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Gaizka Urresti, director de la película documental 'Terapia de parejas': “Creo que con el cine hay que acercarse a la realidad desde la razón, pero también la emoción” Gaizka Urresti, director de la película documental 'Terapia de parejas': “Creo que con el cine hay que acercarse a la realidad desde la razón, pero también la emoción”
Gaizka Urresti ha dirigido ‘Terapia de parejas’. Bykofoto/Antonio García

Gaizka Urresti, director de la película documental 'Terapia de parejas': “Creo que con el cine hay que acercarse a la realidad desde la razón, pero también la emoción”

“El hecho de que contemos historias desde Aragón y Teruel nos proyecta también al resto del mundo”
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El cineasta Gaizka Urresti estrenará el próximo 14 de febrero en salas comerciales su última película, el documental Terapia de parejas, que preestrenó en Teruel en el último Congreso del Bienestar y el Amor organizado por la SER. Parte de la película está rodada en Teruel con los cantantes Marwan y Rozalén y escenarios como el Mausoleo de los Amantes.

-¿Por qué esta película?

-El amor es algo a lo que desde que eres adolescente estás intentando encontrarle un sentido en las canciones, en las películas, y es difícil de intentar definir lo que es el amor. Todos lo experimentamos, pero intentar dar una respuesta concluyente es muy complicado. Cuando Elisa, mi mujer, me comentó que iba a participar en esta investigación para intentar homologar la terapia de pareja enfocada en las emociones, me pareció que era una forma de intentar buscar respuesta a esta pregunta universal de qué es el amor.

-Es una película difícil, no de ver, sino de hacer porque han sido varios años y se ha hecho el seguimiento de varias parejas. ¿Qué ha sido lo más complicado?

-El montaje de las sesiones de las cinco parejas. Eran más de setenta horas de terapia, y cómo condensarlo al final de la película en unos cincuenta minutos, y que se viera esa progresión, y que hubiera esos momentos de emoción, pero también de risa, de llanto; era lo más complicado del montaje, no tanto el rodaje, ni la elección de las parejas, como el montaje. El proceso de montaje ha sido de orfebre, la verdad.

-¿Cómo lo ha hecho para manejar semejante volumen de material sin perderse?

-Primero ves el material y vas apuntando aquellas cosas que te emocionan, que te llegan. Piensas, si a mí esto me está emocionando creo que al público también. Y luego, bueno, también he colaborado con Andrés Cisneros que me ha ayudado en el montaje y a Ana también, que vio mucho material. Íbamos como buscando oro para que todas esas horas se convirtieran en seis, luego en tres, luego en dos, en una y dejando al final lo esencial. Sí, ha sido un proceso complicado.

-La película es como un espejo en el que se proyecta el espectador, ¿cómo espera que responda el público?

-Quiero que la gente se haga preguntas sobre sus relaciones y que lo vea como una terapia, que hacer terapia y trabajarse las emociones y la relación con la pareja es un proceso de toda la vida. Efectivamente yo uso siempre en mis películas la emoción. Creo que con el cine hay que acercarse a la realidad desde la razón pero también desde la emoción, y la película quiere llegar a la gente emocionándoles con las historias de los cinco protagonistas y las conversaciones que hacen Marwan y Rozalén.

-Teruel está muy presente en la película, ¿por qué?

-Yo creo que el Congreso del Bienestar y el Amor que se celebra en Teruel ha jugado un papel  en el proceso de pensar por qué decidimos hacer esta película. Luego hay que agradecer a los fondos Fite que nos apoyaron con una pequeña cantidad para que viniéramos a rodar aquí, porque siempre es más fácil hacerlo en Zaragoza y no desplazarse a Teruel y traerles a ellos desde Madrid. Me parece que es un bonito homenaje a Teruel y todo Aragón. El hecho de que contemos historias para el mundo desde Aragón y Teruel nos proyecta también en el resto del mundo reivindicando nuestro paisaje y nuestro paisanaje.

-¿Qué recorrido va a tener la película?

-Había opción de estrenarla en festivales, pero hemos preferido la opción de estrenarlo aquí. Yo creo que los festivales juegan un papel, pero mi idea es el público. La idea es estrenarla comercialmente en toda España el día de los enamorados y a partir de ahí tendrá sus ventanas de explotación lógicas. Tenemos un acuerdo con la televisión pública, con el canal 22 mexicano para proyectarla, y aquí estamos con las plataformas y con televisiones, en Aragón Televisión por supuesto. Creo que es una película que puede tener un largo recorrido.

-¿Cómo ha sido volver a rodar a México, porque usted ya lo había hecho allí con otro documental?

-Sí, con la película de Buñuel. Fue muy bonito, justo dos semanas antes de la pandemia. Y de hecho, cuando estábamos creando la película todavía pensábamos que podíamos volver a México a rodar con parejas mexicanas; luego vino la pandemia y todo eso se cercenó. Pero bueno, sí, es un país muy estimulante y me apetece volver allí a presentar la película porque México también tiene un papel importante en ella ya que todo nace allí.

-¿Cómo lleva el proyecto de la película de José María Forqué que está haciendo?

-Con esta película quiero reivindicar a uno de los cineastas que todo el mundo conoce de nombre, pero apenas su obra y la trascendencia profesional que supone el cine de Forqué. Y especialmente en Aragón, donde a veces se reivindican otros grandes cineastas como Borao, Saura y Buñuel, pero el que más creo que hizo por reivindicar el paisaje y los personajes aragoneses ya al final de su carrera, en los 80, creo que fue Forqué con el Servet, con el Ramón y Cajal y con el Pedro Saputo que hizo. El hecho de que un creador pusiese tantas historias diferentes en pantalla y que llegaran tanto al público como llegaban las películas de Jose María Forqué, pues hay que reivindicarlo.

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