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Gene Martín imprime un punto y seguido  en la exposición ‘Unidad Esencial Mínima’ Gene Martín imprime un punto y seguido  en la exposición ‘Unidad Esencial Mínima’
Fotografía de Gene Martín, realizada por Leo Tena, que forma parte de la exposición. Leo Tena

Gene Martín imprime un punto y seguido en la exposición ‘Unidad Esencial Mínima’

El último trabajo del turolense se inaugura este sábado (20 horas) en el Claustro de San Pedro
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A través de materiales muy diversos, algunos tan clásicos como la piedra, el vidrio, la madera, la cerámica, el lino o el hierro, y otros contemporáneos como la impresión 3D o la fotografía, Gene Martín plantea una reflexión sobre el arjé acerca del cual el ser humano se pregunta desde la Grecia clásica. El material con el que se construye todo, el ladrillo básico de la existencia, aquello que hace que lo que es sea. El artista turolense inaugura una nueva exposición que anticipa un cambio de rumbo en su quehacer. La apertura será a las 20 horas de este sábado de 21 de junio, en el Claustro de San Pedro. Estará hasta el 21 de agosto.

El título de la exposición, Unidad Esencial Mínima, hace referencia a ese núcleo central de la existencia, al objetivo que persigue Gene Martín a través de la investigación que ha dado como fruto esa exposición, “y que al final responde a lo que ando buscando siempre”, reconoce el turolense. Ese objetivo no es otros que “investigar cuál es nuestra última realidad y la última realidad del mundo”.

 

Arco de piedra realizado por Gene Martín y Concor Armengod


“Llega un momento en el que te das cuenta de que todo está hecho de consciencia”, afirma Gene Martín, “aunque todavía no estamos demasiado abiertos ni comprendemos bien todo lo que puede significar ese término”. El artista entiende la consciencia como una “consciencia infinita” o una supraconsciencia, algo así como la CPU que lo gobierna y que es motor de todo, y a las que el ser humano se ha aproximado a lo largo de la historia con mayor o menor éxito a través de diferentes sensibilidades, credos o religiones. Martín prefiere simplificar y describir esa supraconsciencia con el término Amor -acerca del cual gira prácticamente toda su producción artística-. “Eso nos ayuda a darnos cuenta de que la esencia de todas las cosas siempre es la misma: algo invisible e inexplicable que está por siempre completo”.

Todas las obras expuestas giran en torno a esa investigación y a ese mensaje, aunque están realizadas a través de diferentes materiales, técnicas, y en su realización han participado diferentes artistas y artesanos, la mayor parte de ellos de la provincia de Teruel.

De ese modo la muestra no es una colectiva porque el sentido de que el discurso narrativo de todas las piezas parte en exclusiva de Gene Martín, aunque sí que supone un trabajo de equipo que ha necesitado de grandes dosis de coordinación. “En cada una de las piezas yo planteaba el diseño, y ellos con su sabiduría y el conocimiento de los materiales me planteaban una serie de soluciones. Ha sido una sinergia preciosa, y creo que en estos tiempos de individualismo es importante hacer las cosas de este modo, y darnos cuenta de que como individuos no podríamos hacer nada realmente serio o que mereciera la pena”.

En la creación de las piezas han participado Sandra Moneny, Julio Gómez, Concor Armengod, Leo Tena, Carmen Igual, Carmen Izquierdo, TUIMP o Alberto Ros.

Moneny es la única artista no turolense participante. Procede de Barcelona y trabaja la artesanía y el arte único a través del vidrio. Por su parte Julio Gómez es un carpintero de Fortanete que tiene su taller en Mosqueruela, donde alterna sus trabajos para la construcción con obra mucho más personal y experimental.

 

Una de las piezas expuestas, creadas a través de impresión 3D


Concor Armengod, que trabaja la talla y la cantería, colabora con Gene en una de las esculturas, en piedra, y la base de otros dos volúmenes. Leo Tena aporta una de las piezas centrales de la exposición, una fotografía, y además actúa de comisario. La ceramista de Villarroya Carmen Igual, a la que Gene Martín considera su “maestra sobre el torno”, también colabora con dos piezas.

Por su parte, Carmen Izquierdo es la madre de Gene Martín, con la que lleva tiempo colaborando en la investigación y creación artística, a través sobre todo textos y de trabajos textiles y costura. Entre los dos ya han creado piezas como un bordado que pudo verse en la exposición itinerante El maravilloso Vacío (2022). En esta ocasión aportan una escultura textil en lino y seda, que representa el cuerpo humano.

Por su parte TUIMP es el nombre de una empresa turolense que trabaja en Impresión Digital 3D, con la que también ha trabajado Gene Martín en alguna ocasión -en realidad lo ha hecho con la mayor parte de las personas que colaboran con esta exposición-. La muestra que se inaugura en el Claustro de San Pedro integra una silla que ya fue expuesta en 2023 en el Espacio Joven de la Fundación Ibercaja, como uno de los ganadores de la primera convocatoria para el Desarrollo Artístico, impulsada por la entidad y dirigida a las nuevas generaciones de creadores aragoneses, además de una nueva pieza.

Otro de los colaboradores de Gene Martín en esta exposición es Alberto Ros, herrero de Cedrillas que trabaja en Talleres Martín Pérez. Es el “herrero de referencia” de Gene Martín, otro de los autores con los que ha trabajado en numerosas ocasiones.

Un final performático

Además de las piezas expuestas Unidad Esencial Mínima consta de una performance, que se representará en dos ocasiones, el 20 y el 21 de agosto durante la clausura de la muestra y su víspera. Esa performance será un homenaje a Marina Abramovic, una de las artistas que más han interesado al turolense, y un tributo a la célebre intervención The artist is present, que la serbia realizó en 2010 en el Museo de Arte Moderno de Nueva York, en la que estuvo 736 horas en silencio, sentada en una silla mirando a los ojos al público que por turno se sentaba frente a ella. “Evidentemente mi aportación será más breve, porque solo pretende ser un tributo a esta acción”.

 

Varias piezas en una de las alas del Claustro de San Pedro


Gene Martín plantea esta performance y el proyecto expositivo en el que está inserta como un “broche a lo que hasta ahora ha sido mi recorrido”. Una especie de punto y aparte o de punto de inflexión, pero el creador procedente de Cedrillas reconoce que no tienen “ni idea” de hacia dónde le conducirá su trayectoria a partir de ahora. A falta de sacar conclusiones de esa reflexión necesaria, Martín apunta que quizá su futuro esté más alejado de la producción material de obras de lo que ha estado hasta ahora: “De verdad siento que mi trabajo es ahora encontrar la mayor verdad dentro de mí y darla al mundo. Y creo que la mayor honestidad se consigue no a través del objeto material, sino de compartirme a mí mismo. Cada día siento más claro que materializar no es demasiado importante, y conforme estoy más convencido de esto las ideas me han ido dejando tranquilo, han dejado de molestarme”. ¿Significa eso que su actividad artística apunta hacia una etapa más performática, más vinculada al arte escénico o a la obra efímera? No necesariamente. “Quizá el arte y la espiritualidad se funda aún más en mi vida y los objetos desaparezcan, pero todavía no sé hacia donde girará todo esto. En cualquier caso tiene sentido cerrar la exposición con esta intervención porque lo veo como un cierre a lo que hasta ahora ha sido mi recorrido”.

Gene Martín ha expuesto en salas emblemáticas como el Museo Provincial de Teruel o el Museo de Arte Sacro, aunque en Unidad Esencial Mínima será la primera ocasión en la que lo haga en el Claustro de San Pedro. “Hacía tiempo que quería hacerlo, pero siempre he sentido mucho respeto por ese espacio. Creo que cualquier cosa que se haga allí tiene que intentar estar como mínimo a la altura del Claustro, y no ha sido sencillo hacerlo.

 

El amor y el ser humano es el tema central de ‘Unidad Esencial Mínima’

Trabajo colaborativo

Aunque Unidad Esencial Mínima no es exactamente una exposición colectiva, la participación de ocho artesanos-artistas colaboradores de Martín ha sido esencial. En ese sentido parte de su narrativa hace hincapié precisamente a la diferenciación entre arte y artesanía. “Me gustaría reivindicar a los artesanos maravillosos que tenemos en la provincia”, afirma Martín. “La artesanía se ha infravalorado muchísimo en las últimas décadas, aunque ahora parece que empieza a dársele el valor que merece. Las manos de esos artesanos que conocen tanto el material y que trabajan para dar a luz objetos tan valiosos no puede menospreciarse”.

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