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El CD Teruel rescata un punto en el descuento tras una frenética batalla ante el Celta Fortuna (3-3) El CD Teruel rescata un punto en el descuento tras una frenética batalla ante el Celta Fortuna (3-3)
Fran Tena conduce el balón ante la presión de sus rivales. Celta Fortuna

El CD Teruel rescata un punto en el descuento tras una frenética batalla ante el Celta Fortuna (3-3)

El bloque rojillo desaprovecha una superioridad numérica de sesenta minutos, pero reacciona hasta en tres ocasiones para sumar un nuevo empate
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Javier Gascó
Reparto de puntos y de frenesí entre el Celta Fortuna y el CD Teruel en un encuentro en el que los rojillos contaron con un hombre más sobre el terreno de juego durante más de una hora, pero se mostraron incapaces de superar a un filial vigués que se vio ganador del partido antes de hora y terminó concediendo el empate a falta de un minuto para la conclusión, por medio de un Villa estelar. El punto vuelve a ser insuficiente para el cuadro turolense, pero en esta ocasión sabe algo mejor por la forma de conseguirlo.

El CD Teruel saltó al verde Barreiro con una línea de cuatro atrás y un trivote en el que Ismael Sierra era la única novedad, junto a la vuelta de Julen a la titularidad, respecto al último encuentro del cuadro rojillo. El inicio fue eléctrico, con un Celta Fortuna que pretendía ser dominador y un CD ˆTeruel insistente, que incluso pudo forzar un penalti a los cinco minutos de juego tras un centro lateral de Julen. La colegiada no lo señaló, pero el arranque de los de Jardiel estaba siendo positivo. Contundencia a la hora de defender y atrevimiento cuando tocaba atacar.

Borja Martínez fue el primero en intentar dar la sorpresa con un potente disparo lejano que se marchó muy por encima de la portería defendida por Ruly. Sin embargo, el Celta Fortuna llegaba dolido tras las cuatro derrotas consecutivas y olía a sangre en el primer error defensivo de los turolenses. Fer López aprovechaba el fallo de Fran Tena, que no estuvo acertado a la hora de despejar un balón sencillo, y dejaba tirado en el suelo a Cabetas con un recorte. La definición del jugador celeste fue magistral, por lo que el 1-0 subió al marcador antes de alcanzar el primer cuarto de hora de contienda. La intentona inicial de los rojillos quedaba en nada en la primera ocasión en la que los celtiñas sacaban a relucir su calidad. Tocaba remar a contracorriente.

Los turolenses trataban de seguir el plan inicial a pesar de haber encajado primero, pero eran los celestes los que seguían llevando la iniciativa del encuentro e iban en busca del segundo de la tarde. 

La primera reacción

Guillem Naranjo encabezaba los acercamientos del bloque aragonés y rascaba una falta peligrosísima en la frontal del área. Aparicio era el encargado de intentar buscar el empate, pero su disparo se topaba con la barrera de hombres que Ruly había colocado para evitarlo. A pesar de que el filial del Celta insistía en hacer valer su calidad para quedarse con los tres puntos, el CD Teruel no le perdía la cara al encuentro y durante los siguientes minutos asfixiaba a su rival. 

Esa insistencia pronto encontró recompensa gracias a la veteranía de Fran Tena, que forzó un penalti muy polémico a la salida de un córner. El centrocampista se enzarzó con Tincho, defensor local, que le propinó una patada sin balón, entendida como agresión por la árbitra del partido. Las cosas se le pusieron de cara al cuadro de Raúl Jardiel cuando Borja Martínez convirtió la pena máxima y el juego se reanudó sin Tincho sobre el terreno de juego, tras ser expulsado. No le faltaba de nada a una de las primeras mitades más entretenidas de la temporada.

De nuevo con la igualada en el luminoso y con superioridad numérica, los rojillos recuperaron la comodidad que habían mostrado durante los primeros compases del duelo. El viento empezó a soplar con fuerza sobre el Municipal de Barreiro a medida que el choque subía de intensidad. Hasta cinco veces se llevó la mano al bolsillo la colegiada del encuentro durante los primeros cuarenta y cinco minutos. Sin embargo, a pesar de las interrupciones, en esta ocasión el ritmo del encuentro era mucho mayor al del pasado sábado. Con el descanso asomando por el horizonte le tocó intervenir a Taliby con una estirada plástica que impidió que llegase el segundo del bloque celtiña. Los locales se resistían a tirar la toalla a pesar de contar con un efectivo menos sobre el terreno de juego y seguían buscando desequilibrar un encuentro que llegó con tablas al descanso.

Incapaces de aprovechar la superioridad

Tras el entretiempo, los turolenses tenían una magnífica oportunidad para abandonar el último puesto de la tabla. Raúl Jardiel lo sabía y sustituía a un Fran Carmona algo pasado de revoluciones y amonestado por Borja Romero en busca de una idea más ofensiva. El CD Teruel quería los tres puntos. Pero de nuevo fueron los vigueses los que comenzaron con mayor presencia en campo contrario y volvieron a encontrar premio tras otro error defensivo inadmisible de la zaga turolense. En los primeros diez minutos, los celtiñas superaron por completo a los rojillos y Pablo Durán definió por bajo de las piernas de Taliby para poner el segundo en la casilla de los locales.

Tras encajar el tanto, Raúl Jardiel movió el banquillo en busca de soluciones y dio entrada a Jorge Alastuey y a Neskes. El CD Teruel estaba siendo incapaz de aprovechar una situación en la que todavía no se había visto esta temporada. En el minuto 62, los aragoneses fueron capaces de hilar una buena secuencia de pases que terminó con disparo de Alastuey por encima del travesaño. Sin embargo, seguían siendo los celtiñas los que traspasaban el círculo central con más peligro y en más ocasiones. Volvían a faltarle ideas al conjunto turolense para aproximarse a la portería rival. Algo que le sobraba a un Celta Fortuna que acumulaba acciones peligrosas minuto a minuto. Alfon González fue una pesadilla para Aitor Pascual por el costado izquierdo y tuvo dos buenas ocasiones para anotar el tercero.

Los minutos pasaban y el conjunto turolense no daba con la clave para arrebatarle la posesión a su rival y generar verdadero peligro, por lo que Jardiel tenía que apurar sus opciones. El técnico daba entrada a Gabarre y a Villa a falta de quince minutos para el final. Su apuesta terminó siendo acertada. El primer balón que tocó Villa terminó en córner y el segundo, en gol. En el balón parado encontró, de nuevo, el CD Teruel a un aliado. Cabetas remató el saque de esquina sin saber demasiado bien hacia donde se dirigía su cabezazo, pero consciente de que ese balón podía acabar en gol. Y así fue. Villa se lanzó a buscarlo en el área pequeña y la empujó para poner el 2-2 y darle un balón de oxígeno a los suyos

Desenlace frenético

Tras esta nueva igualada, el duelo pasó a ser todo un correcalles. Los dos equipos querían la victoria y ninguno de los dos parecía conformarse con el empate. Cualquiera podía quedarse con el botín de los tres puntos a falta de diez minutos para la conclusión. En esa lucha de poderes, el CD Teruel tuvo la más clara, con un remate de Alastuey en el primer palo que no acabó en el fondo de la red por escasos centímetros. El acercamiento motivó al equipo, que tenía que insistir hasta el final después de no haber estado al nivel durante buena parte del encuentro. Pero el equipo que más lo había intentado durante todo el duelo, el Celta Fortuna, fue el que terminó asestando un golpe que por momentos parecía definitivo. A falta de tres minutos para el noventa, la defensa rojilla volvió a estar demasiado permisiva al no despejar un balón suelto dentro del área. Miguel Román se encontró el cuero y fusiló a Taliby sin miramiento para poner el 3-2 en el electrónico.

La reacción del CD Teruel fue la mejor posible. Tras levantarse de los dos primeros tantos encajados, el equipo turolense lo volvió a hacer en una tercera ocasión, otra vez con Villa como protagonista. El atacante se reivindicó con un remate de cabeza inverosímil dentro del área pequeña, cuando el cronómetro indicaba que restaba poco más de un minuto para la conclusión. Su cabezazo tocó el travesaño y traspasó la línea de meta para desatar el delirio en el banquillo visitante y poner el broche de oro a un encuentro de locura, que dejó más satisfechos a los espectadores que pudieron disfrutar del espectáculo que a los dos equipos que batallaban por los puntos. 

Los de Raúl Jardiel se marchan de Vigo con un punto más positivo por el aspecto moral -lo de este sábado es una muestra de que para acabar con este equipo hay que tumbarlo una y otra vez- que por el aspecto futbolístico, en el que el equipo se mostró incapaz, tanto en defensa como en ataque, de aprovechar una superioridad numérica con la que se podía haber logrado el segundo triunfo del curso.

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