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De un canónigo díscolo a un carlista traicionado: la insólita peripecia de los Calvo De un canónigo díscolo a un carlista traicionado: la insólita peripecia de los Calvo
El zaragozano Roberto Marco Yus, en el Archivo de la Corona de Aragón

De un canónigo díscolo a un carlista traicionado: la insólita peripecia de los Calvo

Roberto Marco presenta el próximo miércoles en Teruel ‘El linaje de los Caballeros de Hinojosa’
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Los diferentes archivos de la provincia y la Comunidad Autónoma y el trabajo de los investigadores, en muchas ocasiones a título particular por pura afición, sigue arrojando luz sobre la vida de turolenses ilustres, muy influyentes en su época en el contexto nacional, y en algunas ocasiones con un periplo de auténtica película. Es el caso del canónigo Vicente Calvo Julián (1734-1782) o del carlista Pedro Calvo Fuertes (1848-1937), dos de los miembros más destacados del linaje de los Calvo, primero en Hinojosa de Jarque y después en Báguena.

Sus andanzas y aventuras son las que refiere  El linaje de los Caballeros de Hinojosa, libro que acaba de autopublicar Roberto Marco Yus, y que se presentará el próximo miércoles 28 de febrero, a partir de las 19.30 horas, en el Casino Turolense. Francisco Aguirre le acompañará en dicha presentación.

Aunque gran parte de lo que se cuenta daría para una novela histórica, con batallas, conspiraciones, traiciones y hasta algún suicidio de por medio, Marco lo presenta en formato de ensayo histórico, “basado en la gran cantidad de información y documentación, muy dispersa en origen, que he recopilado durante más de 30 años”, afirma su autor.

El linaje de los Caballeros de Hinojosa desarrolla la historia de la familia Calvo desde que comienzan a tenerse referencias escritas de ella. “Tenemos conocimiento de que desde el siglo XIII y XIV alguno de los Calvo ya empieza a ocupar cargos de importancia en Hinojosa de Jarque o Camarillas, pero la relevancia del linaje será mayor a partir de 1739, cuando la familia tiene título de nobleza y, a partir de ahí, empieza a entroncar con linajes muy importantes en Teruel”, explica el Marco.

En esa parte del libro el lector se hace una idea de que, paradójicamente, para una localidad solía significar un problema que una familia ostentara rango de nobleza, “ya que el resto de vecinos son los que tenían que apechugar con las cargas de las que ellos estaban exentos por nobleza”.

El libro aporta documentación sobre no pocos litigios en los que una familia de rancio abolengo como los Calvo tenía que demostrar ante el juez la legitimidad de su posición, frente al pueblo que tenía que rendir cuentas en lo económico y militar ante las autoridades. “Estas familias nobles solían tener muchos descendientes, y estos trataban de demostrar su origen noble frente a otros que trataban de desmentirlo ante las autoridades, porque el resultado es que al final  había mucha gente que no contribuía, y poca gente que tenía que sostenerlos”.

Como anécdota, Roberto Marco explica que en Hinojosa de Jarque los Calvo tenían derecho a utilizar todo el agua de la fuente que necesitaran para regar, y la sobrante iba al lavadero. “En época de sequía consumían casi todo el agua, el lavadero se llenaba de tarquín y no podía lavarse”. El libro documenta al menos uno de estos litigios, “que perdieron los Calvo, aunque ya no he localizado más información posterior sobre como acabó la cosa”. Roberto Marco ha conocido casos similares en puntos muy alejados de Aragón, como en la fuente de Fonz (Huesca).


Vicente Calvo y Julián


En la segunda parte del libro, Roberto Marco traza la vida de dos de los miembros más destacado del linaje de los Calvo. El primero de ellos es Vicente Calvo y Julián (1734-1782), doctor en Derecho, canónigo y naturalista, autor de varios tratados sobre agricultura, en los que abogó por modernizar las técnicas, sacar partido de las sinergias entre agricultura y ganadería y formar sociedades agrícolas locales.

Pero quizá fue más relevante por su faceta espiritual, por la que fue conocido como el canónigo díscolo, y mantuvo enconadas disputas con varios obispados que llegaron hasta el Santo Tribunal de Roma, que terminaron como el rosario de la aurora. “Él obtuvo la canongía de la Catedral de Tarazona, y cuando fue allí para desempeñarla se encontró con unos canónigos recelosos y dispuestos a no dejarle desempeñar sus funciones, porque no estaba ordenado in sacris, como un auténtico sacerdote”, explica Marco. Su enfrentamiento con el cabildo llegó hasta Roma, y comenzó un litigio largo y muy complejo.

Por si fuera poco, al bueno de Calvo y Julián se le ocurrió publicar en 1777 el tratado Ilustración canónica é historial de los privilegios de la Orden de San Juan, un libro en el que quitaba autoridad y competencias a la Iglesia sobre las propiedades de la Orden de San Juan. El obispado intentó sin éxito que Roma desautorizara la obra, por lo que trató de complicarle la vida todo lo pudo al de Hinojosa de Jarque. Calvo y Julián gastó una auténtica fortuna en todos las causas y litigios abiertos, que tuvieron un final dramático que Roberto Marco explica y documenta en su libro.

Aunque ya existían reseñas bibliográficas sobre Vicente Calvo y Julián, “en general es un personaje bastante desconocido”. La investigación de Roberto Marco ha permitido corregir varios errores en los estudios precedentes: “Demuestro documentalmente que es imposible que naciera en 1738, como dicen la mayoría de las fuentes, y que de hecho nació en 1734, aunque ha sido imposible encontrar la fecha exacta”, afirma.

Pedro Calvo Fuertes


Pero la mayor parte de la obra de Roberto Marco Yus se dedica a Pedro Calvo Fuertes (1848-1937), “que es el auténtico protagonista del libro” y seguramente el Calvo que tuvo una vida más azarosa y novelable. Pedro Calvo fue un destacado militar carlista, con grado de comandante, que fue mano derecha del general Manuel Marco y Rodrigo, conocido como Marco de Bello porque procedía de esa localidad turolense.
 
Fotografía de Pedro Calvo Fuertes, uno de los protagonistas del libro de Marco


“Es un personaje interesantísimo, y de hecho fue él quien me impulsó a realizar toda esta investigación, y quien me ha convertido en un apasionado de la historia del carlismo, que es realmente interesante”, asegura el escritor zaragozano.

Pedro Calvo nació en Báguena, ya que durante el siglo XIX el linaje se había trasladado de Hinojosa a esa población por la vía de Agustín Calvo Estanga, nieto de Tomás Estanga, cuyos descendientes o habían fallecido o eran mujeres y no podían heredar título. “Nació en la Casa de los Calvo de Báguena, una casa solariega muy bonita sobre la que no se sabía casi nada hasta ahora”, explica Marco, que ha desarrollado en un anexo del libro la historia de ese inmueble histórico.

El linaje era tradicionalista y partidario del Carlismo, y estar en causas perdedoras no suele acarrear alegrías. Hacia el final de la I Guerra Carlista todas las tropas convergieron hacia el Maestrazgo, donde se encontraba el general anticristino Cabrera. Los liberales se acantonaron en Hinojosa y Camarillas para atacar Aliaga, lo que obligó a todos los Calvo de la primera de las localidades a huir a Luco de Jiloca, perdiendo muchos bienes y propiedades en el lance.

Ocho años después, durante el desarrollo de la II Guerra Carlista, nació Pedro Calvo (1848), que se unió junto a su hermano Joaquín al levantamiento carlista de octubre de 1873 en Luco de Jiloca. Estalló el tercer episodio de la guerra civil carlista y Pedro Calvo fue comandante y uno de los tres ayudantes de campo al general Marco de Bello, figura relevante de esa contienda, “hasta el punto de que la toma de Daroca fue una acción de Pedro Calvo como uno de los ayudantes cercanos del general”.

El 3 de julio de 1874 tuvo lugar el ataque de los carlistas a la ciudad de Teruel. “Marco de Bello no estaba convencido del éxito, por las tropas de las que disponía, pero el pretendiente carlista había llegado a Teruel como comandante de las tropas y le obligó a atacar porque deseaba conquistar una ciudad como Teruel”.

Por añadidura había rencillas y celos entre los oficiales. A regañadientes Marco de Bello tuvo que ordenar el asalto y el resultado ya se lo pueden imaginar. Una pifia total. Teruel se mantuvo isabelino y 180 soldados carlistas de élite, únicos que lograron penetrar en la ciudad bien armados y pertrechados, murieron o fueron capturados.
 
Casa natal de Pedro Calvo en Báguena, sobre cuya historia ‘El linaje de los Caballeros de Hinojosa’ incluye un anexo


Como suele ocurrir en estos casos, el pretendiente al trono no solo culpó a su general del desaguisado sino que además lo destituyó y mandó prenderlo a él y a sus subalternos. “Pedro Calvo y su hermano Joaquín desertaron y huyeron”, explica Marco. “Fueron perseguidos por los carlistas pero quienes finalmente los capturan son los Voluntarios de Calanda, del ejército liberal, en la masía de la Peña del Cid, cerca de Montalbán”. Fueron presos primero al Castillo de la Aljafería en Zaragoza y después a Cádiz, hasta que finalmente su padre consiguió que fueran indultados, previo pago.

La última parte del libro habla del posterior resurgimiento del Carlismo en Aragón, en el que Pedro Calvo tuvo un papel protagonista. Pese al descontento generado en Aragón contra los carlistas por la derrota de la tercera guerra y la persecución que sufrieron alguno de sus militares, como Marco de Bello y el propio Pedro Calvo, este se mantuvo fiel a sus ideales, y mantuvo viva la llama de la línea sucesoria carlista en la zona del Valle del Jiloca, Daroca o Mora de Rubielos. “Puede parecer paradójico, pero su actitud se explica en una carta que escribió desde la cárcel, en la que dice: ‘sufriremos con resignación lo que nos ocurra, como auténticos carlistas’”.

El caso es que a la muerte del pretendiente carlista Carlos VII le sucede su hijo, Jaime III, y este funda los Requetés como un grupo armado y paramilitar. “Pedro Calvo fue nombrado Primer Jefe de los Requetés Aragoneses, por lo que cuando falleció en 1937 fue despedido con honores”.

El linaje de los Caballeros de Hinojosa termina justo en ese momento, aunque Roberto Marco Yus ya está trabajando en otro libro para analizar la época. Esa parte de la historia, la del resurgimiento ideológico del carlismo entre el final de la tercera y última guerra carlista, en 1876, y 1924, cuando de nuevo cobra relevancia con Primo de Rivera, “es uno de los aspectos más desconocidos de nuestra historia”, según Roberto Marco Yus.

Tres décadas de investigación


El linaje de los Caballeros de Hinojosa es la primera obra publicada por el zaragozano Roberto Marco Yus, aficionado a la historia y la investigación aunque su vida laboral se ha desarrollado en un ámbito muy diferente, el del automóvil.
 
Portada del libro que se presentará el miércoles en el Casino de Teruel


La vinculación con Teruel y el linaje de los Calvo le viene a Marco por su esposa, María Ángeles Peribáñez. Ella es de Báguena y nació en la misma casa que el militar carlista Pedro Calvo. “Mi cuñado y mi mujer nacieron allí porque su familia trabajaba en esa casa”, explica el autor. “Cómo los dueños  no tenían hijos prácticamente los trataron como a sus propios nietos, así que mi mujer me contó muchísimas historias sobre la familia Calvo que había oído de pequeña”.

Esas historias encendieron el interés de Roberto Marco por el linaje Calvo hace más de treinta años, especialmente cuando en el interior de un antiguo trujal de sus suegros el zaragozano encontró “un montón de documentos y de recortes de prensa histórica, en los que se mencionaban muchos personajes relevantes de esa familia, que me llevaron a empezar a investigar”.

Esa investigación de más de tres décadas le ha llevado a convertirse en un apasionado de la historia, y de la historia del Carlismo en concreto, y además en ese tiempo se ha hecho con un enorme biblioteca sobre el tema. “Cuando comencé a interesarme por estos temas era muy difícil investigar”, recuerda Marco. “Tenía que cogerme vacaciones para visitar los archivos; el municipal de Madrid, el de Teruel, Zaragoza... ahora gracias al acceso a internet todo es mucho más fácil y accesible, y de hecho libros y documentos que me costó muchísimo encontrar, después los he encontrado en la web con un par de clicks”. Cita como ejemplo El guerrillero escrito por Manuel Polo y Peirolón en 1906, “del que existía una edición facsimil, pero aún así antes de internet era casi imposible de conseguir”.

El zaragozano se muestra, por otra parte, muy agradecido a que el Círculo de Recreo Turolense le de la oportunidad de presentar su obra, en el Casino de Teruel, el próximo miércoles (19.30 horas). “He ido allí en varias ocasiones a escuchar algunas conferencias, y lo cierto es que llevan gente muy relevante y experta en sus temas”, afirma. “Así que para mí es un honor que me inviten a presentar este libro en ese espacio”.

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