “los palestinos son desplazados a las plantas bajas de los edificios, debiendo proteger sus calles con toldos impermeables debido a que los ocupas, situados en las plantas superiores, arrojan sus excrementos por las ventanas”.

Sobre Israel, el país que mantiene la ocupación sobre todos los territorios arrebatados a Palestina, se expresa en los siguientes términos: “Nadie puede vivir así y mucho menos es posible que desarrollen una sociedad democrática y sana. Son gente que nace en una casa arrebatada a una familia palestina, cuya educación se basa en fábulas sobre un reino milenario inventado. A los 18 años les dan un fusil más grande que ellos mismos, dedicando los siguientes tres años de su vida a controlar el territorio que sus padres o sus abuelos conquistaron. Viven armados hasta los dientes, con el gatillo siempre dispuesto, mascando odio y violencia. Es una sociedad desquiciada”.